El martes culminó la gira del primer ministro chino, Li Keqiang, por América Latina. Fue una recorrida de ocho días que incluyó a Brasil, Colombia, Perú y Chile.
Tuvimos, así, un nuevo “acercamiento” de China a la región, que se sumó a viajes anteriores del presidente Xi Jinping y al Foro entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se realizó en enero pasado.
China es muy importante para América Latina desde la perspectiva comercial, pero en este caso la agenda se enfocó en materia de inversiones y financiamiento. ¿Cuáles fueron los anuncios más importantes? ¿Qué busca China con estos acuerdos? ¿Qué beneficios les puede dejar a los países de la región?
Análisis económico. Jueves 28 de mayo, 2015, 7:40 a.m.
EMILIANO COTELO (EC):
Con estas preguntas sobre la mesa, les proponemos conversar con el economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte.
Javier, para comenzar te propongo que comentemos cuán relevante es China para América Latina. A esta altura todos estamos al tanto de la importancia de China en la economía global, pero sería interesante si pudiéramos repasar algunas cifras.
JAVIER GLEJBERMAN (JG):
El rubro en el que más se aprecia la importancia de China para América Latina es sin dudas el comercio exterior. De hecho, para varios países de la región (incluido Uruguay) China es el principal destino de exportación a nivel de productos y para otros puede no ser el principal pero sigue siendo un mercado muy relevante. Las cifras son muy contundentes… En 2014 China representó un 28 % de las exportaciones totales de Chile, algo más del 20 % en el caso de Uruguay, Brasil y Perú.
De todas maneras, no en todos los casos es tan así. Por ejemplo, en México las exportaciones a China pesan solamente un 3 %, porque para México al igual que para buena parte de América Central sigue siendo más importante Estados Unidos por su cercanía geográfica… Pero, de todas maneras, en el promedio de América Latina las exportaciones a China representan una cifra relevante que ronda el 10 %.
EC – ¿Y cómo viene creciendo la importancia de China como destino de las exportaciones? Te lo pregunto porque la expansión de China en la economía global ha sido enorme en los últimos diez años.
JG – Sí, ése es otro punto a destacar porque la importancia de China como mercado de las exportaciones de América Latina aumentó de forma muy rápida… Pensemos que en 2004 América Latina le colocaba a China solamente un 3 % de sus exportaciones y el año pasado, como recién decía, esa cifra rondó el 10 %… Justamente, con el crecimiento que ha tenido en las últimas décadas, China se ha convertido en un actor relevante para varias regiones del mundo y América Latina no es la excepción.
EC – ¿Qué productos le vendemos y cuáles le compramos a China?
JG – Las exportaciones a China han estado muy centradas en los productos primarios. Según un estudio de la Universidad de Boston, el peso de China en las exportaciones de América Latina en sectores como la agricultura o las industrias de extracción de minerales es de 15 %, mientras que en el caso de las exportaciones de productos manufacturados China representa solamente un 2 %.
Esta tendencia también es muy clara cuando lo vemos por país… En el caso de Brasil un 40% de las exportaciones que van a China corresponden a soja y un 30 % son ventas de mineral de hierro. En Chile casi el 80 % del total exportado es cobre. En Perú alrededor de una 70 % es mineral de hierro. Y en Uruguay más de la mitad de las ventas corresponden a soja.
En cambio, las ventas de China a América Latina se concentran en productos industriales como equipos de telecomunicación, equipos de procesamiento de datos, vestimenta y calzado por poner algunos ejemplos.
EC: – ¿Y a nivel de inversión qué tan relevante es China para América Latina? Te lo pregunto porque varios de los acuerdos que se cerraron en esta gira van por ese lado…
JG: – Yendo a los números concretos, lo cierto es que China aún no es tan importante en materia de inversión como lo es en términos de comercio. Entre los años 2011 y 2013 la inversión extranjera directa de China en América Latina fue del orden de 10.000 millones de dólares por año.
Probablemente, en 2014 esa cifra haya aumentado porque se pusieron en marcha varios proyectos. Sin embargo, China todavía está lejos de ser el inversor más importante para América Latina. Mientras que China representa solamente un 6-7 % de la inversión extranjera en América Latina, Estados Unidos significa un 25 % y la Unión Europea un 40 %.
Sin dudas que los acuerdos que se cerraron con esta visita van a potenciar el posicionamiento de China como inversor en América Latina. No vamos a repasar todos los anuncios que se hicieron porque son muchos, pero sin dudas que entre las iniciativas acordadas sobresale el anuncio de un estudio de factibilidad para la construcción de una línea ferroviaria entre el Océano Atlántico cerca de Rio de Janeiro con el Océano Pacífico en territorio de Perú. Además, recordemos que en el Foro China-CELAC (que fue en enero de este año) el gobierno chino anunció un plan de inversiones en América Latina por 250.000 millones de dólares en 10 años.
También es interesante el acercamiento de China a la región en términos de financiamiento, que en los últimos años creció de forma muy importante. Algo que ejemplifica este punto y que varios portales de noticias levantaban en estos días es que en 2014 China le prestó a América Latina unos 22.000 millones de dólares… Una cifra que superó el crédito otorgado en conjunto por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (dos acreedores tradicionales de nuestra región).
EC – Javier, ¿cuánto impacto pueden tener estas inversiones chinas para la región?
JG – A ver… Se trata de una oportunidad grande para América Latina. La región tiene niveles de ahorro bajos en relación a otras zonas emergentes del mundo y precisa más inversión para sostener las tasas de crecimiento altas que se vieron en los últimos años, sobre todo en un contexto de precios de los commodities más bajos.
Yendo al caso puntual de Brasil, los acuerdos cerrados con China son muy bienvenidos en la medida en que llegan en un contexto recesivo y con caída de la inversión. Pero tampoco debemos perder de vista que Brasil es una economía muy grande y que los 50.000 millones de dólares anunciados de inversión representan más o menos un 2 % del PBI, a ser ejecutados en varios años… Por lo tanto, tampoco deberíamos pensar que las inversiones chinas solucionen todos los problemas.
EC – Ahora, mirando desde la otra vereda, ¿qué es lo que busca China con este nuevo “acercamiento”?
JG – Del lado de China seguramente haya muchos objetivos que escapan incluso a lo económico. Pero desde la perspectiva económica hay elementos interesantes… China es una potencia económica mundial que necesita de materias primas para asegurar su desarrollo… Y allí América Latina cumple un rol clave, porque como comentábamos antes es un proveedor importante de este tipo de productos. Y para que esas compras se puedan hacer a precios más bajos para China, los costos logísticos de América Latina deben bajar y por eso es que muchos de los proyectos tienen que ver con el desarrollo de infraestructuras. Ése es como una apuesta de más largo plazo.
Pero en el corto plazo también hay beneficios para China con este acercamiento. Cuando los bancos u otros actores de China le prestan a los países de Latinoamérica lógicamente obtienen una renta por ese financiamiento… Y además, e incluso más importante es que las empresas chinas participan de los proyectos financiados, ya sea mediante la construcción o desarrollo de las obras o mediante el suministro de maquinaria y equipos. Esto en muchos casos puede servir para los proyectos de inversión que intentan llevar adelante los gobiernos, pero en otros casos también puede pasar que el financiamiento termine obligando a contratar las obras con grupos chinos, en procesos menos competitivos en relación al caso en que los gobiernos obtienen los fondos por sus propias vías y por lo tanto los costos de esas inversiones pueden resultar mayores. Por eso, siempre es importante que los gobiernos conserven varias fuentes de financiamiento para sus proyectos.