EMILIANO COTELO (EC): El Índice de Precios del Consumo aumentó 0,22 % en abril y, de esa manera, la medición anual de la inflación bajó nuevamente y se ubicó en 6,5 %. Con estas cifras y luego de ingresar al rango objetivo del Banco Central en marzo (por primera vez en más de seis años), en abril la inflación se mantuvo dentro de dicho rango (que, como recordarán, va de 3 % a 7 %)…
Para analizar las últimas cifras y conversar sobre los pronósticos en materia de inflación conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA) – Florencia, ¿cómo analizaron estas cifras de inflación de abril? ¿Estuvieron en línea con lo esperado o hubo alguna sorpresa?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
A ver, en términos generales las cifras no supusieron una sorpresa… aunque el dato efectivo del mes de abril fue algo menor al que teníamos en nuestros pronósticos y también al que pautaba la mediana de la Encuesta de Expectativas del Banco Central. Concretamente, en nuestras estimaciones manejábamos un aumento del IPC de 0,4 % en el mes, la mediana de la Encuesta del BCU estaba en 0,5 % y las cifras terminaron marcando un incremento de sólo 0,22 %, como mencionaba Emiliano recién.
Ahora, de todas maneras, tanto nosotros como la mayoría de nuestros colegas esperábamos que la inflación anual permaneciera en el rango objetivo en abril, como efectivamente se confirmó. Desde esa perspectiva no hay sorpresas ni cambio de diagnóstico.
Más aún, nuestra sobreestimación de la inflación en abril obedeció exclusivamente a que las frutas y verduras cayeron significativamente (algo que no teníamos contemplado) … A nivel de la inflación subyacente no tuvimos prácticamente desvío.
RA – Vayamos por partes… ¿Cuánto bajaron concretamente los precios de las frutas y verduras el mes pasado?
FC – Los precios de las frutas y verduras, en promedio, bajaron 3,1 % en el mes, con un descenso de 3,8 % a nivel de las frutas y de 2,6 % en las verduras. Y, de esa manera, en términos de doce meses la inflación en el componente frutas y verduras se tornó negativa… Concretamente, estos productos, en promedio, cuestan hoy 2,3 % menos que un año atrás. Hay que tener presente que, como comentamos otras veces, las frutas y verduras habían tenido subas extraordinarias en la primera parte de 2016 (debido a problemas climáticos que afectaron la oferta) y eso, como era previsible, se fue revirtiendo desde mediados de 2016 a esta parte. En particular, en estos primeros meses de 2017 hemos visto bajas de precios importantes en este componente… Desde los niveles actuales a priori no esperaríamos bajas adicionales de los precios de estos productos, aunque las buenas condiciones climáticas que estamos viendo pueden terminar derivando en un crecimiento mayor de la oferta y en un abaratamiento de estos productos más intenso del esperado en los próximos meses… En otras palabras, podemos irnos para el otro lado y pasar de tener precios de frutas y verduras “excepcionalmente altos” en 2016 a precios “excepcionalmente bajos” este año.
RA – Está claro. ¿Y cómo fue el comportamiento en el resto de los componentes del IPC? Recién decías que a nivel de la inflación subyacente no hubo mayores desvíos entre lo que tenían estimado y los datos efectivos … ¿Podemos comentar las principales cifras?
FC – Sí, claro. Como explicamos otras veces nuestra estimación de inflación subyacente intenta reflejar lo que está pasando con los precios a nivel de lo que podemos llamar es el núcleo del IPC, dejando de lado lo que sucede con los precios de frutas y verduras (que son muy volátiles) y aislando también los precios administrados por el gobierno (debido a que responden más a decisiones de política que a una dinámica económica). Este indicador de inflación subyacente se ubicó en 0,4 % en abril (tal como estábamos esperando) y en términos anuales se mantuvo en 6,5 %. Estamos hablando de una inflación subyacente 4 puntos porcentuales menor a la que teníamos un año atrás… Es notorio que hemos visto una moderación de las presiones inflacionarias muy fuerte en el último año.
