El Índice de Precios del Consumo aumentó un 0,1 % en noviembre y, de esa manera, la medición anual de la inflación bajó nuevamente y se ubicó en 8,1 %.
Emiliano Cotelo (EC): ¿Cómo se analiza esta nueva baja de la inflación? ¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, economista de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA) – Florencia, ¿cómo analizaron este descenso de la inflación en noviembre? Se trata de la sexta baja consecutiva de la inflación en términos anuales… ¿La estaban esperando?
Florencia Carriquiry: (FC): Sí. Estábamos esperando una nueva baja de la inflación anual, aunque nuestro pronóstico puntual para noviembre era ligeramente superior (concretamente, teníamos una estimación de 0,3% para el mes).
Ahora, cuando miramos al interior de la canasta, esencialmente nuestra sobreestimación de la inflación en noviembre obedeció a que las frutas y verduras cayeron más de lo que esperábamos… De hecho, a nivel de la inflación subyacente, el registro efectivo estuvo bastante en línea con lo que aguardábamos.
RA: – ¿Cuánto bajaron los precios de las frutas y verduras Florencia? Esto era algo que se estaba esperando de todos modos ¿verdad?
Los precios de las frutas y verduras, en promedio, bajaron 5,3 %, básicamente por un abaratamiento fuerte de las verduras (en donde la caída de precios fue de más de 8 %). Los precios de las frutas también bajaron pero muy ligeramente.
Como decías, esto era algo que veníamos esperando, en la medida en que habíamos visto al inicio del año un alza extraordinaria de los precios de estos productos (asociada sobre todo a factores climáticos), que en los últimos meses venía revirtiéndose pero muy lentamente… En noviembre vimos la primera corrección fuerte en este componente y con este dato la inflación a nivel de las frutas y verduras bajó desde 23,5 % en los doce meses a octubre a 17,8 % en el año finalizado en noviembre.
De todos modos, Romina, desde estos niveles es esperable que sigamos viendo bajas adicionales de los precios de estos productos en los próximos meses.
RA – ¿Cómo fue el comportamiento en el resto de los componentes del IPC? Te lo pregunto porque en los últimos meses, cuando analizábamos la baja que estaba teniendo la inflación, destacábamos el impacto de la caída del dólar en los precios transables… En noviembre el dólar dejó de bajar… ¿Eso tuvo algún impacto?
FC: Es cierto. El dólar dejó de bajar en noviembre y tuvo cierta suba luego de la victoria de Trump en las elecciones en Estados Unidos. Concretamente, en el promedio del mes el dólar cotizó a $ 28,66, y eso supuso un aumento de 2 % frente a octubre.
En ese marco y contemplando también algunos incrementos puntuales (como el ajuste de la leche tarifada por ejemplo), los precios transables (que son los precios de las bienes que se comercian con el exterior y que por tanto están más directamente impactados por el tipo de cambio), tuvieron un aumento de más de 0,5 % en el mes, que fue la mayor suba mensual desde marzo (cuando comenzó a caer el dólar).
Sin embargo, dado que en noviembre del año pasado habíamos visto una inflación transable aún mayor, la inflación transable en términos de doce meses volvió a caer (aunque muy levemente) y se ubicó en 5,1 % en noviembre.
RA – ¿Y qué sucedió con los precios no transables, en donde el dólar incide menos?
A nivel de los precios no transables volvimos a ver una moderación… por segundo mes consecutivo. Concretamente, la inflación no transable en términos anuales bajó desde 10,5 % en octubre a 10,1 % en noviembre y si no incluimos el tabaco (que es un rubro que ha tenido un aumento excepcional este año por el ajuste del IMESI), el resto de los precios no transables acumulan un incremento de 9,7 % en los últimos doce meses… es la primera vez desde inicios de 2015 que este componente de inflación no transables (sin tabaco) cae por debajo de 10 %. Esto a nuestro juicio es una señal bien relevante, que será clave ver si se mantiene en los próximos meses.
Otras veces comentamos que la firmeza de los precios no transables reflejaba a nuestro juicio presiones inflacionarias muy persistentes a nivel de los costos domésticos (sobre todo salariales)…y que una moderación más clara en estos precios era clave para que la baja de la inflación fuera sostenible… Esta tendencia que comienza a insinuarse en lo últimos meses es una buena señal en ese sentido.
En definitiva, Romina, en noviembre vimos una baja tanto de la inflación transable como de la no transable, con lo cual nuestra estimación de inflación subyacente (que excluye las frutas y verduras y los precios administrados) bajó nuevamente y se ubicó en 7,8 % en los últimos doce meses…. Se trata del menor registro en más de 3 años.
RA – En base a este análisis, entonces, ¿qué están esperando para los próximos meses? ¿Cuáles son los pronósticos para el cierre de este año y qué cifras están manejando para el año que viene?
FC –Estamos ajustando los pronósticos pero seguramente la inflación cerrará este año por debajo de 8,5 %. Hay que tener presente que en lo que va del año el IPC acumula un incremento de 8,7 %, pero en diciembre vamos a ver un registro seguramente negativo de inflación, en la medida en que se repite el programa “UTE Premia”, que supone una baja muy significativa de la tarifa de electricidad en el mes.
Incluso, si volviéramos a ver una baja fuerte de las frutas y verduras, podríamos cerrar el año con una inflación cercana a 8 %.
Luego, para 2017, nuestros modelos de proyección marcan que en los primeros meses del año podríamos ver a la inflación bajando algo más y posiblemente ingresando (al menos de forma transitoria) en el rango objetivo, contemplando el impacto del abaratamiento de los precios de las frutas y verduras y también del tabaco (que es otro producto que, como decía antes, mostró un alza excepcional al inicio de 2016 por aumento del IMESI).
De todas maneras y más allá de esos dos factores puntuales, en los pronósticos para 2017 también es determinante la evolución del dólar.
RA – ¿Y que están suponiendo respecto al dólar?
FC: Hoy estamos asumiendo que el tipo de cambio va a tener una suba muy lenta en los próximos 12 meses, hacia niveles de $ 34 al cierre de 2017 y, con ese supuesto por detrás, la inflación retomaría cierta tendencia alcista en la segunda mitad del año próximo y cerraría nuevamente en torno a 8 % en 2017.
Ahora, lógicamente, cualquier sorpresa (tanto externa como doméstica), que implique una corrección al alza del tipo de cambio más rápida de lo que hoy estamos contemplando, generaría un repunte de la inflación más significativo.
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