La Reserva Federal de EEUU comunicó ayer un ajuste al alza en su tasa de interés de referencia. Se trata del primer movimiento desde diciembre del año pasado y su anuncio se esperaba con mucho interés en los mercados internacionales, sobre todo porque se trataba de la primera reunión de la Fed luego del triunfo de Donald Trump y había expectativa acerca de si habría cambios en el discurso del organismo.
EMILIANO COTELO (EC) —Para conversar sobre las perspectivas que se abren luego de este ajuste estamos en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Tamara, la Fed anunció ayer un ajuste de 25 puntos básicos en el rango de referencia para la tasa de política monetaria, que pasa a ubicarse ahora entre 0,50 % y 0,75 %. Podría decirse que no hubo sorpresas en esto, ¿verdad?
TAMARA SCHANDY (TS) —No, era un movimiento que estaba ampliamente descontado en el mercado. Si mirábamos los contratos a futuro que se transan en EEUU sobre esta tasa, la probabilidad implícita de suba estaba en estas últimas semanas arriba de 90 %. El mercado veía como bastante seguro este movimiento de tasas… Y en realidad diferentes miembros de la Fed habían venido señalizando de forma más o menos explícita que habría un movimiento antes de fin de año.
Como decía Emiliano al comienzo, la mayor expectativa en relación a esta reunión estaba en los otros anuncios que se suelen hacer al terminarse estos encuentros. Me refiero a las proyecciones que se manejan para las diferentes variables de la economía norteamericana, a la trayectoria futura de la tasa de interés que se divulga en forma indicativa y, en términos más generales, al tono del discurso de la presidente de la Fed al terminar la reunión.
RA —Vayamos entonces a esos puntos. ¿Cuáles son las principales novedades que aparecieron allí, Tamara?
TS —Un primer elemento importante es que la Fed hizo una señalización de que el ritmo de suba será algo más intenso del que se había informado o sugerido luego de las reuniones previas.
Cada dos reuniones el comunicado de la Fed incluye un gráfico con la opinión de los diferentes miembros de cuál entienden que sería la tasa “apropiada” a fin del año en curso, de los años siguientes y también una referencia para el mediano plazo. Hasta ahora, en los sucesivos comunicados el ajuste de esas opiniones venía siendo sistemáticamente a la baja; no sólo la Fed no subía las tasas, sino que además comunicaba que en adelante lo haría a un ritmo más lento del señalizado antes… Ahora pasó todo lo contrario: subió la tasa y a la vez señalizó un ritmo de suba algo más rápido.
RA —¿De qué magnitudes estamos hablando?
TS —En setiembre la mediana de las opiniones de los miembros de la Fed sobre la tasa “apropiada” al final de 2017 era 1,1 %, ahora fue 1,4 %. Respecto al cierre de 2018, el cambio fue de 1,8 % a 2,1 %. No es un cambio muy drástico, pero por lo que decía antes fue significativo como señal.
RA —¿Cómo compara eso con la visión que tiene el mercado sobre el proceso de suba de tasas? Recién mencionabas los contratos a futuro… ¿Esta señal que dio la Fed está alineada con las expectativas privadas o fue una sorpresa?
TS —La trayectoria que anunció la Fed quedó algo por arriba de lo que señalaban hasta ahora los contratos a futuro. También quedó arriba de lo que proyectaban los analistas privados y bancos que participan en la última encuesta de The Wall Street Journal. La diferencia respecto a esta última encuesta no es muy material, pero con el comunicado pasado esto era al revés… por eso es algo que vale la pena marcar.
