El IPC tuvo una suba de 0,28 % en marzo y, de esa manera, la inflación en términos anuales bajó a 6,65 %, ingresando nuevamente en el rango objetivo, del cual había salido en el mes de febrero.
Emiliano Cotelo (EC): ¿Cómo se analizan estos últimos datos? ¿Qué podemos esperar para los próximos meses? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Florencia, ¿cómo vieron el dato de inflación de marzo? Después de que la inflación saliera del rango objetivo en febrero, ¿esperaban que volviera a ingresar en esa referencia en marzo?
Florencia Carriquiry (FC): La verdad es que el dato de inflación de marzo fue levemente menor al que teníamos proyectado. Nosotros teníamos estimada una suba del IPC de 0,4 % en el mes y, como decía Emiliano, el registro terminó siendo de casi 0,3 %… Sin embargo, en nuestros pronósticos sí estábamos esperando que la inflación volviera a entrar en el rango objetivo… con lo cual desde esa perspectiva no hubo sorpresas.
Hay que recordar, Romina, que tal como comentamos el mes pasado, el registro de febrero, que llevó la inflación anual a superar el 7 %, había tenido algunos factores puntuales por detrás, como la suba de las frutas y verduras, que sabíamos iban a tener un efecto transitorio… y efectivamente en marzo comenzamos a ver una reversión de los aumentos de meses previos en este componente.
RA – ¿Cómo fue la evolución de los precios de las frutas y verduras en marzo?
FC – En marzo el precio medio de las frutas y verduras bajó 1,6 %… Eso contrasta con lo que veníamos viendo desde fines de 2017, en un contexto de problemas climáticos, que afectaron la oferta de algunos productos. De hecho, hay que tener presente que entre diciembre y febrero vimos una suba de más de 10 % de las frutas y verduras (siempre en promedio) y eso había derivado en que la inflación anual de ese componente alcanzara a 15 % en los doce meses a febrero. Con el descenso de marzo, que recién comentaba, estos precios están quedando menos de 10 % por encima de los niveles de un año atrás… y ya no tienen una incidencia tan relevante en la medición anual de la inflación… De hecho, la inflación subyacente del último año a marzo es muy similar a la inflación total y eso marca que no estamos viendo una distorsión relevante de los ni de los componentes volátiles de la canasta (como frutas y verduras) ni de los precios administrados (que también quitamos de la medición subyacente porque su evolución no responde a dinámicas de mercado).
RA – ¿Cómo fue concretamente la evolución de la inflación subyacente en marzo, Florencia?
FC – Nuestra estimación de la inflación subyacente, que como decía recién, no contempla ni frutas y verduras ni precios administrados fue de 0,5 % en el mes (apenas una décima mayor a lo que teníamos en nuestro pronóstico) y en términos anuales está relativamente estable desde hace varios meses, dentro del rango objetivo, aunque muy cerca del tope… entre 6,5 % y 6,8 %.
En particular, al interior del núcleo del IPC, la inflación transable (la más impactada por la evolución del dólar) se mantiene en torno a 5 % en términos anuales y la inflación no transable (es decir, la suba de precios a nivel de bienes y servicios que no se comercian con el exterior y por ende están menos directamente impactados por el dólar) se ubica en torno a 8 % en los últimos doce meses.
RA – Está claro. ¿Y qué podemos esperar para los próximos meses? ¿La inflación puede volver a salir del rango objetivo? ¿Qué están proyectando en Deloitte para este año?
FC – Para responder esa pregunta es clave, como comentamos otras veces, la evolución que se proyecte para el dólar. Nosotros en Deloitte nos hemos ido moviendo hacia un escenario sin una suba relevante del dólar este año… Concretamente, nuestros últimos pronósticos asumen un dólar en $ 29 al cierre del año… Y con ese pronóstico cambiario nuestros modelos de proyección marcan que la inflación cerraría en torno a 6,5 %, nuevamente, por segundo año consecutivo, dentro del rango objetivo.
Ahora, Romina, en una mirada de mediano plazo, el partido contra la inflación no está ganado ni mucho menos…
RA – ¿Por qué decís eso, Florencia?
FC – Lo digo porque ese pronóstico de una inflación dentro del rango meta este año descansa, como decía, en que el dólar no suba y eso parece algo insostenible en una perspectiva más larga… Nuestro país presenta niveles de competitividad históricamente bajos y estas proyecciones asumen un deterioro adicional…
Con la inflación tan cerca del tope del rango y con salarios aumentando en términos nominales más de 7 % en los próximos años, en línea con lo que marcan las pautas de esta séptima ronda de negociación, es claro que hay poco espacio para que el dólar retome una senda alcista sin que eso suponga volver a tener a la inflación fuera del rango.
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