Agro

Desde un rincón del norte de Lavalleja

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Emiliano Cotelo:
Si les parece, vamos a viajar 250 kilómetros hacia el NE de nuestro país. Nos instalamos al norte del departamento de Lavalleja.

Sobre la cuchilla del Palomeque, en las orillas de ruta 14, encontramos el pueblito Zapicán, con 553 habitantes según el último censo del 2011. Por allí cerca ha pasado estos días, Rosanna, y tiene algunas cosas para contarnos….

EC- Buen día, Rosanna, ¿cómo amaneció por allí?

Rosanna Dellazoppa:
Frío muy frío, desde ayer al caer el sol y salir la luna llena, luego de un día cálido, un cruel descenso de temperatura.

EC ¿Estuviste recorriendo la zona?

RD: Efectivamente, realicé una visita a un establecimiento de una familia típica ganadera de la zona, nacida y criada como dice el dicho popular,un fiel representante de quien nació y se creció en un lugar. De allí me fui a recorrer el pueblo, ya que mucho de lo conversado tenía sus raíces ahí.

EC- Sobre la visita de campo, ¿cuáles fueron tus impresiones?

RD: Bueno, en lo que hace a manejo por la falta de agua, no difiere del resto; se está dando alimento de afuera del establecimiento, porque el campo está muy carente de pasto. Igualmente, no es de las peores zonas, al lado de Florida es un lujo. Pero no deja de ser un panorama duro. Estábamos sobre la sierra con un panorama global del campo, y asusta un poco ver todo amarillento y algún verdecito muy ralo producto de falta de agua y bajas temperaturas que ya otra vez vienen en marcado descenso.

Pero acá igual lo más interesante fue la charla con dos generaciones. El padre que nació y se crió allí y la hija que fue a estudiar a Montevideo en el liceo. Los padres consideraban que para irse Batlle era mejor que se fuera directo a Montevideo y así no sufría las diferencias abruptas ya cercana a la facultad. Eso me dejó pensando todo el día: educación en el interior, la separación de las familias, las que pueden, las que tuvieron chance, las que saben anticiparse….
¿Cuál debería ser la opción de nuestro país? Creo que es un tema de tertulia que hace tiempo quiero tratar.

EC- Y sobre el pueblo en sí, ¿qué nos podés contar? ¿Por dónde y con quiénes estuviste?

RD: Luego de la visita estuve buscando información. Aprendí que el nombre proviene del cacique charrúa que tiene su monumento sobre ruta 14. Fue fundado en 1887 y está en un área tradicionalmente ganadera y desde la instalación de papeleras, tambien forestal. El paisaje ha cambiado mucho en los últimos 13 años.
Estuve mirando en internet que el 25 de abril de 2005 fue cuando vino el hoy presidente Vázquez a su primera reunión en el interior del Consejo de Ministros y leí una nota muy pintoresca tuya con un almacenero. Muy parecido al estilo de mis charlas con la panadera, la señora que vende garrafas, nafta (porque no hay estación), personal de la junta local, profesora de la intendencia, etc.

EC ¿Alguna anécdota en particular?

RD: Primero lo lindo. Gente muy sencilla, amable, deseosa de hablar, orgullosa de su pueblo limpio y solidario. Hay clases de costura (estuve presente) para jóvenes y niñas, clases de guasquilla, tejido y carpintería. Todo a cargo de la intendencia. Hay un ómnibus que va a Batlle, a 30 kms, también de la intendencia, pero como está viejito, se rompe. Entonces los padres de los liceales ponen 130 pesos por mes y hacen un fondo común para alquilar otro cuando ese no anda. Maravilloso

EC Decías “primero lo lindo”… ¿Y lo feo?

RD: En zapicán no hay farmacia o algún lugar que venda medicamentos. Hay una policlínica que recibe un médico un par de veces en la semana y solo de mañana, prohibido enfermarse de tarde. No hay médico alguno que esté dispuesto a radicarse, que es entendible, pero que sí pueda viajar todos los días. No sé si es feo o triste, o ambos, pero les juro que caló hondo en mí. Primero porque la que precisé un medicamento fui yo, por cierto no grave, pero me ayudó a ponerme en la piel de los zapicanenses. Segundo, porque me deja también latente la gran duda: ¿qué va a pasar con el futuro de estos pueblos? ¿Como se va a reordenar nuestra campaña?

Con estas vivencias ambiguas, de sencillez y vida sana, pero de futuros inciertos en este mundo global, me despido con la alegría de poder recibir sabiduría de estas personas y con el compromiso de plantear estas discusiones quizás de índole social, en un Uruguay nuevo, fruto de la revolución sorprendente.

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