Esta semana el grupo francés PSA comenzó a ensamblar en la planta de Nordex dos nuevos modelos, el Peugeot Expert y el Citroen Jumpy. Gracias a este proyecto, que implicó una inversión inicial de US$ 20 millones, la empresa producirá 6.000 unidades de estos utilitarios anualmente y empleará a 200 trabajadores de manera directa y a otros 400 de forma indirecta, según anunció.
Emiliano Cotelo (EC) —Ante esta noticia, nos pareció oportuno dedicar nuestro análisis económico de hoy a repasar el desempeño reciente de la industria automotriz, su situación actual y sus perspectivas… Enseguida, conversamos con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA) —Pablo, para empezar, quizás sería útil comentar brevemente las principales características de este sector. ¿Qué tipos de empresas hay en el sector? ¿Cuáles son los principales datos disponibles?
Pablo Rosselli (PR) —Cuando se habla de la industria automotriz en general se considera la actividad de ensamblado de automóviles y vehículos utilitarios pero también se incluye la producción de autopartes y accesorios para vehículos, actividad que es realizada por muchas empresas de producciones bien variadas…
Se trata de un sector fuertemente volcado a las exportaciones… Casi que la totalidad de los vehículos que se arman en el país son para la exportación y la gran mayoría de las autopartes que se producen en el país son para la exportación… Por lo tanto, si queremos entender cómo se comporta la industria automotriz y de autopartes tenemos que mirar las exportaciones…
RA —¿Y a cuánto ascienden las exportaciones de la industria, Pablo? ¿Cuánto representan esas exportaciones en el total del país?
PR —Las exportaciones de la industria automotriz han fluctuado mucho en los últimos años… Ahora podemos comentarlo con más detalle pero en 2016 la industria exportó unos US$ 65 millones, que se dividen en exportaciones de vehículos por unos US$ 27 millones y exportaciones de autopartes y repuestos por US$ 38 millones.
Se trata entonces de un monto de exportaciones muy pequeño, que representa apenas un 1 % del total exportado por Uruguay… aunque es importante advertir que en los últimos años las exportaciones de la industria se redujeron fuertemente.
RA —¿Cuánta gente trabaja en el sector, Pablo?
PR —El INE no publica información de empleo por rama industrial aunque sí publica un índice de evolución del personal ocupado en el sector…
De todos modos, podemos hacer alguna estimación… Según datos del INE, en Uruguay hay aproximadamente unas 80 empresas en este sector automotriz, la gran mayoría empresas pequeñas pero hay algunas empresas medianas y grandes… A partir de los datos de tamaño de esas empresas, estimamos que la ocupación en el sector debe estar en torno de las 1.500 personas… Sabemos también que en 2015 y 2016 el empleo fue particularmente bajo porque el sector atravesó como decía recién muchas dificultades pero los datos del INE están mostrando un aumento importante este año.
RA —Volvamos a las exportaciones, Pablo… Decías que en 2016 el sector exportó solamente US$ 65 millones… pero decías también que esa cifra era muy baja… ¿Cuánto se exportaba en años anteriores?
PR —El 2011 fue un año récord de ventas al exterior para la industria automotriz… Las exportaciones llegaron a casi US$ 300 millones (US$ 180 millones en vehículos y US$ 120 millones en autopartes)… Esa cifra es mucho más alta que la de 2016 pero igual es pequeña en relación al tamaño de la economía uruguaya… en su mejor año, las exportaciones de la industria alcanzaron a algo menos de 4 % del total de exportaciones de bienes de Uruguay…
Sim miramos un poco más atrás y revisamos la historia del sector vemos que se trata de un sector con fluctuaciones muy importantes… La creación del Mercosur (en los años 90) significó una restructuración enorme de la industria… cerraron varias plantas de ensamblado de marcas internacionales que operaban en el país… Pero la industria de ensamblado de vehículos tuvo un resurgimiento en la segunda mitad de la década del 2000, sobre todo a partir del armado de vehículos de origen asiático como por ejemplo Chery o Lifan. En ese marco, las exportaciones de la industria automotriz subieron desde unos US$ 60 millones en 2005 hasta ese máximo de US$ 300 millones en 2011.
RA —¿Qué sucedió a partir de ese récord de 2011, Pablo?