RA —¿Este cambio de “señal” que hizo la Fed tiene relación con el resultado electoral? Te lo pregunto porque luego del triunfo de Trump hubo un fuerte ajuste en las tasas de interés de los bonos norteamericanos y porque Trump durante su campaña se había referido varias veces a que la Reserva Federal estaba siendo excesivamente laxa al dejar las tasas de interés en niveles mínimos por tanto tiempo…
TS —No directamente. Y Yellen lo explicitó ante preguntas en la conferencia de prensa. La Fed es un organismo independiente… Pero también es cierto que Trump ha anunciado que tendrá una política fiscal más expansiva (con baja de impuestos y más gasto en áreas como la de infraestructura) y que muchos analistas internacionales están señalando que eso puede permitir un crecimiento más acelerado de la economía, pero también que puede generar más presiones de inflación… Si eso es así, es consistente que se prevea que se requiera una tasa de política monetaria más alta en el futuro.
La realidad, Romina, es que igual hace algún tiempo que se está afianzando la idea de que EEUU tiene tasas de inflación que parecen tender al objetivo de 2 % que tiene la Fed, que ha tenido una recuperación del PIB y del mercado laboral y que por ende están dadas las condiciones para que la Fed inicie (o más bien retome, porque ya había hecho un primer movimiento en diciembre del año pasado) el proceso de normalización de las condiciones monetarias.
RA —¿La Fed también adhiere a esa visión de que la inflación está tendiendo al objetivo y que la economía ha logrado reactivarse? ¿Qué marcan sus proyecciones?
TS —Las proyecciones en este comunicado fueron revisadas al alza, lo cual en cierta medida soporta esa otra señal que recién mencionaba de que ajustaron la trayectoria prevista para la tasa de interés. La proyección de inflación para este año subió de 1,3 % a 1,5 % y para el año que viene y el otro se esperan tasas de 1,9 % y 2 % (ya alineadas con la meta). Los pronósticos de PIB pasaron a 1,9 % para este año y 2,1 % para el próximo, en cada caso una décima por encima de las proyecciones previas. Yellen incluso dijo ayer que este movimiento era en cierta medida una especie de “voto de confianza” a la recuperación de la economía.
Dicho eso, también quiero remarcar que la trayectoria de tasas de interés que señalizaron ahora, si bien es más rápida que la señalizaban antes, sigue pautando un enfoque muy gradualista… La previsión para el año que viene es consistente con sólo 3 subas de 25 puntos básicos a lo largo del año y nos dejaría igual con una tasa muy baja en términos históricos… En el mismo sentido, agrego que tampoco se modificó el anuncio respecto a cuál se considera que es la tasa “apropiada” para el largo plazo, que sigue siendo 3 %. Todo esto habla de una Fed cauta con el proceso de ajuste monetario… En realidad hay muchas voces en la academia y entre los analistas internacionales que están subrayando los riesgos de mover demasiado rápido y que la economía pueda volver a caer en recesión… En ese panorama, la Fed naturalmente cuida mucho las señales que da hacia delante.
RA —Para terminar, Tamara, ¿qué implicancias tienen los anuncios de ayer para nuestro país?
TS —Como decía al inicio, el movimiento de la tasa no trajo mayores sorpresas. Lo más novedoso fue el cambio de señal hacia una trayectoria de suba algo más rápida que antes. Aunque no debemos sobre-dimensionar la magnitud del cambio, lo cierto es que ayer los mercados reaccionaron con una valorización del dólar (por ejemplo, la paridad euro-dólar cayó 1 % después del anuncio) y con una baja de las bolsas emergentes que estaban abiertas en el momento del anuncio mayor a la que tuvieron los mercados desarrollados.
En definitiva, Romina, una Fed moviendo la tasa en forma más ágil puede significar un entorno de dólar más fuerte en el mundo y un entorno de tasas de interés en dólares más altas, que encarezca el financiamiento para las economías emergentes y que potencialmente puede intensificar un cambio de portafolio, que implique salidas de capitales desde estos mercados.
Pero reitero, Romina, que el cambio de señal fue acotado y que por ahora la trayectoria que sigue anunciando la Fed es muy gradual, con lo cual tampoco se trata de un cambio a un escenario muy distinto al que ya se podía estar previendo para el año que viene.
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Foto en Home: Billetes de dólares estadounidenses. Crédito: TaxRebate.org.uk.