En abril la actividad de la industria manufacturera descendió 7,4% en la comparación con el mismo mes de 2015 según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística el viernes. A su vez, las horas trabajadas en la industria cayeron 6,5% en la misma comparación.
Emiliano Cotelo (EC): Son datos que reflejan la delicada situación que atraviesa el sector industrial en nuestro país. Por lo tanto, les proponemos analizar en detalle las últimas cifras publicadas sobre este tema, en diálogo con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA): Javier, recién Emiliano comentaba que la actividad de la industria manufacturera tuvo una caída muy grande en abril. ¿Cómo vieron ustedes estas cifras que el INE dio a conocer el viernes?
Javier Glejberman (JG): La verdad que el dato de abril es realmente muy malo. Como Emiliano señalaba antes, el nivel de actividad de la industria manufacturera cayó 7,4% en la comparación interanual (es decir contra abril de 2015), lo que significó la mayor caída de la industria desde enero de 2012. A su vez, con este dato tan malo de abril se revierte cierta mejora que habíamos visto en el primer trimestre y el balance de lo que va del año pasa a ser negativo. Concretamente, los datos del cuatrimestre enero-abril muestran un descenso de la producción de 0,7% en relación al mismo período del año pasado.
RA – Javier, el comunicado de prensa divulgado por el INE señalaba que la producción de la rama “Fabricación de papel y productos de papel” descendió casi 30% en abril. ¿Cuánto influye ese desempeño en las cifras agregadas? ¿Cambia en algo la lectura inicial que recién hacías?
JG – La rama de fabricación de papel tiene un peso muy grande en el Índice de Volumen Físico de toda la industria porque es la que contiene a la producción de celulosa… Y en abril la producción de pulpa tuvo un descenso de 30% (que supuso una incidencia negativa de cuatro puntos porcentuales sobre la cifra de crecimiento total)… Esa caída se debió a que la planta de Montes del Plata estuvo parada por mantenimiento durante diez días en abril, una operación que es propia de la actividad de la fábrica pero que incide muchísimo en la producción del mes en que se realiza.
De todos modos, si aislamos del análisis lo que sucedió en esta rama de producción de celulosa y dejamos también afuera lo que sucede con la refinería de ANCAP (que en abril tuvo un incremento de 10%) y con la rama de alimentos diversos (que como siempre aclaramos refleja esencialmente la actividad de la planta de concentrados de Pepsico en Colonia), lo cierto es que el resto de las ramas (lo que en Deloitte denominamos el núcleo de la producción industrial) también tuvo un desempeño muy flojo. Por lo tanto, la conclusión de que abril fue un dato muy malo no cambia en absoluto.
RA – ¿Qué tan malo fue el desempeño en el núcleo de la industria, Javier?
JG – El núcleo de la producción industrial tuvo también una caída de 7,4% en abril y con eso el balance de los primeros cuatro meses del año muestra una baja del nivel de producción de 4,4%. De hecho, la producción del núcleo industrial está cayendo desde fines de 2014 y actualmente está en los niveles más bajos de los últimos seis años.
Además, la caída del núcleo está siendo muy generalizada. En abril solamente 30% de las ramas que lo integran crecieron en la medición interanual y el restante 70% mostró caídas frente a un año atrás.
Y otro elemento a tener en cuenta, que se agrega a este diagnóstico, es que la cantidad de horas trabajadas viene bajando de forma muy significativa, lo que es consistente con el panorama de menor actividad en la industria… En abril las horas trabajadas en la industria cayeron 6,5% en la comparación interanual y el descenso es de 8% si tomamos el primer cuatrimestre del año… De hecho, la cantidad de horas trabajadas en la industria actualmente es similar a los niveles que se veían a fines de 2003, un dato que a nuestro juicio habla a las claras de la situación que atraviesa la industria en nuestro país.
RA – Javier, recién comentabas que la caída de la actividad está siendo bastante generalizada, pero ¿qué ramas están sufriendo más? ¿Las orientadas al mercado externo o al mercado interno?
JG – La verdad es que la caída de la actividad industrial responde tanto a descensos en las ramas que colocan su producción en el mercado interno como en el mercado externo, porque hay dificultades en ambos frentes. En el caso de las ramas más exportadoras se está sintiendo el impacto de un enlentecimiento de la demanda externa y de menores precios de venta… Las ramas de mayor inserción regional enfrentan también un mal momento, con ambos vecinos en recesión… Y en Uruguay estamos al mismo tiempo con un estancamiento de la actividad económica, que se refleja en un freno del consumo y en un descenso muy fuerte de la inversión… De todas maneras, si bien el panorama general es negativo, la realidad de cada rama puede ser diferente.
RA – ¿Podemos comentar algunos ejemplos?
JG – Sí, claro… Dentro de las ramas exportadoras tenemos en un extremo a la industria pesquera con caídas de la producción de 60% frente a un año atrás, mientras que los frigoríficos y la industria láctea están mostrando descensos de entre 3% y 4%… Pero también hay algunos repuntes, como el caso de la industria arrocera y de las curtiembres, que en el primer cuatrimestre crecieron en torno a 15%.
Mientras tanto, en las ramas más orientadas al mercado interno o al comercio regional hay comportamientos mixtos… Hay algunas ramas que muestran crecimiento, como la fabricación de papel (que está registrando un incremento de la producción de 30%) o la rama de sustancias químicas (que está creciendo a un ritmo de 15%)… Pero la mayoría de las ramas están en retracción, con caídas muy importantes en casos como la vestimenta (con descensos de la producción del orden de 25%) o como el caso de la producción de autopartes, con una contracción de 70% interanual.
RA – Para terminar Javier, ¿cómo están viendo las perspectivas para la industria manufacturera?
JG – Las perspectivas no son muy alentadoras… A nuestro juicio, la actividad industrial no va a repuntar este año porque no vemos demasiados factores de impulso… A nivel externo la demanda probablemente se mantenga débil y no estamos viendo que la competitividad de nuestro país mejore sustancialmente en el corto plazo… La región tampoco será un factor de impulso este año y a nivel local estamos previendo una economía estancada y un clima de expectativas bastante deteriorado, lo que no juega a favor de mayores inversiones en el sector. De hecho, la encuesta que realiza la Cámara de Industrias del Uruguay muestra que un 59% de los empresarios industriales espera que la economía esté peor dentro de seis meses, mientras que solamente un 3% opina que la economía estará mejor. Eso deja un saldo neto negativo de 57%, lo que significa el peor momento a nivel de expectativas industriales desde la crisis de 2002.
Por lo tanto, en este contexto económico y de expectativas difícilmente veamos una pronta recuperación de la industria, con lo cual es clave que los aumentos de salarios que se pacten en las negociaciones colectivas sean equilibrados y tomen en cuenta la situación del sector si se quieren preservar los niveles de empleo.