PR —A partir de 2012 la industria comenzó a enfrentar problemas en la región, en particular con Argentina, que comenzó a restringir el ingreso de importaciones y eso derivó en una contracción importante de la actividad ese año…
En 2013 la industria logró una recuperación importante, de la mano de mayores colocaciones en Brasil… Pero bueno, en 2014 comenzaron a verse nuevas dificultades… porque a los problemas con Argentina se agregó un contexto de recesión en Brasil y de pérdida de competitividad de nuestro país.
Hay que tener presente que esta es una industria muy sensible al ciclo económico… las recesiones en la región implicaron una caída fuerte de la demanda de automóviles y de vehículos utilitarios, que afectó a las plantas de ensamblado de esos países pero también a toda la industria automotriz uruguaya…
RA —Está claro eso, Pablo, pero ¿cuánto influyeron también en esa caída de nuestras exportaciones las trabas comerciales que imponen los vecinos?
PR —Jugaron un rol importante… pero no es fácil separarlo del contexto macroeconómico…
RA —¿Por qué decís eso, Pablo?
PR —Por lo siguiente, Romina… Hay que tener en cuenta que la industria destina prácticamente la totalidad de su producción a Brasil y Argentina… y hay que tener presente que todo el comercio regional está fuertemente regulado… La industria uruguaya exporta a Argentina y Brasil bajo el amparo de una fuerte protección regional… El arancel externo común para automóviles importados desde fuera de la región es de 35 %… sumamente elevado… eso permite a las empresas de la región operar con costos más altos y traspasar esos costos altos al precio de los automóviles… A su vez, las exportaciones dentro del bloque están reguladas con regímenes especiales, de cuotas…
En ese contexto, suele ocurrir que cuando la economía de los países vecinos empeora y la demanda de automóviles se reduce, los países vecinos tienden a compensar la menor demanda con mayores restricciones a las importaciones… Por eso decía que no es tan fácil separar las protecciones de los vaivenes de la economía…
RA —¿Y qué posibilidades tiene la industria automotriz de salir fuera de la región??
PR —Muy pocas… Esta es una industria de inserción netamente regional, que no tiene competitividad para salir al resto del mundo.
RA —¿Y qué espacio hay para tratar de darle un mayor impulso con otras políticas públicas? ¿Con más apoyos estatales, por ejemplo?
PR —En muchos países del mundo la industria automotriz recibe un tratamiento especial… los Gobiernos se preocupan mucho por promover estas industrias…
De todos modos, Uruguay tiene limitantes evidentes… Su mercado interno es prácticamente inexistente, con lo cual las empresas no pueden aprovechar en absoluto ese mercado.
Uruguay ya tiene un régimen de promoción muy importante para este sector… En concreto, la industria automotriz tiene un régimen de devolución de impuestos excepcionalmente favorable… En general en el país el régimen de devolución de impuestos a las exportaciones tiene una tasa general de entre 2 % y 3 % sobre el monto FOB (free on board) exportado (dependiendo del sector)… En el caso de la industria automotriz (incluyendo la autopartista), existe un sistema especial, que le reintegra a las empresas de esta rama un 10 % del valor FOB exportado… Se trata de un beneficio realmente importante para esta actividad… pensemos que muchísimas empresas en Uruguay ganan probablemente menos de 10 % sobre su venta… La devolución de impuestos a la industria automotriz es muy alta…
Preguntabas recién si el sector podía salir afuera de la región… y la realidad es que esas devoluciones de impuestos del 10 % sobre las exportaciones seguramente no serían aceptables para terceros mercados… se salen de lo aceptado en la OMC… los países del Mercosur lo permiten pero eso ocurre dentro de este marco de comercio regional fuertemente administrado.
RA —Para terminar, Pablo, ¿cómo quedan las perspectivas para la industria a partir de este anuncio de Nordex?
PR —Este año y el próximo veremos una recuperación importante, luego del mal desempeño de los últimos años. De hecho, los datos del primer semestre de 2017 pautan que la producción industrial creció más de 140 % respecto al mismo período de 2016, con datos particularmente buenos en mayo y junio… De todos modos, en una perspectiva de mediano plazo es difícil imaginar un crecimiento importante de este sector, que como decía antes no tiene ventajas competitivas para competir en el mercado regional… y menos para salir fuera del Mercosur.
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