Se confirmó que el próximo 29 de marzo el Reino Unido invocará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, dando el puntapié inicial al famoso Brexit, es decir, el proceso de abandono de la Unión Europea por parte del Reino Unido. Con esta resolución se estaría cumpliendo la voluntad de los británicos que en junio de 2016 se pronunciaron mediante un referéndum a favor de salir del bloque.
Emiliano Cotelo (EC): De esta forma, a partir de abril se iniciarán las negociaciones entre ambas partes y surgen varias interrogantes. ¿En qué términos se dará la salida del Reino Unido de la Unión Europea? ¿Qué tipo de relacionamiento económico mantendrán luego? ¿En qué plazos se irá dando todo el proceso? Lo conversamos con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA): Tamara, como decía Emiliano, la semana que viene (más precisamente, el 29 de marzo) se gatillará el llamado artículo 50. Ahora, ¿qué marca concretamente este hito? ¿Por qué es una noticia relevante en torno a este tema del Brexit, del que venimos hablando y leyendo hace ya varios meses?
Tamara Schandy (TS): Cómo decís, Romina, que va a haber Brexit no es ninguna novedad, ya que hace meses que este tema se instaló en la agenda… desde que a mediados del año pasado tuvimos el referéndum, que terminó con el resultado inesperado de que la mayoría de los británicos habían votado a favor de abandonar la Unión Europea. Ahora, para que esta expresión popular se materialice, deben darse toda una serie de pasos formales. En primer lugar, en noviembre del año pasado la Corte Suprema británica dictaminó que el gobierno no podría iniciar la salida de la Unión Europea sin la previa votación y aprobación en el parlamento británico, algo que finalmente sucedió la semana pasada.
Recién después de esa aprobación del Parlamento las autoridades británicas quedaron autorizadas a notificar formalmente a Europa su voluntad de abandonar el bloque. Y esto es lo que ocurrirá la semana que viene (el 29 de marzo) cuando Theresa May notifique oficialmente al bloque la intención de salir, invocando el artículo 50 del Tratado de Lisboa, el cual contempla justamente la eventualidad de que haya países que quieran irse de la Unión Europea… Se trata de un gran hito además porque se trata de la primera vez que este artículo es aplicado en los hechos.
RA – ¿Y cómo sigue el proceso a partir del 29 de marzo cuando se active el artículo 50?
TS – A partir de esta fecha va a comenzar un período de negociación entre ambas partes, que puede durar hasta dos años, que es el plazo máximo que establece ese artículo. Lo primero que sucede (y seguramente será rápido), es que se traza un plan general inicial. Luego, la Comisión Europea (u alguna otra entidad que se designe) va a negociar con el Reino Unido un acuerdo sobre las particularidades de la salida, definiendo el marco para las futuras relaciones entre ese país y el bloque. Los restantes países de la unión van a tener que aprobar este acuerdo por mayoría calificada en el Parlamento Europeo, es decir, con al menos el 72 % de los Estados y 65 % de la población.
Durante este tiempo van a tener que definirse varios asuntos muy relevantes y a la vez muy complejos en lo que refiere al relacionamiento entre el Reino Unido y la Unión Europea. Por ejemplo, ¿se van a aplicar aranceles en las exportaciones e importaciones de bienes o podrá conservarse un esquema de libre acceso? ¿Qué va a pasar con las exportaciones del Reino Unido hacia terceros mercados, a los cuales las empresas británicas accedían por más de 50 acuerdos que hoy existen entre la Unión Europea y otros países? Y otros puntos que también son clave y que se vinculan a la libre movilidad de los ciudadanos europeos. ¿Qué va a pasar con los inmigrantes europeos que residen en el Reino Unido? ¿Qué va a pasar con los británicos que viven en algún país del bloque? Son todos temas muy importantes que se estarán definiendo en este plazo de 2 años que comienza el próximo 29 de marzo.
RA – Tamara ¿y qué ha trascendido al respecto de todos estos temas? ¿Se tiene alguna idea de qué tipo de relacionamiento buscará el Reino Unido con la Unión Europea a partir de su salida del bloque?
TS – Por supuesto, ninguno de estos puntos está definido, pero en las últimas semanas ha habido algunas señales de que el proceso de desvinculación del Reino Unido va a ser más “duro” de lo que se pensaba algunos meses atrás… sobre todo por la forma en que el Parlamento británico aprobó el comienzo del proceso la semana pasada. Me refiero a que votó un proyecto que en definitiva da total autonomía al ejecutivo a seguir adelante y que no contiene algunas enmiendas que en el proceso se habían planteado, como por ejemplo una que refería a la preservación de los derechos de los ciudadanos europeos que actualmente residen en el Reino Unido.
RA – A la luz de estas primeras señales, Tamara, ¿cuáles se estima que serán los puntos más álgidos en las negociaciones?
TS – Se trata en general de un proceso de negociación muy difícil, lleno de puntos álgidos…
Ahora, un punto no menor y que la prensa internacional está advirtiendo, es el costo económico que supone para el Reino Unido separarse de la Unión Europea. Quienes el año pasado hicieron campaña a favor del Brexit prometían a los votantes que la salida del bloque implicaría para los británicos un ahorro de alrededor de US$ 440 millones por semana. Sin embargo, del lado de la Unión Europea se está preparando un proyecto de salida que podría significar un resultado muy diferente, con costos muy significativos para el Reino Unido.
RA – ¿Por qué? ¿De qué costos se tendría que hacer cargo si justamente se está yendo de la Unión Europea?
TS – Por ejemplo, uno de los elementos a negociar, es qué aportes deberá seguir haciendo el Reino Unido a la Unión Europea, por lo que fueron sus compromisos previos. Lo que ocurre, Romina, es que varios de los programas que se han votado hasta el momento (cuyos presupuestos llegan en algunos casos a 2020), se votaron con la aprobación del Reino Unido. Por lo tanto, lo que probablemente Europa le demande al Reino Unido es que continúen realizando los pagos pautados al bloque europeo durante ese tiempo. También hay temas relacionados con la jubilación de los funcionarios de la Unión Europea.
RA – ¿De cuánto dinero estamos hablando, Tamara?
TS – Se estima que el costo total por todos estos conceptos (neto de los activos que tiene el Reino Unido contra la Unión Europea) podría ir desde los € 25.000 millones hasta los € 73.000 millones.
A decir de varios expertos, esto significa que las contribuciones del Reino Unido podrían ser cercanas a sus cuotas actuales de membresía durante varios años después de su salida… Eso es algo que puede ser muy difícil de explicar a los votantes… y por eso hay quienes dicen que esto puede llevar incluso a un alto en el proceso (porque en definitiva, cuando los británicos votaron, lo hicieron con una expectativa muy diferente) …
RA – ¿Entonces? ¿Puede ser que haya vuelta atrás?
TS – Todo puede ser… pero también es probable que esto se transforme en una moneda de cambio en las negociaciones. El orden también va a ser importante. Desde la Unión Europea se pretende que estos temas que hacen a las cuentas pendientes se zanjen antes de avanzar a la negociación de otros temas, como el arreglo comercial que habrá luego de que el Reino Unido no forme más parte de la Unión Europea. Los británicos, en cambio, van a buscar que negociar en paralelo, y probablemente van a tratar de atar el arreglo de pago a asegurar algunos beneficios de acceso comercial.
En definitiva, Romina, lo único claro de momento es que el proceso que se va a iniciar oficialmente este próximo 29 de marzo va a ser bien complejo y trabajoso, así que habrá que estar atento a las novedades que vayan apareciendo a lo largo del camino.
***