Carolina Cosse y Yamandú Orsi lanzaron oficialmente sus precandidaturas a la Presidencia por el Frente Amplio. En un acto en Villa Española frente al Antel Arena, Cosse, dijo que en las próximas elecciones Uruguay va a tener que decidir “entre el camino de la derecha y el de la izquierda”.
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Discurso completo de Carolina Cosse
¡Viva el Frente Amplio! ¡Viva el Frente Amplio! ¡Viva el Frente Amplio! Gracias. Gracias. Muchísimas gracias. Gracias a todos y a todas ustedes por estar acá. Gracias infinitas. Gracias infinitas. A la cantidad de compañeras y de compañeros que que han declarado su apoyo seguramente con conceptos que no merezco. Muchas, muchas gracias.
Gracias, porque nos estamos demostrando nosotros mismos la fuerza de lo colectivo, son un ejemplo, muchas gracias, claro que podemos. Hoy, si me permiten quisiera hablar un poquito de los caminos. No de las personas que siguen un camino, sino de los caminos posibles.
Hoy no estamos iniciando un camino. Nosotros somos parte de un camino largo que viene de lejos y que va a seguir mucho más largo más allá de nosotros. No estamos iniciando un camino, pero hoy el Uruguay y nosotros estamos en un punto de decisión.
Estamos en un punto de decisión en el que podemos decidir, como uruguayos y como frenteamplistas, tomar el camino de las grandes mayorías o tomar el del retroceso, el sendero de la derecha.
Esa es la decisión profunda, es el momento de reflexionar profundamente en ese punto de decisión. Uruguay vivió muchos años el camino de la derecha. No estoy hablando de las personas que votaron a la derecha, ni siquiera de las personas que se sienten de derecha y tienen todos sus derechos. Estoy hablando de los caminos. ¿Y qué pasa cuando Uruguay sigue esos caminos?
¿Qué pasó cuando Uruguay siguió el camino de la derecha? Lo que pasó fue que tuvimos durante años un sistema de salud inestable que se derruía, una salud pública vergonzosa, una educación subsumida en la miseria, falta de inversiones en energía, prepararon a las empresas públicas para venderlas y el país deambuló.
Hasta que llegamos a una crisis enorme, la del 2002. Todo ese derrotero que pasó el país, transitando el camino de la derecha, sin consejos de salarios, sin distribución. Y después de eso, en el 2005, Uruguay decidió cambiar. Decidió ir al frente. Decidió tomar otro camino.
Tomó el camino de la izquierda, y en ese camino Uruguay fue al frente. ¿Y qué pasó en ese camino? Sucedió que se multiplicó por tres el presupuesto a Asse, y ese presupuesto se transformó en nuevos hospitales por todo el país, con tecnología de primera, con acceso universal a la salud, con una inversión por personas de salud como nunca antes había tenido el Uruguay.
Pasó en ese camino a la izquierda que tomó Uruguay a partir del 2005 que se multiplicó por tres el presupuesto de la educación, por tres, ¿y eso en qué se tradujo? Eso se tradujo en que la universidad pudiera extenderse en el interior y en la vida de las personas, un cambio sustantivo, ¿cuántos de nosotros no empezamos a vivir la experiencia familiar, nuestra, o de amigos, o de gente que cruzábamos por los caminos de la patria y nos decía ´nunca en mi familia hubo un universitario, mi hijo es el primer universitario´, con el pecho que le reventaba de orgullo con razón.
Cuando Uruguay tomó el camino de la izquierda, antes había 90.000 personas que no podían ver. En el camino de la izquierda, 90.000 personas que no se podían pagar las intervenciones, pasaron a ver, a recuperar la vista, a ver a sus nietos, a ver los colores, a disfrutar de algo maravilloso de la vida.
¿Qué más pasó en ese camino de la izquierda? Pasó que la salud se definió como un derecho del pueblo uruguayo y se lideró una lucha frontal y profunda contra la tabacalera más grande del mundo.
Gracias Tabaré, gracias, el legado que Uruguay le dejó al mundo era David vs. Goliat, y el legado que Uruguay le dejó al mundo ganando ese juicio fue ni más ni menos que esto, fue que nada se puede interponer entre el derecho de un pueblo a la salud y un interés comercial. Nunca puede ser el interés comercial antes que el derecho de un pueblo a la salud.
