El viernes de la semana pasada se conoció un nuevo dato que reafirma el deterioro de la situación económica en Brasil. De acuerdo a un índice que elabora el Banco Central, la actividad económica de nuestro vecino más grande tuvo una caída de 3% en abril frente a igual mes del año pasado.
Luego de conocido este dato, los analistas brasileños volvieron a ajustar a la baja sus proyecciones de crecimiento económico para este año y para el próximo. Con estas novedades, nos pareció oportuno volver sobre la economía brasileña. Enseguida, les proponemos conversar con el economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA):
Javier, recién decía Emiliano que la actividad económica en Brasil tuvo una caída interanual de 3%. Se trata de una caída fuerte, ¿verdad? ¿Cómo vieron ustedes este nuevo dato?
JAVIER GLEJBERMAN (JG):
Sin dudas se trata de una caída grande… Es un nuevo dato negativo sobre el desempeño de la actividad económica en Brasil, que confirma que la situación sigue siendo muy desfavorable.
Al mismo tiempo, también hay que decir que no es algo que nos llame demasiado la atención… Lo cierto es que en las últimas semanas ya venimos viendo datos bastante malos a nivel de la actividad económica.
RA: – Javier, ¿a qué datos te estás refiriendo? ¿Podemos repasar los últimos indicadores disponibles?
JG: – Sí, claro. Esta cifra más reciente que acabamos de comentar surge de un índice de actividad económica que elabora y divulga mes a mes el Banco Central.
Pero tenemos también los números de PBI que refieren al primer trimestre del año y que nos permiten hacer un análisis más completo porque tienen más información.
Y la verdad es que el último dato dejó varias señales negativas… El PBI tuvo una caída interanual de 1,6% (es decir, primer trimestre de 2015 frente a primer trimestre de 2014)… El consumo de las familias tuvo una caída de 1% aproximadamente, que era algo que no se veía desde 2003… La inversión tuvo un descenso de casi 8%…
Si lo miramos por sector de actividad, también hay comportamientos bastante negativos. Por ejemplo, la industria (que además de la industria manufacturera incluye también a la minería y a la construcción) volvió a caer a un ritmo fuerte en el primer trimestre, de 3% aproximadamente.
En definitiva, son todos datos que confirman un panorama prácticamente recesivo en la economía brasileña.
RA: – Javier, ya lo adelantaba Emiliano… Los analistas brasileños siguen corrigiendo a la baja sus pronósticos de crecimiento. Pero, ¿qué números manejan, concretamente?
JG: – Sí, es así. Hace tiempo que los analistas brasileños vienen corrigiendo a la baja sus proyecciones de crecimiento económico… Algo que tiene sentido a la luz de estos últimos datos que estuvimos comentando.
De hecho, ayer se publicaron los resultados de la encuesta de expectativas que hace el Banco Central entre varios analistas y los números son claros… La mediana de esa encuesta señala que el PBI va a caer 1,5% en el conjunto de 2015 y para 2016 muestra una recuperación muy modesta, de sólo 0,7%… Son cifras muy malas en comparación con las perspectivas para otras economías emergentes y en relación con la propia historia de Brasil… En los últimos tres años (2012, 2013 y 2014) Brasil creció menos de lo que creció la economía mundial y por cómo viene la situación 2015 y 2016 no van a ser la excepción.
Recordemos, además, que a comienzos de año esta misma encuesta indicaba un crecimiento de 0,5% para 2015 y un crecimiento de 1,8% para 2016… Son números que reflejan claramente el deterioro de las expectativas en relación a la economía brasileña.
RA: – Queda claro, entonces, que el panorama no es muy alentador. Ahora, ¿por qué Brasil se encuentra en esta situación?
JG: – Varias cosas… En primer lugar, Brasil está sintiendo el cambio en el contexto internacional… Tenemos a las economías emergentes desacelerándose de forma generalizada y en particular a China (uno de los mercados más relevantes para Brasil) creciendo a tasas cada vez más bajas…
Brasil también está sufriendo la caída de los precios internacionales de las materias primas… Y aquí es importante hacer una precisión… Porque mientras que en el caso de Uruguay la caída en el precio del petróleo juega a favor porque nuestro país es un importador neto de crudo, en el caso de Brasil es un efecto negativo adicional porque es exportador neto… Es decir, Brasil sufre las mismas caídas de precios internacionales que sufre Uruguay y, además, sufre también la caída del precio del petróleo.
Y a nivel local, lo que pasa en Brasil es que ya se agotó el espacio para tratar de estimular el crecimiento por el lado de la demanda interna y lo que hace falta son reformas en varios sectores que dinamicen la economía… Por ejemplo en infraestructura, en el sistema financiero, en temas de apertura comercial.
RA: – Javier, ¿podés detenerte en ese punto? ¿Por qué decís que se agotó el camino de la demanda interna?
JG: – Bueno, para nosotros eso queda bastante claro cuando miramos los desequilibrios macroeconómicos que acumuló Brasil en los últimos años.
Uno de los temas que más preocupan es el deterioro de las cuentas públicas… Recordemos que en Brasil hay un déficit primario de 0,8% del PBI, cuando un año atrás había un superávit de casi 2% del PBI… Con esta situación, cuando comenzó el segundo mandato de Dilma Rousseff se anunció un ajuste fiscal para lograr una meta de superávit primario de 1%, pero con lo fragmentado que está el Congreso de Brasil y con la debilidad política de la presidente hay varios analistas que ponen en duda de que se pueda lograr ese ajuste.
El otro punto es el desequilibrio que hay en el frente externo, porque Brasil tiene un déficit en cuenta corriente superior a 4% del PBI…
Y a nivel de la inflación también hay una situación difícil. El último dato, que es de mayo, marcó una inflación de 8,5% en la medición anual. Se trata del valor más alto desde 2004, que se ubica además bien por encima de la meta oficial del gobierno (que es de 4,5% con un rango de tolerancia de más/menos 2%).
En definitiva, son todos indicadores que muestran que Brasil quedó caro, perdió competitividad y que no puede seguir creciendo a base de demanda interna… Tiene que prender también su motor exportador.
RA: – Javier, para terminar… ¿Cómo tenemos que leer estos datos desde Uruguay? ¿Qué impactos debemos esperar?
JG: – Es claro a esta altura que el panorama no es bueno. Brasil está en una situación prácticamente recesiva, hay un deterioro de las expectativas, tiene un gobierno débil para avanzar en reformas necesarias y los escándalos de corrupción conocidos tampoco ayudan.
Es probable que la depreciación que tuvo la moneda brasileña sea uno de los factores de impulso en lo que queda de 2015 y 2016. De hecho, la nota positiva del dato de PBI del primer trimestre fue el repunte de las exportaciones luego de un 2014 con caídas. Recordemos que Brasil fue de los países donde el dólar aumento más… En los últimos doce meses hubo un aumento de 40% y hoy el tipo de cambio está alrededor de 3,10 reales por dólar.
Sin embargo, tenemos que seguir pensando en un Brasil con muchos desequilibrios (difíciles de corregir), con una caída del PBI este año y una recuperación muy modesta el año que viene. Y también tenemos que pensar en un Brasil que probablemente seguirá precisando un dólar más alto. Por lo tanto, tenemos a un mercado muy significativo para nuestro país sin dinamismo y que además se seguirá abaratando en dólares, lo que compromete aún más nuestra situación de competitividad con el país vecino.