A. Económico

¿Cómo viene evolucionando el uso de los diferentes medios de pago?

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“Se asiste a un cambio cultural en los hábitos de pago de los agentes como consecuencia de las políticas de inclusión financiera”. Esa es una de las observaciones con las que el Banco Central acompañó la publicación de cifras actualizadas sobre el uso de tarjetas de crédito, débito, transferencias electrónicas y otras innovaciones recientes en el sistema de pagos minoristas de nuestro país.

Emiliano Cotelo (EC): ¿Qué marcan concretamente esos nuevos datos? ¿A qué ritmo avanza esa transformación de los hábitos de pago? Les proponemos detenernos en las últimas cifras que publicó el Banco Central en diálogo con la economista Tamara Schandy, de Deloitte.

Tamara, el informe del Banco Central destaca especialmente el crecimiento de las transferencias electrónicas en detrimento de los cheques, indicando que son su “sustituto natural”. Te propongo comenzar por allí. ¿Cuán fuerte es esa sustitución?

Tamara Schandy (TS): En 2017 se efectuaron casi 29 millones de transferencias electrónicas, lo que supone una duplicación frente a dos años atrás. En total se movió de ese modo el equivalente a casi US$ 410.000 millones.

La cantidad de transacciones con cheque en 2017 fue de 20.1 millones. Por primera vez entonces el año pasado la cantidad de transferencias electrónicas superó a la cantidad de operaciones con cheque. La brecha es todavía mayor si la medimos en volumen, ya que los cheques movieron unos US$ 94.000 millones en 2017 (un monto que igual sigue siendo muy relevante dentro del sistema pero que es casi 12 % inferior al de hace dos años).

Hay que aclarar que dentro de estos datos hay muchos movimientos, la gran mayoría, que son pagos entre empresas. Me refiero, por ejemplo, a transferencias interbancarias para pago de proveedores… Pero, en cualquier caso, la operativa de transferencias entre las personas también parece estar creciendo a un ritmo fuerte.

EC – ¿Qué está pasando a nivel del uso que hacen las personas de sus tarjetas? A partir de la introducción de la Ley de Inclusión Financiera se vieron crecimientos enormes. ¿Se mantiene esa tendencia o tendió a estabilizarse el cambio?

TS – Lógicamente, las tasas de crecimiento del gasto con tarjetas se han moderado respecto a las registradas con la entrada en vigencia de la ley de inclusión financiera, cuando se partía de un volumen inicial más pequeño… Pero la verdad es que el crecimiento sigue siendo bastante intenso.

Por un lado, el gasto con tarjetas de crédito emitidas en nuestro país sumó casi US$ 5.100 millones en 2017, un 18 % más que en 2016 (13 % si lo medimos en pesos). Por otra parte, el gasto con tarjetas de débito locales sumó unos US$ 4.000 millones, lo cual supone un aumento de 70 % respecto al año previo (63 % si lo medimos en pesos).

Si bien el gasto con tarjetas de débito sigue siendo menor al de las tarjetas de crédito, hoy ya representa algo más de un 40 % del gasto total operado con tarjetas… mientras que a comienzos de 2013, hace cinco años (antes de la ley de inclusión financiera, que se aprobó en 2014), este porcentaje era menor a 10 %.

EC – ¿Y qué es lo que está detrás de este aumento? ¿Cuánto juega la mayor cantidad de plásticos que se han puesto en circulación y cuánto el hecho de que cada vez tendemos a usar más las tarjetas?

TS – En el caso de las tarjetas de crédito, hoy hay unos 3,2 millones de plásticos en circulación, lo que supone un aumento interanual de 4 %. En particular, la cantidad de tarjetas bancarias ha subido más, un 7 % en el último año, mientras que las emitidas por instituciones no bancarias de hecho vienen prácticamente estables. A su vez, hace ya bastante tiempo que viene subiendo el número de transacciones que hacemos con esas tarjetas… En promedio, llegamos a 3,2 operaciones por tarjeta por mes en 2017. Si nos comparamos con 2013, la cantidad de plásticos de crédito aumentó 22 % y la intensidad de uso 33 %. Ambas fuerzas contribuyeron al incremento del gasto con tarjetas.

En el caso del débito, las tarjetas en circulación suben más fuertemente, lo que es lógico con el proceso de bancarización del pago de sueldos y otros haberes. En 2017 subieron 10 %, hasta 2,7 millones… Y si comparamos con 2013, la suba es de 44 %, mucho más de lo que creció el parque de tarjetas de crédito. Ahora, en el caso del débito, el mayor determinante del aumento del gasto no fue ese sino la intensidad de uso.

EC – ¿Podemos repasar esas cifras? ¿Cuánto se utilizan las tarjetas de débito en “función compra”?

TS – En 2017 se hicieron en promedio 3,2 compras por tarjeta de débito por mes. En el segundo semestre, en particular, ese número había subido hasta 3,7 compras por plástico por mes. Para tener como referencia, en 2016 ese número era de 2 y a comienzos de 2013 de solo 0,2. Aquí hay un notorio cambio en los hábitos de uso, como señala la cita del informe de pagos minoristas que mencionabas hace un rato.

EC – ¿Y el dinero electrónico? ¿Empieza a ocupar un lugar significativo entre los instrumentos de pago?

TS – El crecimiento es fuerte. En cantidad de operaciones hubo una duplicación respecto a 2016 y en monto operado las cifras que publicó el Banco Central son más de tres veces más grandes que las de 2016… pero son volúmenes todavía pequeños en relación a los otros instrumentos que veníamos analizando. Estamos hablando aquí de menos de US$ 1.000 millones de dólares… igual no es una cifra para nada despreciable. Aproximadamente un cuarto son tickets alimentación y el resto corresponde a otros tipos de dinero electrónico que emiten las instituciones que hoy están registradas para eso, que es lo que está creciendo más intensamente.

EC – Para terminar, Tamara, hasta ahora estábamos conversando sobre el uso de diferentes medios de pago… Pero también hay cambios en los canales que usamos para pagar. Por ejemplo, el reporte del Banco Central da cuenta de nuevos incrementos en las operaciones de pagos móviles y pagos web. ¿Podemos repasar esas cifras?

TS – Sí, claro. Es muy cierto eso. En materia de pagos web, en 2017 hubo 11 millones de operaciones por más de US$ 9.000 millones. No hay una serie larga de esto, pero esas cifras suponen un aumento de aproximadamente 60 % en cantidad y 40 % en monto respecto a los datos del año pasado.

Y en relación a los pagos móviles, el informe del Banco Central reportó una operativa de 2,6 millones de transacciones y el equivalente a US$ 260 millones. Son cifras aún pequeñas, pero el crecimiento es grande. Se han ido sumando instituciones en el relevamiento estadístico, pero en relación a un año atrás los datos publicados marcan un aumento de aproximadamente 60 % en la cantidad de operaciones… y en relación a 2014, cuando comienza la información del Banco Central de este canal, las cifras de transacciones se multiplicaron por 4 y las de montos por más de 6. A este ritmo, en un tiempo es una operativa que podría empezar a cobrar una relevancia más importante en el sistema.

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