La tasa de desempleo volvió a subir en mayo y se ubicó en 8,7%.
EMILIANO COTELO (EC): El Instituto Nacional de Estadística informó ayer que el desempleo subió hasta 8,7 % de la Población Económicamente Activa en mayo, aunque igual se mantiene unas siete décimas por debajo del pico de 9,5 % que se alcanzó en marzo de este año.
¿A qué respondió este aumento del desempleo en el último mes? ¿Qué está ocurriendo con los otros indicadores del mercado laboral? ¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses? Recorremos estas preguntas con la economista Alicia Corcoll, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Alicia, los datos que publicó ayer el INE marcaron una suba del desempleo en mayo, contrastando con la caída fuerte que se había registrado en abril. ¿Cómo interpretaron ustedes estas últimas cifras del mercado de trabajo?
ALICIA CORCOLL (AC): Es claro que los datos marcaron una desmejora sí en mayo en relación a abril, pero como siempre advertimos cuando analizados estas cifras, hay que tener cuidado con no sobre-interpretar los movimientos mensuales. Lo digo porque son cifras que surgen de una encuesta con un margen de error relativamente alto y porque la serie tiene mucha volatilidad medición a medición.
De hecho, analizando la extracción ciclo-tendencia de la serie (es decir, si depuramos los factores estacionales e irregulares que puedan estar influyendo en el mes), la tasa de desempleo en realidad se mantuvo en torno al 8,5 % en mayo, que es un valor muy parecido al que veníamos observando en estos últimos meses.
Así que a nuestro juicio esa es la lectura que debemos sacar respecto a la tasa de desempleo, que ya desde fines de 2018 se viene consolidando por arriba del 8 %.
RA: ¿Y qué está ocurriendo con el empleo? ¿Volvimos a tener caídas en estos últimos datos?
AC: En mayo puntualmente la tasa de empleo subió ligeramente frente a abril: subió unas dos décimas y alcanzó a 56,8 % de la Población en Edad de Trabajar.
Ahora, reiterando el tema de la volatilidad en las series que decíamos recién, la verdad es que en términos tendenciales el empleo se mantuvo prácticamente estancado en esa última medición, es decir, no tuvo un deterioro adicional en mayo.
De todos modos, no hay que olvidarse tampoco que el empleo ya había tenido una caída relevante en la primera parte de este 2019. Estamos hablando de que hoy por hoy, con tasas de empleo que parecen estabilizarse en el entorno del 57 %, igual estamos casi medio punto por debajo de las que teníamos al cierre de 2018. Son incluso los menores niveles de empleo en más de una década, hay que remontarse hasta mediados de 2007 para ver tasas de empleo en estos valores.
En definitiva, lo que está ocurriendo es que si el desempleo no ha subido todavía más de lo que ya lo hizo, es porque al mismo tiempo también bajó la proporción de personas que busca trabajo.
RA: ¿A qué te estás refiriendo concretamente? ¿Podemos repasar esos datos?
AC: Sí, claro. Lo que quiero destacar es que en forma simultánea con esa caída en el empleo que acumulamos en los últimos años, también tuvimos una caída bastante intensa de la tasa de actividad. En el mes de mayo, concretamente, la tasa de actividad subió unas siete décimas y quedó en 62,2 % de la Población en Edad de Trabajar y esa fue justamente una de las claves de la suba en el desempleo que vimos en el mes.
Pero de nuevo, si uno se queda con la señal tendencial, lo cierto es que la tasa de actividad está de hecho algo por debajo de los registros de fines de 2018. Y en este caso, dada la caída fuerte que se acumuló en los años previos, también estamos hablando de los menores niveles en más de una década. Entonces, desde esta perspectiva – desde la tasa de actividad – el deterioro también es bastante notorio.
