El Índice de Precios del Consumo aumentó un 0,25 % en setiembre y, de esa manera, la medición anual de la inflación bajó nuevamente y se ubicó en 8,9 %, alejándose así de los dos dígitos.
Emiliano Cotelo (EC): Para analizar en detalle el comportamiento de los precios al consumo y las perspectivas para los próximos meses, estamos en diálogo con la economista Florencia Carriquiry, economista de la consultora Deloitte.
Florencia, ¿cómo analizaron estos últimos datos? ¿Estaban esperando que la inflación volviera a bajar el mes pasado?
Florencia Carriquiry (FC) – La verdad que el dato estuvo muy alineado con lo que estábamos esperando. El IPC subió 0,25 % en el mes y nuestra estimación era de un incremento de 0,23 %, con lo cual efectivamente estábamos aguardando que la inflación en términos de doce meses volviera a bajar en setiembre, hacia niveles levemente inferiores a 9 %.
Como señalamos el mes pasado, cuando se conoció que la inflación había vuelto a ingresar en terreno de un dígito, las presiones inflacionarias han venido bajando sensiblemente en los últimos meses, esencialmente a instancias de la caída que viene mostrando el valor del dólar.
En el promedio de setiembre el dólar se ubicó apenas por encima de $ 28,70, con lo cual volvió a caer ligeramente frente al mes anterior. Y desde lo que fueron los niveles pico registrados en marzo, el tipo de cambio ha caído casi 11 %. En ese contexto, la inflación transable (es decir, la evolución de los precios de los bienes que se exportan o se importan, que son más sensibles al tipo de cambio) siguió reduciéndose el mes pasado. Concretamente, la inflación transable se ubicó apenas por encima de 6 % en los doce meses a setiembre… o sea que cayó en más de 4 puntos en estos últimos seis meses. Este ha sido el factor clave para que la inflación volviera a ubicarse en terreno de un dígito a partir de agosto y que cayera incluso por debajo de 9 % en setiembre.
RA – ¿Y qué están mostrando los precios no transables? Recién hacías mucho énfasis en el impacto del dólar sobre los precios transables, ¿se advierte también a nivel del componente no transable alguna moderación de las presiones de inflación?
FC – No. A nivel del componente no transable del IPC (que incluye los bienes y servicios que no se comercian con el exterior y cuyos precios se determinan esencialmente en función de las condiciones domésticas) no se observa (por lo menos por ahora) ninguna señal de moderación.
Incluso excluyendo el caso del tabaco (que ha tenido subas de precios muy altas por el incremento fuerte del IMESI al inicio del año), el resto de los precios no transables están subiendo igualmente a un ritmo de más de 10 % anual desde hace muchos meses y no hubo cambios en ese sentido en setiembre. Como señalamos otras veces, la persistencia que muestra la inflación a nivel de este componente está asociada, a nuestro juicio, a la firmeza que siguen mostrando los salarios medidos en términos nominales, que mantienen subas de más de 10 % anual.
De todas maneras, a instancias de la baja tan fuerte que vimos a nivel de la inflación transable, la inflación subyacente ha bajado muy significativamente en los últimos meses. Concretamente, nuestro indicador de inflación subyacente se ubicó en 8,6 % en los últimos doce meses a setiembre, levemente por debajo incluso de la inflación total.
RA – El mes pasado cuando analizábamos las cifras de agosto, Pablo comentaba que el hecho de que la inflación subyacente esté por debajo de la inflación total tenía que ver con una evolución extraordinaria de los precios de las frutas y verduras en este último año, que era esperable tendieran a normalizarse en los meses siguientes… ¿Qué sucedió en ese sentido en setiembre?
FC – Efectivamente, Romina, las frutas y verduras han tenido un rol relevante en la evolución del IPC de este último año. Si bien es un componente que tiene un peso reducido en la canasta (pesa algo más del 4 %), tuvo subas excepcionales en la primera mitad del año… En setiembre puntualmente vimos finalmente una baja del precio promedio de las frutas y verduras, pero muy acotada, de 1,25 % en el mes… porque el abaratamiento de las verduras (donde los precios cayeron en promedio 6 %) se vio compensado en parte por una suba de algo más de 3 % de los precios de las frutas.
De todos modos, en conjunto, las frutas y verduras acumulan todavía un incremento de 21 % en los últimos doce meses… Por eso, como te comentaba Pablo el mes pasado, nosotros aguardamos sí que en los próximos meses sigamos viendo una desinflación significativa a nivel de este componente, que debería contribuir a una baja adicional de la inflación.
Y, de la misma manera, algo similar va a ocurrir con los precios del tabaco, que subieron mucho (más de 15 % en los últimos doce meses) a instancias de un incremento fuerte del IMESI al inicio del año… Si el gobierno no realiza nuevos aumentos de impuestos, también allí habrá un factor de alivio para la evolución del IPC en la primera parte del año que viene.
RA – Yendo justamente a eso, y para terminar, ¿qué perspectivas están manejando entonces para los próximos meses? Por lo que decís, esperan que la inflación se mantenga en niveles de un dígito ¿verdad?
FC – Sí, Romina. De hecho, nuestros últimos pronósticos apuntan a una inflación cerrando por debajo de 9 %, tanto este año como el próximo…
Lógicamente y más allá del abaratamiento esperado a nivel de las frutas y verduras y a nivel del tabaco como comentaba recién, la evolución de la inflación en los próximos meses dependerá en buena medida del propio comportamiento del dólar. En ese sentido, nuestros pronósticos descansan en un supuesto de suba muy moderada de dólar en los próximos 12-18 meses, hacia niveles de $ 34 al cierre del año que viene.
El otro elemento a precisar es que estas proyecciones contemplan aumentos de tarifas en línea con la inflación y asumen que se vuelve a implementar el programa UTE premia en diciembre de cada año.
Y, por último, Romina, en relación sobre todo a la proyección de 2017, por supuesto que hay algo más de incertidumbre, no sólo por la evolución del dólar (que como siempre en un plazo más largo puede verse impactado por muchos factores difíciles de prever hoy) sino que también hay cierto grado de incertidumbre sobre cómo va a jugar la propia política monetaria.
RA – ¿Por qué decís eso, Florencia?
FC – Porque el manejo monetario es indudablemente un factor determinante en la evolución de la inflación, sobre todo en plazos más largos. En ese sentido, hasta hace algunas semanas atrás, veníamos viendo que las tasas de interés de las Letras de Regulación Monetaria que emite el banco central venían teniendo cierta baja y, por tanto, interpretábamos que esto podía estar reflejando una intención de flexibilizar un poco la política monetaria para privilegiar en alguna medida una recomposición de la competitividad (aunque eso supusiera una baja menor de la inflación). Sin embargo, en estas últimas dos o tres semanas vimos nuevamente a las tasas de interés subiendo. Tendremos que ver si esto se sostiene, pero si la política monetaria mantiene un signo más contractivo, eso podría abrir un espacio para un descenso de la inflación todavía más rápido, aunque al mismo tiempo con más riesgos para la actividad económica fruto de un deterioro mayor de la competitividad.
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