¿Cómo se analiza la coyuntura y cuáles son las perspectivas para para este sector?
EMILIANO COTELO (EC): En un marco de oferta de ganado reducida, los valores de las haciendas se mantienen en niveles altos en el inicio de este año. Concretamente, según cifras de Instituto Nacional de Carnes (el INAC), en lo que va del año el novillo gordo cotiza en un promedio levemente superior a US$ 1,80 el kilogramo en pie y en unos US$ 3,40 el kilogramo en cuarta balanza, que son valores entre 6% y 7% mayores a los de inicios de 2018.
En este contexto, desde la industria se advierte de una situación de rentabilidad muy tensionada, con resultados que en el último ejercicio, cerrado en setiembre de 2018, habrían sido negativos en varias plantas.
¿Cómo se analiza entonces la situación del sector cárnico uruguayo? ¿Cuáles son las perspectivas? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Emiliano recién mencionaba la firmeza que siguen mostrando los valores de las haciendas y las dificultades de rentabilidad que se advierten en el sector industrial… ¿cómo están viendo la coyuntura actual del sector cárnico en Uruguay?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Claramente estamos en momentos muy particulares para este sector. Hay que recordar y creo que lo comentamos en este espacio el año pasado, que en el último ejercicio vimos una caída importante de los stocks ganaderos. El stock cayó en el último conteo a junio de 2018 en más de 400.000 cabezas frente al año anterior y si comparamos con junio de 2016, cuando se había alcanzado un pico de más de 12 millones de cabezas, la reducción fue de más de 700.000 cabezas en sólo 2 años. Y en particular vimos una retracción muy marcada a nivel del stock de novillos, que cayó por debajo de los 2 millones de cabezas, marcando un mínimo en los 44 años para los que tenemos estadísticas.
Esa evolución de los stocks se conjugó además con condiciones climáticas muy favorables, que permitieron una muy buena dotación de forraje en los campos y facilitaron el manejo de la oferta por parte de los productores.
En ese marco y con una demanda que siguió además firme por parte de la industria, los valores se han mantenido muy altos, como decía Emiliano. Precios de más de US$ 3,40 el kilogramo en cuarta balanza son precios que no se veían para este período del año desde hace varios años… Son comparables a los que existían previo a 2014, cuando los valores de la carne estaban en niveles pico históricos.
RA: Recién decías que la demanda se mantuvo firme, ¿Cómo está evolucionando la faena en este contexto?
FC: Sí. Efectivamente, pese a la situación de relativa escasez de oferta, la faena se ha mantenido en niveles altos. En abril en particular vimos una actividad muy dinámica, incluso subiendo más de 10% frente a los niveles del año pasado.
Si miramos el acumulado de lo que va de este ejercicio de la industria, que comenzó en octubre, la faena tiene una caída de algo más de 2% frente a los niveles del mismo período del ejercicio anterior, pero no podemos perder de vista que el ejercicio anterior (el 2017/2018) fue un ejercicio de faena muy alta (la mayor en más de una década).
RA: ¿Y qué pasa con los precios de la carne? ¿Están permitiendo absorber estos valores del ganado?
FC – Si miramos el precio medio de exportación de la carne vacuna que publica INAC, los valores de exportación habían tenido cierto ajuste a la baja en el segundo semestre de 2018 pero han vuelto a repuntar en los últimos meses y están nuevamente por arriba de los US$ 3.600 la tonelada carcasa.
Son precios de la carne altos, pero claramente son muy inferiores a los niveles pico de 2014… Recién comentaba que tenemos valores del ganado comparables a los que teníamos en 2014… bueno… los valores promedio de exportación están 7%-8% debajo de los niveles que obtenía la industria en aquel entonces.
Por eso y yendo a la primera parte de tu pregunta, la verdad es que incluso con buenos precios de la carne en el mercado internacional, la industria no está logrando soportar estos valores del ganado… por que además, los demás costos internos de producción (como los costos salariales, o los costos de la energía), también están muy altos medidos en dólares. De hecho, los niveles de rentabilidad en la industria frigorífica están siendo muy malos en la coyuntura actual.
RA: ¿Podemos comentar algunas cifras concretas en ese sentido?
FC: Sí, a ver… es claro que al interior de esta industria hay situaciones diferentes y hay plantas con mejores resultados que otras, pero si analizamos más de 20 balances de la industria que están hoy por hoy disponibles en la Auditoría Interna de la Nación, se observa que más de la mitad cerraron el ejercicio 2017/2018 con pérdidas a nivel operativo y en algunas de ellas las pérdidas fueron abultadas. Y en aquellas empresas en que los resultados fueron aún positivos, se tiende a apreciar un deterioro importante respecto a ejercicios anteriores.
En definitiva, Romina, la industria está atravesando un período complejo, que se ve exacerbado además por el hecho de que el sector está sobre dimensionado para lo que son los niveles de stocks actuales en nuestro país y eso implica que haya niveles de capacidad ociosa muy altos en algunas plantas.
RA: ¿Y qué perspectivas se manejan para este ejercicio en curso? ¿Hay expectativas de mejores resultados?
FC: Nuestras estimaciones apuntan a que probablemente este ejercicio 2018/2019, del que ya ha transcurrido algo más de la mitad, va a volver a ser un ejercicio de resultados pobres en este sector, aunque hay algunos elementos que permiten prever una segunda mitad del ejercicio mejor de lo que ha sido la primera parte…
RA: ¿Por qué decís eso? ¿Cuáles son esos elementos?
FC: Bueno… por un lado, a nivel de los precios de la carne, recién decíamos que los valores venían tonificándose en las últimas semanas… y en este contexto se agregó el reciente brote de fiebre porcina en China, que está suponiendo una demanda adicional muy importante por otras carnes. Esta situación seguramente va a suponer presiones alcistas sobre los valores de la carne vacuna en estos próximos meses.
Además, la suba del dólar que estamos empezando a ver en nuestro país debería ir contribuyendo a moderar los costos internos y a mejorar los números de la industria y de toda la cadena.
Y, por otro lado, con una mirada algo más larga, hay también mejores expectativas en relación a la oferta de ganado. Es claro que el conteo de DICOSE de este próximo junio no va a arrojar aún mejores cifras, porque la sequía del verano pasado y las lluvias del invierno afectaron el estado del ganado, pero, si miramos hacia adelante, la combinación de valores firmes del ganado y de buenas condiciones climáticas permiten ser algo más optimistas para la próxima parición. De hecho, los especialistas marcan que los primeros diagnósticos de preñez están arrojando resultados muy buenos. Con lo cual, si no hay sorpresas negativas a nivel climático, el ejercicio próximo podría marcar entonces el comienzo de una nueva fase de recuperación de stocks, que de soporte a un crecimiento sostenible de la actividad a futuro.
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