Cuando Uruguay tomó el camino de la izquierda, se armaron los consejos de salarios, pero además se desarrolló una política económica de crecimiento, de diversión, de apertura de acreedores a nuevos mercados. Impresionante, porque se hizo abriendo mercados, acompañada de un aumento sostenido del salario real.
Cuando Uruguay tomó el camino de la izquierda a la uruguaya, el país ganó derechos. Y entre otras cosas, las personas amaban a quien amaban. Podían formalizar ese vínculo necesario sin importar quién era la otra persona. Gracias, Pepe.
En el camino hacia la derecha, casi vendieron a las empresas públicas. En el camino de la izquierda, en vez de venderlas, hicimos el mayor despliegue tecnológico de la historia del Uruguay con una fibra óptica, no para los que no podían pagar, sino para todos.
Con un sistema oceánico de fibra óptica para asegurarle al país soberanía, independencia, crecimiento. Con un data center que es el cimiento de la economía digital del Uruguay. Con Vera TV para que ningún uruguayo quedara atrás. Y hasta los canales más chiquitos del interior, la gente de todo el país pudiera poner sus contenidos en Vera TV. Para que todo el mundo pudiera disfrutar de las cosas grandes, de los entretenimientos grandes. Y transformamos eso en pretexto para el crecimiento.
Además, hicimos el Antel Arena, y no hay nada más que explicar, cuando igual que Antel Arena de la derecha hubo cero inversión en tecnología y la energía fue, es y será una clave fundamental de la sociedad, del crecimiento, del desarrollo humano. Fundamental, y lo sigue siendo, cuando Uruguay tomó el camino de la izquierda, fue hacia un cambio de la matriz energética y se hizo sistemáticamente todos los años nuestros gobiernos porque teníamos a nuestra empresa pública UTE.
Recién decía, crecimiento, apertura de mercados, inversión en educación como nunca antes se había hecho, aumento sostenido del salario real. Hoy el círculo vicioso del crecimiento y distribución se rompió. Hoy ante él faltan remedios. Esa es la situación entre muchos otros. Por lo tanto, parece bastante obvio que cuando Uruguay toma el camino de la derecha no nos va bien.
Por lo tanto, humildemente, creo que debemos poner a Uruguay al frente y tomar el camino de la izquierda a la uruguaya. Y poner, primero, sin miedo, sin temor, sin dudas, sin vacilar. Nosotros somos una fuerza inspirada en el ideario artiguista. Nuestra bandera es la bandera obrera.
La primera persona en América del Sur, en el siglo XIX, que dijo que el objetivo de la revolución era la independencia, fue Artigas. América del Sur le debe eso a Artigas. Y Artigas no dijo más o menos independiente, más o menos dependiente. Artigas dijo el objetivo de la independencia, es América o es España. Eso nos tiene que inspirar.
Uruguay, te pregunto, ¿necesita un cambio de verdad? ¡Sí! Ahora vamos a ir llegando. Uruguay necesita un cambio de verdad. Tenemos que transitar ese cambio, con valentía. No con bravuconadas. Tenemos que ser valientes para transitar ese cambio. Y para ser valientes, tenemos que ver con claridad las oportunidades, pero también las dificultades. Verlas con claridad, para poder cambiar la realidad.
Y como queremos cambiar la realidad, para eso hay que conocerla, y para conocerla hay que hacer un gran esfuerzo personal, colectivo, de tiempo, de conocimiento, de trabajo. Y ese gran esfuerzo colectivo es el serno de la humildad.
Ser humildes no es tener la cabeza baja. Ser humildes es entender la grandeza de lo que tenemos que hacer y el esfuerzo enorme que nos van a dar a todos para cambiar la realidad de verdad. Hay discursos que pretenden prosperar en todos lados. Discursos que propenden al odio. Discursos que demonizan el disenso y la discusión. A esos discursos no se les responde bajando la cabeza. A esos discursos se les responde hablando con la gente, con respeto y con argumentos. Argumentos no sobran.
Argumentos no sobran, compañeros y compañeras. Si somos auténticos, si somos genuinos, si hacemos lo que tenemos que hacer, vamos a ganar. Pero lo más importante, vamos a gobernar bien, vamos a poner con nuestro programa bajo el brazo los problemas de este país. Y con nuestro programa vamos a ver todos los temas complejos de seguridad, de economía, de educación, de salud, del futuro del trabajo. Y para eso, nuestro próximo gobierno tendrá que tener una fuerte presencia territorial, articulada. Tendrá que tomarse en serio el desarrollo científico. Tendrá que profundizar en los cambios del mundo del trabajo. Tendrá que profundizar en el cuidado del ambiente y en el cuidado de las personas.