RA – Ahora, Florencia, al analizar las cifras de inflación en meses anteriores, ustedes destacaban que esa moderación de la inflación se viene observando esencialmente a nivel de los precios transables… más directamente impactados por el dólar… ¿Qué pasó en abril desde esa perspectiva? ¿Cómo siguió impactando la baja del tipo de cambio?
FC – Como decís, Romina, es muy claro que más allá del impacto que ha tenido el descenso de los precios de las frutas y verduras que mencionábamos al inicio, la baja fuerte de la inflación de los últimos doce meses se explica básicamente por la evolución del dólar. En abril, en particular, el tipo de cambio se ubicó apenas por debajo de $ 28,40 (en el promedio del mes) y eso supone un descenso de 10 % en los últimos doce meses.
En ese marco, los precios transables (que son los precios de los bienes que se comercian con el exterior y que por tanto están, como decías, más directamente impactados por el tipo de cambio), acumulan en los últimos doce meses un incremento de apenas 3 %, cuando un año atrás estaban aumentando a un ritmo anual en torno a 10 %… De hecho, hoy estamos con los menores registros de inflación transable desde mediados de 2010.
RA – ¿Y cómo han seguido evolucionando los precios no transables, en donde el dólar incide menos? ¿Qué marcaron las cifras de abril a nivel de este componente de la canasta?
FC – A nivel de los precios no transables y como hemos venido marcando en meses previos, la moderación ha sido mucho menos sustantiva. Concretamente, la inflación no transable en términos anuales se mantuvo en los últimos doce meses a abril en 9,4 % y si no incluimos el tabaco (que es un rubro que ha tenido aumentos excepcionales por ajustes del IMESI), el resto de los precios no transables acumulan un incremento de 9 % en los últimos doce meses. Son niveles sin dudas menores a los que se vieron en los momentos pico de la primera parte de 2016, cuando la inflación no transable estaba en más de 11 %, pero es notorio que a nivel de este componente el descenso de la inflación está siendo muy modesto todavía… reflejo de la firmeza que todavía muestran los costos domésticos (sobre todo salariales).
RA – En base a este análisis, entonces, y ya para terminar, ¿qué están esperando para los próximos meses? ¿La inflación puede mantenerse en el rango objetivo en lo que resta del año?
FC – Nuestros modelos de proyección están marcando que la inflación va a permanecer dentro del rango objetivo en lo que resta del año (y que incluso podría bajar algo más en los próximos meses).
Por supuesto, como hemos discutido en otras oportunidades, esto descansa esencialmente en el supuesto de que el dólar va a permanecer en niveles muy bajos (cerrando 2017 entre $29 y $30). La verdad es que estamos viendo presiones de apreciación muy firmes desde el frente externo y regional y al mismo tiempo tendemos a pensar que la política monetaria va a mantener un signo mayormente contractivo… De hecho, en nuestro escenario base de pronóstico contemplamos que con menores expectativas inflacionarias las tasas de interés en moneda nacional pueden bajar algo más en términos nominales en los próximos meses, pero esperamos que igualmente sigan relativamente firmes en términos reales. Y eso, a nuestro juicio, va a seguir alentando cambios de portafolios a favor de la moneda nacional y generando presiones bajistas sobre el dólar a nivel local…
Por supuesto nos podemos equivocar en esta visión sobre el comportamiento que tendrá la política monetaria y es claro que también puede haber sorpresas en el frente externo que supongan una evolución más alcista del dólar a nivel global o regional (y por ende también aquí en Uruguay). De ser así, si el tipo de cambio evolucionara por encima de lo que hoy estamos asumiendo, tendríamos una mayor inflación, pero en las condiciones actuales, como decía antes, nos parece muy probable que la inflación cierre el año por debajo de 7 %.
***