Foto: Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS
Las últimas cifras del mercado de trabajo y las proyecciones para los próximos meses
EMILIANO COTELO (EC): Sobre el cierre de la semana pasada el INE presentó las cifras del mercado de trabajo correspondientes al mes de julio. Según estos datos, el empleo se ubicó en 54,7% de la población en edad de trabajar, bajando en unas 7 décimas respecto al registro de junio. Esto se reflejó en una suba significativa del desempleo, que se situó en 10,4% de la población económicamente activa, el mayor registro desde febrero.
El deterioro en el mercado laboral llama la atención a la luz de lo que ha sido la mejora de las condiciones sanitarias y la relativa normalización de los niveles de movilidad en los últimos meses, ¿cómo debemos interpretar entonces estos datos? ¿Qué perspectivas se manejan para los próximos meses para el mercado laboral? En los próximos minutos les proponemos conversarlo con la economista Florencia Carriquiry, socia de Exante.
Señalaba recién que los datos del mercado laboral de julio marcaron un deterioro respecto a junio, ¿cómo vieron estas cifras que el INE dio a conocer el viernes pasado?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Es cierto. Los datos de julio fueron peores que los de junio, pero debemos tener mucha cautela a la hora de comparar estas cifras con las de meses previos.
Por un lado, siempre advertimos que los datos mensuales son muy volátiles y que el margen de error es relativamente alto en las estimaciones puntuales que publica el INE, pero en esta ocasión la cautela debe ser todavía mayor porque los datos de julio se elaboraron por primera vez a partir de una nueva metodología de la Encuesta Continua de Hogares y eso hace que las cifras puedan no ser del todo comparables. La apuesta del INE es a tener de hecho estadísticas más estables y de menor margen de error a partir de los cambios metodológicos implementados pero tendremos entre tanto un período de transición que nos obliga a ser muy cautelosos en la comparación con cifras previas.
Y, por otro lado, no se puede perder de vista que el patrón estacional habitual del mercado de trabajo supone que julio es el mes donde el empleo suele ser más bajo en el año, con lo cual esto también exige una mirada cuidadosa a esta comparación con meses inmediatos anteriores.
De todas maneras, hechas esas aclaraciones, es cierto que las cifras de julio parecen señalar un deterioro del mercado de trabajo frente a junio, con una baja del empleo y una suba de la desocupación. Ahora, cuando se miran los datos en términos desestacionalizados, el deterioro es de menor magnitud de lo que indican las cifras miradas sin más. De hecho, corregido por el comportamiento estacional habitual, la tasa de empleo de julio es menor que la de junio pero es igualmente una de las más altas desde que comenzó la pandemia.
EC: ¿Y cómo debemos interpretar este deterioro del mercado laboral en julio? Te lo pregunto porque, como mencionabas al inicio, la mejora sanitaria ya era muy clara en julio y eso a priori hacía prever una mejora del mercado laboral, ¿no es así?
FC: Es cierto. Cuando comentábamos las cifras de junio señalábamos que la mejora vista en ese mes tenía mucho sentido porque fue el primer mes en el que empezamos a ver ceder a los casos de COVID y porque varios indicadores tendieron a reflejar una reactivación de la actividad económica en ese contexto. Ahora, también advertíamos, como decía antes, que al menos parte de la mejora tan importante que vimos en el dato de empleo en junio puede haber sido “ruido” y, por tanto, reitero, a nuestro juicio no debemos hacer demasiado énfasis en esta baja del empleo frente a la estimación de junio. Va a ser clave esperar algunos meses más para ver si empiezan a afirmarse tendencias más claras a nivel de los indicadores del mercado de trabajo.
EC: ¿Y qué marcan estas últimas cifras en términos de personas? ¿qué población desocupada teníamos a julio en el total del país?
FC: De acuerdo con estos últimos datos y a las cifras de población publicadas por el propio INE, en julio había algo más de 1,58 millones de trabajadores ocupados y unos 184.000 desocupados. Es una cifra de desocupados mayor a la de meses previos pero menor a la que se observó en promedio en el segundo semestre de 2020 y hasta inicios de este año.
EC: ¿Y cómo dialogan estos datos con las cifras del subsidio de desempleo que publica el Banco de Previsión Social?
FC: La verdad es que las cifras del BPS marcan en los últimos meses una baja sostenida del stock de trabajadores en seguro de desempleo. Concretamente, en agosto había unas 64.300 beneficiaros de este seguro, son unos 16.000 menos que en mayo (cunado se vio un pico de algo más de 80.000 beneficiarios) y es de hecho el menor registro desde el inicio de la pandemia. Recordemos que hasta febrero de 2020 había habitualmente en torno a 45.000 trabajadores amparados en el seguro de desempleo, eso luego se fue a un pico de más de 180.000 entre abril y mayo de 2020 y desde esos niveles fue bajando. desde noviembre del año pasado venía oscilando en torno de los 75.000-80.000 y, como decía antes, desde junio se observa un descenso bastante más claro.
Ahora, es importante aclarar en relación con estas cifras, que aunque se llama seguro de desempleo, no todos los beneficiarios de este seguro están efectivamente desempleados. Muchos de ellos están amparados en el seguro transitoriamente, pero aún conservan sus empleos (no fueron estrictamente despedidos). De hecho, en los últimos meses menos del 30% de los beneficiaros de este seguro estaban amparados bajo la causal despido.
Y, por otro lado, no todos los trabajadores tienen derecho al seguro de desempleo. En particular, los trabajadores informales no acceden a este mecanismo. Con lo cuál el diálogo entre las estadísticas del INE y las de BPS es complejo, son todas señales relevantes, que hay que mirar con atención, pero no siempre muestran evoluciones consistentes en el mes a mes.
RA: Está claro. Antes de terminar, entonces, miremos un poco para adelante. ¿Qué perspectivas manejan en Exante para los próximos meses en relación con el mercado laboral?
FC: Como comentábamos en meses previos, en la medida en que la mejora sanitaria se ha ido afirmando, nosotros estamos esperando un mayor dinamismo de la actividad económica en el transcurso del segundo semestre, con una reactivación en particular de algunas de las actividades más intensivas en mano de obra, como son los servicios y el comercio, donde el impacto de la crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad pegaron más duro. En ese marco, esperamos también un mejor segundo semestre para el mercado de trabajo y tendemos a proyectar una mejora del empleo para los próximos meses, aunque probablemente de forma gradual.
Es cierto que las cifras de julio fueron algo peores de lo que esperábamos, pero al mismo tiempo los datos de BPS han seguido mostrando mejoras y otros indicadores relevantes, como el indicador de demanda laboral que elabora Advice a partir de anuncios en portales de empleo viene mostrando aumentos significativos en los últimos meses. Eso nos hace prever, como decía, que el empleo debería mantener una tendencia de recuperación en lo que resta del año y en 2022. Concretamente, según nuestras estimaciones, la población ocupada estaría recuperando los niveles pre-pandemia (de más de 1.640.000 trabajadores) sobre mediados del año próximo, aunque la situación por sector será seguramente despareja.