Tenemos que encontrar fuentes de energía para avanzar sin que ningún lugar ni ninguna persona quede atrás. Nos necesitamos a todos, compañeras y compañeros.
Sólo tenemos que ser lo que sabemos que somos, nosotros sabemos lo que somos.
Hay gente que es lo que le conviene, nosotros en cambio sabemos lo que somos y por eso les pido diálogos profundos de trabajo y unidad para sacar adelante el Uruguay. Ahora bien, el Frente Amplio tiene un rol histórico que cumplir. Y el Frente Amplio, somos los frenteamplistas. Este es el Frente Amplio. Donde hay frenteamplistas, ese es el Frente Amplio. Cuando estamos con otros compañeros recorriendo la calle, avanzando en una mesa, tratando de hacer listas, discutiendo, en el mejor sentido. Discutir es lo mejor que hay porque es intercambiar ideas y no es pelearse. Cuando estamos los frenteamplistas reflexionando con otros vecinos, eso es el Frente Amplio. Y el Frente Amplio tiene un rol histórico. La historia del Frente Amplio no es la de las elecciones perdidas y ganadas. ¿Por qué? Fíjense el rol del Frente Amplio.
Déjenme repasar con ustedes lo que han hecho los frenteamplistas a lo largo de la historia. Primero, lo fundaron de la nada, porque no existía. Un gran acto de valentía. Con ciudadanos y ciudadanas de los partidos tradicionales e independientes, crearon algo nuevo, que no existía. Pero los militantes del Frente Amplio, que armaron los comités, esos militantes, durante toda la dictadura nefasta que vivió nuestro país, resistieron. Se tuvieron que ir del país. Se tuvieron que esconder. Fueron presos. Resistieron lo peor. Familias separadas, y el Frente Amplio no se quebró. Y no se quebró, no por un dirigente o dos. No se quebró por los miles y miles de militantes frenteamplistas que se levantaron con mucha valentía.
Déjenme seguir con las militantes del Frente Amplio. Los militantes del Frente Amplio, desde la clandestinidad, desde la cosa disimulada, hicieron una gran cantidad de trabajo para que en el 80 ganara el no. Apoyaron las elecciones del 72, se jugaron por el voto verde más adelante, apoyaron la transición democrática en paz, pelearon por las empresas públicas, defendieron el agua, todo cosas que parecían imposibles. Salieron a juntar firmas por la LUC, imposibles. Todo parecía imposible. Esa es la historia del Frente Amplio. La historia del Frente Amplio es ese rol que cumple el conjunto de los frenteamplistas, que está muy lejos de ser el rol del Frente, el ser analista de las encuestas. Compañeros, compañeras, dejemos la calculadora de lado. Seamos genuinos. Entendamos qué es lo que necesita el país, qué es lo que pasó y qué es lo que está pasando y qué es lo que tiene que pasar.
Vivamos lo que pensamos y hagamos lo que decimos. Defendamos la alegría, compañeros y compañeras. Como una trinchera, como decía Mario Benedetti. ¿Y ustedes se imaginan? A Seregni, a Zelmar, vamos a detenernos a pensar. A Alba Roballo, a Juan Pablo Terra en el 71. Haciendo cálculos a ver si iban a ganar las elecciones y formaban el Frente Amplio. Es ridículo, ¿verdad? No, ni ahí. Lo hicieron porque era necesario una herramienta política nueva. Absolutamente nueva, ¿para qué? Para transformar el país. Y lo lograron, compañeros y compañeras. Lo lograron.
Porque en el 2005 el Frente Amplio transformó al país, y ahora hay que volver a hacerlo, valientes con valentía, para reconocer las dificultades y con humildad, para cambiar la realidad. Hay que volver a hacerlo. Yo creo que somos una fuerza constructora para que ningún lugar quede atrás. Creo que vamos al frente para no dejar a nadie atrás, y yo creo que empezamos a ver en el horizonte un amanecer y un horizonte que empieza a clarear.
Compañeras y compañeros, reconozcámonos entre todos como lo que somos. Yo les pregunto, ¿somos o no somos? ¿Vamos o no vamos? ¿Vemos o no vemos? Somos, vamos, vemos, con el Frente, venceremos.
Vamos a hacer historia, compañeros y compañeras, vamos a hacer historia, hay que seguir. Los quiero con el alma.