A. Económico

Análisis de Exante: Las perspectivas para el cultivo de arroz en la zafra 2021/2022

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Foto: Pixabay

Las perspectivas para el cultivo de arroz en la zafra 2021/2022

EMILIANO COTELO: Luego de varios años de caída, el área arrocera podría superar las 160.000 hectáreas en el próximo verano. Esas son las expectativas que se manejan al interior del sector, en medio de un escenario de buenos precios del arroz en el mundo y mejora de la rentabilidad en el cultivo.

Frente a este contexto, les proponemos dedicar el espacio de análisis económico de hoy a conversar sobre la situación actual y las perspectivas para el sector arrocero uruguayo, un sector tradicional del agro en nuestro país pero que venía enfrentando dificultades importantes en años anteriores. Para eso estamos en contacto con la economista Florencia Carriquiry, socia de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA) – Quizás valga la pena comenzar por hacer un breve repaso de la evolución reciente que ha tenido el sector arrocero en nuestro país. El panorama claramente viene mejorando, pero, como adelantaba Emiliano, el sector venía de varios años difíciles, ¿verdad?

FLORENCIA CARRQUIRY (FC) – Sí. El cultivo de arroz es un cultivo tradicional en nuestro país, pero sufrió una contracción notoria en los últimos años. Pasamos de un área sembrada que oscilaba en torno a las 160.000–170.000 hectáreas (con algún año incluso de más de 190.000 hectáreas) a una superficie arrocera que en los últimos años llegó a caer por debajo de las 140.000 hectáreas, esa caída del área obedeció esencialmente a resultados económicos muy malos en la última década, sobre todo a partir de 2014, luego de la corrección que sufrieron los precios de las materias primas en el mundo. Es interesante señalar, que el sector arrocero uruguayo sobresale a nivel mundial por los niveles de productividad, con rendimientos promedio que se han mantenido arriba de los 8.000 kg por hectárea en todos estos años. Pero la conjunción de costos internos medidos en dólares muy altos y la caída de los precios del cereal en el mundo derivó en pérdidas significativas y persistentes en el sector hasta zafra 2018/2019 y en un proceso de aumento del endeudamiento que fue agudizando las dificultades financieras.

Eso comenzó a cambiar ya a partir del verano 2019/2020 y la última campaña en particular cerró con resultados económicos realmente muy buenos.

RA: ¿Cómo cerró la última campaña arrocera?

FC: En el último verano el área sembrada con arroz permaneció prácticamente estable, pero se alcanzaron rendimientos récord del cultivo que permitieron un aumento de 8% de la cosecha. La verdad es que se dio una combinación de varios factores que en su conjunto resultaron en un rinde promedio país de unos 9.400 kg/há (que es un pico histórico). Por un lado, se logró una siembra temprana (que se culminó durante el mes de octubre) y muy buenas condiciones de luminosidad y temperatura, en medio además de un cambio varietal, con el crecimiento de algunas variedades que se vieron particularmente beneficiados por estas condiciones.

Con esos buenos resultados productivos y con precios del arroz altos, la zafra 2020/2021 habría cerrado, según nuestras estimaciones, con un margen promedio en el cultivo de arroz del orden de los US$ 800 por hectárea (esto es antes de la renta de la tierra, pero luego del pago de la renta del agua). Es un margen realmente muy alto en una perspectiva histórica para este cultivo, de hecho es el más alto desde la campaña 2007/2008.

RA:  Supongo que esta mejora de la rentabilidad en el cultivo es una de las claves detrás de la expectativa de expansión del área para el próximo verano, ¿no es así?

FC:  Efectivamente. De acuerdo con la Asociación de Cultivadores de Arroz y dado que ya se cuenta con casi el 90% del agua que se precisa, la superficie cultivada con arroz podría volver a ubicarse en el orden de las 160.000-165.000 hectáreas en la próxima siembra, lo que supone una expansión de aproximadamente 15% frente al verano pasado.

Hay que tener presente que, a diferencia de los cultivos de secano, el arroz es un cultivo de riego y por tanto lo importante es que llueva previo a la fecha de la siembra para asegurar la disponibilidad de agua en las represas. Luego de hecho no se precisa lluvia durante el desarrollo del cultivo y es incluso beneficioso que haya días de mucho sol y alta luminosidad.

RA: Y con esa expansión del área, entonces ¿qué se espera en términos de la producción para el año que viene?

