Análisis Económico

Brasil: El Banco Central endureció la política monetaria, ¿cómo será la evolución de la economía brasileña en los próximos meses? (Exante)

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Foto: AFP

EMILIANO COTELO (EC): El Banco Central de Brasil subió la tasa Selic en 25 puntos básicos, llevándola de 10,5% a 10,75% anual.

Esta suba es contraria a los movimientos que se observaron por parte de otros bancos centrales en estos meses, como por ejemplo la baja de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos, que analizamos la semana pasada en este espacio.

Les proponemos conversar sobre este tema y aprovechar para repasar cómo viene siendo, en términos más generales, la evolución del contexto económico de Brasil. Para eso estamos en contacto con Alejandro Vallcorba, economista de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Alejandro, ¿el mercado esperaba este endurecimiento de la política monetaria?

ALEJANDRO VALLCORBA (AV): En las semanas previas a la reunión del Banco Central de Brasil los analistas venían ajustado al alza sus expectativas sobre la trayectoria que seguiría la tasa Selic este año y descontaban un incremento de la tasa este mes.

Como decía Emiliano el aumento fue de 25 pbs, ubicando la tasa Selic en 10,75% anual.

Decía que la suba era esperada en estas últimas semanas, pero la verdad que igualmente contrasta con la flexibilización de la política monetaria que venía implementando el BCB desde agosto del año pasado y difiere significativamente con la trayectoria de tasas que se preveía al inicio del año, que eran de recortes significativos en el correr de este año y del año que viene.

RA: ¿A qué se atribuye este cambio reciente de las expectativas?

AV: Hubo varios factores. Por un lado, la inflación viene evolucionando ligeramente al alza. No vimos un aumento muy relevante, pero en agosto se ubicó en 4,2%, un nivel cercano al techo del rango meta (4,5%) y que marca una suba respecto hace algunos meses (en abril estaba en 3,7%).

A su vez, en los últimos meses, los analistas han ido corrigiendo al alza sus proyecciones de inflación y ahora apuntan a que cerraría este año en 4,4% y el año que viene en 4%. No son valores demasiado elevados ni marcan un desanclaje fuerte de expectativas, pero están por encima del centro del rango meta (3%) y entre 5 y 7 décimas más que lo que se esperaba hace unos meses.

Además de eso, el tema fiscal sigue siendo una fuente importante de incertidumbre.

RA: ¿A qué te referís con eso Alejandro?

AV: Como hemos comentado otras veces en el programa, las cuentas públicas brasileras vienen mostrando un fuerte deterioro. En los doce meses a julio el déficit fiscal se ubicó en casi 10% del PIB. Si bien, puede haber algunos gastos por única vez, el signo de la política fiscal está siendo fuertemente expansivo.

Esto pone cierta duda sobre la capacidad del gobierno en cumplir con la trayectoria de resultado fiscal de mediano plazo que marca la regla fiscal y a su vez, este mayor gasto imprime cierto riesgo respecto a la dinámica inflacionaria.

En este contexto, el BCB decide mover la tasa tempranamente, para contener las expectativas de inflación y para reafirmar su independencia, que ha sido un tema central del debate en los últimos meses.

RA: ¿Cómo es eso Alejandro? ¿Podemos profundizar en el tema?

AV: Claro. En los últimos meses el BCB recibió muchas críticas de Lula por su decisión de no flexibilizar la política monetaria para apuntalar la actividad económica.

A nuestro juicio, la decisión de la semana pasada es una muestra de independencia ante estas críticas. De hecho, la decisión de subir la tasa fue apoyada por todos los miembros del comité, incluyendo a Gabriel Galípolo, actual director de política monetaria y candidato nominado por Lula para ocupar la presidencia del BCB por los próximos cuatros años.

RA: Alejandro recién te referías a que desde el gobierno pedían bajar la tasa de interés para apuntalar la economía, Para dar contexto al debate ¿cómo fue el desempeño de la actividad económica en estos últimos meses?

AV: En el segundo trimestre la actividad económica brasilera creció 1,4% respecto al primer trimestre y 3,3% en la comparación interanual. El crecimiento fue mayor a lo que se esperaba previamente por los analistas, que aguardaban una expansión del PIB de 2,5% interanual.

