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Las perspectivas de producción y rentabilidad en los cultivos de invierno.
EMILIANO COTELO: Los cultivos de invierno se encuentran en pleno desarrollo y hasta el momento las condiciones climáticas vienen siendo favorables.
Frente a este escenario y teniendo en cuenta la expansión del área sembrada este año, se vienen consolidando expectativas auspiciosas para esta zafra en curso.
¿Qué se espera concretamente para las cosechas de trigo y cebada de este año? ¿Qué pasa con la colza, un cultivo que se encuentra en franca expansión en nuestro país? ¿Cuáles son las perspectivas en términos de la rentabilidad en estos cultivos? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, socia en Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Quizás valga la pena comenzar por hacer un breve repaso de la evolución reciente que han tenido los cultivos de invierno en nuestro país. El año pasado vimos una expansión importante de la producción agrícola, ¿verdad?
FLORENCIA CARRQUIRY (FC): Sí. En la zafra 2020/2021 se vio una expansión significativa de la producción, tanto de los cereales tradicionales de invierno (el trigo y la cebada) como de la colza y la carinata (que son oleaginosos de invierno, con mucho menos historia dentro de lo que es la agricultura de nuestro país).
Concretamente, el área sembrada con trigo bajó un 6% en el invierno 2020, pero los rendimientos fueron muy buenos (porque el clima fue ideal). Se levantaron casi 4.200 kilogramos por hectárea (que fue un récord histórico) y eso permitió un aumento de la cosecha de trigo de más de 20% frente al invierno anterior, superándose las 900.000 toneladas por primera vez en 5 años (aunque todavía permaneciendo muy por debajo de los volúmenes de producción del período 2008-2015).
A nivel de la de cebada, mientras tanto, el área sembrada subió 12% en 2020 y los rendimientos también fueron récord, se superaron incluso los 4.700 kilogramos por hectárea en el promedio del país. Con lo cual, la cosecha de cebada aumentó casi 50% y se acercó a las 900.000 toneladas, lo que supuso un máximo histórico en este caso.
RA – ¿Y qué sucedió a nivel de la colza y la carinata, que como decías son cultivos más nuevos para nuestro país?
FC – En la colza y la carinata vimos una expansión muy importante el año pasado. Estos cultivos, efectivamente tienen mucho menos historia en la agricultura de nuestro país, pero vienen en clara expansión en los últimos años. En un principio muy promovidos por ALUR (en el caso de la colza), para la producción de biodiesel y por UPM (en el caso de la carinata) que lo exporta luego a Europa donde la utiliza para la producción de combustibles también. Sin embargo, en estos últimos años también se ha ido consolidando una corriente de exportación de este oleaginoso, que ha ido ganando un rol en la agricultura de invierno como un buen cultivo de rotación con la soja, en la medida que tiene un ciclo más corto que los cereales tradicionales y permite una siembra temprana de soja luego en la zafra de verano.
En ese marco, el área sembrada con colza y carinata alcanzó a casi 114.000 hectáreas el invierno pasado, eso es un 56% más que en el invierno 2019 y es el doble de lo que se había sembrado en 2018. En este caso los rindes no fueron tan altos (fueron muy similares a los de los años anteriores, en el eje de los 1.600 kilos por hectárea) pero en cualquier caso la cosecha aumentó fuertemente y superó las 180.000 toneladas.
RA – Bien. ¿Y qué cifras se manejan para esta zafra que está en curso? Emiliano mencionaba antes que en este invierno hubo una nueva expansión de las áreas sembradas. ¿Podemos repasar esas cifras?
FC – Sí. Este año hubo un nuevo incremento de la superficie sembrada en invierno. Según las últimas estimaciones del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el área sembrada con trigo subió 6% (revirtió la baja del año pasado y superó nuevamente las 230.000 hectáreas), la superficie de cebada volvió a aumentar (casi 20%) y se acercó a las 220.000 hectáreas y el área sembrada con colza o carinata marcó un nuevo récord, de casi 160.000 hectáreas (un 40% más que en 2020). En conjunto, el área agrícola de invierno superó las 620.000 hectáreas por primera vez desde 2013.
RA – Y hasta el momento el clima viene acompañando ¿verdad? ¿Qué expectativas se manejan para las cosechas de este año?
FC – Sí. Hasta el momento el clima viene siendo bueno en general. Si todo sigue así en lo que resta del ciclo, vamos a ver seguramente muy buenos rindes nuevamente. De hecho, los operadores del sector estiman que si en los próximos meses no hay sorpresas negativas a nivel climático podrían volver a levantarse más de 4.000 kilos de trigo y de cebada este año, lo que permitiría una cosecha de trigo al menos similar a la del año pasado y una producción de cebada alcanzando un nuevo máximo, de más de 900.000 toneladas.
Y en la colza se estima que los rindes podrían incluso superar los 1.800 kilos por hectárea este invierno, lo que nos dejaría con una cosecha acercándose a las 300.000 toneladas.
RA – Más allá de lo que es esta expectativa de expansión de la producción, ¿qué se espera en términos de resultados económicos para estos cultivos?
FC – Un primer elemento a señalar es que los precios de estos productos están en niveles históricamente altos. En medio de una reactivación firme de la demanda global y de restricciones de oferta, los valores del trigo en Chicago (que son referencia además luego en los contratos por la cebada) se ubican actualmente en unos US$ 260-270 por tonelada y los valores de la colza en el mercado de futuros de París tuvieron una importante escalada en los últimos meses, en un contexto de menor producción en Canadá (que es el principal productor de este oleaginoso) y actualmente se ubican en torno de los US$ 600 por tonelada. Estamos hablando en todos los casos de precios muy altos en una perspectiva histórica, que no se veían desde el anterior período de auge de los commodities que finalizó en 2014.
Si bien los precios internos están algo debajo de esas referencias globales, la cosecha de este año seguramente se va a comercializar a valores realmente muy buenos.
RA – Entonces, ¿Qué estiman en términos de rentabilidad para esta zafra de invierno?
FC – Los cultivos de invierno ya vienen de una zafra 2020/2021 que fue muy buena no sólo en términos productivos sino también económicos y en el escenario actual todo hace pensar que vamos a ver muy buenos resultados nuevamente en esta campaña.
Si bien los costos subieron mucho en el último año (sobre todo a nivel de la semilla, de los agroquímicos, de los fertilizantes y de los combustibles), con los precios que estamos viendo actualmente los márgenes van a volver a ser buenos en esta zafra, sobre todo si se confirman las expectativas en relación con los rindes que antes comentábamos.
Concretamente, según las estimaciones que manejamos en Exante, con valores del trigo y de la cebada en torno de los US$ 240-US$ 250 por tonelada y rindes entre 4.000 y 4.200 kilos por hectárea, los márgenes antes de la renta de la tierra se ubicarían arriba de los US$ 300 por hectárea a nivel del trigo y podrían superar los US$ 400 por hectárea en la cebada. Mientras que en la colza, con precios en el eje de los US$ 580 por tonelada, si los rindes efectivamente superan los 1.800 kilos por hectárea el margen promedio (siempre antes de la renta de la tierra) podría acercarse a los US$ 400 por hectárea, que sería un récord histórico para este cultivo que hasta el momento no ha logrado buenos niveles de rentabilidad en nuestro país.
En definitiva, si no hay sorpresas negativas en términos climáticos, todo hace indicar que vamos a ver una segunda zafra de invierno consecutiva con buenos niveles de rentabilidad.