RA: Ahora, recién decías que más allá de la comparación puntual de mayo frente a abril, la tasa de empleo parece estar estabilizándose en niveles que igual son muy bajos desde una perspectiva histórica. ¿De cuántas personas con problemas de empleo estamos hablando? ¿Podemos cuantificarlas?
AC: Obviamente el número varía un poco según las fechas concretas que estemos comparando, pero en términos gruesos podríamos decir que la cantidad de ocupados que tuvimos promedialmente entre enero y mayo de este año es muy similar a la que hubo en los primeros cinco meses de 2018: 1.630.000 ocupados aproximadamente. Eso confirma de alguna manera esa noción de estabilidad más reciente que comentábamos recién.
Y en ese marco, la población desocupada ronda las 153.000 personas, aunque como comentamos varias veces en este espacio, la problemática de insuficiencia de empleo alcanza a una población sensiblemente mayor si consideramos en el cálculo – además de la desocupación abierta – a los subempleados y desalentados.
RA: ¿Cuáles vienen siendo las señales más recientes en ese sentido?
AC: Sí. Como explicamos en otras oportunidades, además de tener en cuenta la desocupación abierta también podemos contemplar otras problemáticas del mercado de trabajo. Y allí me estoy refiriendo esencialmente a los subempleados (que son quienes tienen empleo pero trabajan menos horas de lo que desearían hacerlo) y a los “desalentados”, que serían las personas que no están buscando trabajo actualmente pero que sí lo hicieron en el pasado reciente.
El INE publica todos los meses sus estimaciones de subempleados y nosotros en Deloitte calculamos una aproximación a esa población “desalentada”. Y en base a todo eso es que computamos lo que llamamos “Tasa de Insuficiencia de Empleo”.
Esta tasa más amplia ha venido subiendo sostenidamente en los últimos meses, desde un 17,5 % al cierre de 2018 hasta un 18,3 % ahora en mayo. Eso equivale aproximadamente a unas 330.000 personas con alguna problemática de insuficiencia de empleo en nuestro país, más del doble que esos 150.000 desocupados “abiertos” a los que nos referimos usualmente.
RA: ¿Y qué otros destaques hubo este último mes? ¿Hubo diferencias significativas por zona, por ejemplo?
AC: A nivel geográfico el desempeño fue dispar sí este último mes. En mayo el desempleo subió algo más de un punto porcentual en el interior (hasta 8,2 % de la PEA) mientras que subió unas tres décimas en Montevideo (llegando a 9,4 %). Y a nivel de la tasa de empleo tuvimos una baja de tres décimas en el interior, pero un aumento de ocho décimas en la capital. Más allá de este vaivén mensual, se confirma que los indicadores del mercado laboral están muy resentidos en todo el país.
Por otro lado, en mayo también vimos un nuevo aumento de la duración promedio del desempleo, que está en tendencia en unas 8,7 semanas (y que viene subiendo ininterrumpidamente desde mediados de 2017). Y otro punto que me parece importante marcar es que la proporción de desocupados que no impone condiciones en su búsqueda de trabajo también ha venido subiendo y se mantiene en tendencia en casi un 65 % (para tener una referencia, ese porcentaje era de 60 % a mediados de 2017.
RA: Ya para ir terminando, ¿qué perspectivas manejan para el mercado laboral de cara a los próximos meses?
AC: No somos para nada optimistas respecto a la posibilidad de ver una mejora significativa en los indicadores del mercado de trabajo. Esencialmente porque estamos con una economía estancada desde hace más o menos un año y porque hay varios sectores que incluso vienen arrastrando un panorama recesivo (como lo son la industria, la construcción y el comercio).
Además, estamos previendo tasas de crecimiento económico muy pobres tanto para este año como para 2020. Con lo cual, nosotros manejamos en nuestro escenario base un mercado laboral que permanecería muy resentido o que incluso podría llegar a tener un deterioro adicional, con tasas de desempleo en torno a 8,5 % – 9 % de la PEA en términos tendenciales.
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