Desde la perspectiva de la demanda, el consumo privado siguió siendo el principal motor del crecimiento. Concretamente, en abril-junio el consumo de los hogares creció 1,3% frente a enero-marzo, impulsado por el buen desempeño del mercado laboral y del aumento de los ingresos. De hecho, la tasa de empleo se ubica en el máximo nivel de la última década y en junio el salario promedio medido en términos reales se situó 5% por encima del nivel de un año atrás.

La inversión también creció pero desde niveles bajos. De hecho, la tasa de inversión sobre el PIB se ubica en menos de 17%, un nivel inferior a los registrados en años anteriores, en torno a 18% entre 2021 y 2022 y que llegó a estar en 20% antes de la recesión de 2014.

Por último, en un contexto donde Brasil está muy barato medido en dólares, las exportaciones se mantienen en niveles altos en una perspectiva histórica.

Entonces, a la luz de estos últimos datos, parecería que se deberían despejar un poco los planteos respecto a la necesidad de apuntalar el crecimiento económico.

RA: ¿Cuáles son las perspectivas para la actividad económica para lo que resta del año y 2025?

AV: Con esta redinamización de la economía en el segundo trimestre el año, los analistas brasileños revisaron al alza sus expectativas de crecimiento para 2024.

La mediana de la encuesta de expectativas realizada por el BCB apunta ahora a un crecimiento de 3% promedio anual para 2024, cuando a comienzos de año se esperaba un crecimiento de 1%.

Esto es un patrón que se viene repitiendo en los últimos años en Brasil, a principio de año se prevé un crecimiento bajo y a medida que transcurren los meses los pronósticos se van ajustando al alza.

Para 2025, las proyecciones apuntan a un crecimiento en torno a 2% para el promedio del año.

RA: Bien, entonces volviendo al plano financiero, ¿se esperan aumentos adicionales de la tasa Selic en los próximos meses?

AV: En la minuta de la reunión, la autoridad monetaria destacó esto mismo que comentábamos, que la actividad económica se mantiene firme y que los futuros movimientos de la tasa dependerán de la dinámica que sigan las expectativas de inflación en los próximos meses.

En este contexto, la mediana de la encuesta de expectativas apunta a que la tasa de referencia cerraría el año en 11,5% anual, lo que supone una suba de 75 puntos básicos entre las dos reuniones que restan este año.

Para el año que viene, se espera que la tasa se mantenga en 11,5% hasta mediados de año y que desde ahí empiece a bajar, cerrando el año en 10,5%, lo que igualmente supone un nivel de tasa alto en comparación a años anteriores.

RA: En este contexto, ¿podemos repasar cómo vienen evolucionando el dólar en Brasil en los últimos meses?

AV: En los últimos meses el dólar estuvo operando con mucha volatilidad en Brasil. Por ejemplo, a principios de agosto el dólar llegó a ubicarse en casi R$ 5,8 y algunos días después se situaba en R$ 5,4, lo que supone una caída de 6% en pocos días.

Actualmente se ubica en torno a R$ 5,5, acumulando un descenso de 5% frente a los máximos de agosto, pero que de todas formas supone un aumento de 13% en lo que va del año, posicionando a la moneda brasilera como una de las monedas emergentes que más perdió valor en lo que va del año.

RA: ¿Y hacia adelante? ¿Qué se espera para los próximos meses?

AV: Recogiendo el endurecimiento de la política monetaria local y un escenario de menores tasas a nivel internacional, las proyecciones apuntan a cierto descenso del dólar en los próximos meses, aunque todavía se mantendría en niveles elevados.

En concreto, la mediana de la encuesta de expectativas del Banco Central apunta a que el dólar se situaría en R$ 5,4 y R$ 5,35 al cierre de 2024 y de 2025 respectivamente.

De todas formas, si lo pensamos en términos de competitividad, el tipo de cambio real de Brasil frente a Estados Unidos se encuentra muy depreciado. Entonces si bien las expectativas apuntan a un descenso del tipo de cambio desde los niveles actuales, seguiríamos viendo un Brasil muy barato medido en dólares.

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