FC: Luego del rendimiento excepcional que se obtuvo en la última zafra, estamos asumiendo, de modo conservador, rindes más bajos, en torno a los 8.600 kilos por hectárea en el promedio del país, que igualmente son niveles altos tanto en una mirada histórica como en la comparación internacional.

Y con estos supuestos de área y rendimiento, tendríamos una cosecha de arroz de casi 1,4 millones de toneladas el año que viene, es decir, un volumen 5% superior al de la zafra anterior.

Eso debería permitir un crecimiento adicional de las exportaciones de arroz en el próximo ejercicio de los molinos arroceros.

RA: Más allá de esa esperada expansión de la producción, ¿qué está pasando con los precios de venta del arroz?

FC: Los precios internacionales del arroz tuvieron en 2020 un comportamiento distinto al de otros commodities. De hecho, al inicio de la pandemia se vieron subas fuertes en los valores, en un marco de limitaciones a las exportaciones por parte de varios países productores (sobre todo en Asia) para asegurar el abastecimiento interno en medio de la crisis económica que desató el coronavirus. Más recientemente dichas referencias tendieron a estabilizarse o incluso a bajar levemente, pero se mantienen en niveles altos en una perspectiva de largo plazo.

En ese contexto, el precio medio de exportación del arroz industrializado local, que suele recoger con algo de rezago las tendencias internacionales, subió de forma marcada en los últimos meses y se ubica en los últimos meses en unos
US$ 570 por tonelada, que es un valor 18% mayor al precio medio de un año atrás y es el más alto en varios años (desde el quiebre del anterior boom de commodities allá por 2014.

Con estos precios de venta, todo hace pensar que vamos a ver una mejora de los precios pagados al productor.

RA:  ¿Qué expectativas hay para el precio que recibe el productor por el arroz?

FC: Quizás vale la pena aclarar, que en este sector el precio de buena parte de la cosecha se negocia de forma centralizada entre la Gremial de Molinos y la Asociación de Cultivadores de Arroz. De modo sencillo, podemos decir que el precio del arroz chacra para el grueso de la producción surge de una fórmula que parte del precio medio de exportación del arroz industrializado, al que se le restan luego los costos de industrialización promedio y una utilidad para la fase industrial. Al comienzo del ejercicio (en torno al mes de junio) se establece un valor provisorio y luego una vez cerrado el ejercicio se calcula el valor definitivo y se hace una reliquidación final.

En ese sentido, el escenario de precios firmes de exportación permite prever, por un lado, que el precio definitivo del arroz chacra de la zafra pasada (es decir del verano 2020/2021) va a tener una mejora respecto a lo que se había pactado provisoriamente y a la vez plantea al menos una buena base para el precio de la próxima cosecha.

Concretamente, nosotros en Exante estamos asumiendo valores del arroz chacra pagados al productor de alrededor de US$ 13 por bolsa de 50 kg para lo que fue la zafra 2020/2021 (arriba de los US$ 12,50 fijados provisoriamente) y un valor por bolsa apenas más bajo para la zafra 2021/2022.  Si esos valores se confirman estaríamos hablando de los mejores precios del arroz pagados al productor desde 2014.

RA: Entonces, con esos supuestos de precios y de rendimientos, ¿cómo cerrarían los números del cultivo de arroz para el verano que viene según sus estimaciones?

FC: Para la zafra 2021/2022 en Exante estimamos que los márgenes por hectárea van a bajar respecto a la campaña pasada, sobre todo porque esperamos que no se sostengan rendimientos tan altos como los de la última campaña, pero también porque los costos de producción medidos en dólares están subiendo. De todas formas, estamos estimando márgenes que en promedio serían superiores a los US$ 400 por hectárea (siempre antes de la renta de la tierra), que siguen siendo buenos en comparación con años anteriores. Tengamos presente que la renta de la tierra arrocera, según las últimas cifras del Ministerio, está en torno de los USS 120 por hectárea al año, con lo cual, incluso para quien deba afrontar la renta de la tierra estos números suponen buenos niveles de rentabilidad.

En definitiva, si no hay sorpresas negativas en términos climáticos o cambios muy drásticos en el mercado que hoy no se avizoran, todo hace indicar que veremos con una tercera zafra consecutiva con buenos resultados en el cultivo de arroz.

Comentarios