Análisis Económico

China: Gobierno lanzó una nueva ronda de estímulos económicos a partir de una baja en el crecimiento (Exante)

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Foto: AFP

EMILIANO COTELO (EC): La economía de China volvió a mostrar un crecimiento “moderado” en el tercer trimestre del año.

¿Cuáles son los números? Entre julio y setiembre el PBI creció menos de 1% frente al trimestre anterior y se expandió 4,6% en comparación con un año atrás.

Se trata de un desempeño notoriamente peor que en el pasado y que deja a China lejos de cumplir con el objetivo de crecimiento de 5% que se trazó el gobierno de Xi Jinping para este año. Esto motivó a que las autoridades desplegaran un conjunto de medidas de estímulo económico que fueron bien recibidas por los mercados.

A partir de estas novedades y con lo importante que es China para la matriz de exportaciones uruguayas, decidimos destinar nuestro espacio de análisis económico de hoy a analizar las perspectivas de la segunda economía más grande del mundo. Para eso estamos en dialogo con el economista Mathías Consolandich, gerente en la firma EXANTE.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Mathías, si te parece empecemos por profundizar en las cifras de cuentas nacionales del tercer trimestre que mencionaba Emiliano… ya veníamos de meses anteriores también de “poco” crecimiento ¿verdad?

MATHÍAS CONSOLANDICH (MC): Si Romina. Entre julio y setiembre la economía de China creció 0,9% respecto al trimestre anterior, en términos desestacionalizados. Esto es un ritmo algo más alto del que se observó entre abril y junio, pero inferior a la velocidad a la que creció la economía entre la segunda mitad del 2023 y principios de este año. De hecho, por primera vez China acumuló dos trimestres consecutivos creciendo abajo del 1%.

Si lo miramos en términos interanuales, es decir, comparando el tercer trimestre de 2024 con el tercer trimestre de 2023, la economía creció 4,6%. Como decía Emiliano se trata de un crecimiento inferior al crecimiento potencial que el gobierno estima en 5% y que se planteó como objetivo alcanzar este año.

En definitiva, estos números siguen pautando una economía que no ha logrado retomar mayor dinamismo durante el último año y medio, que sigue con presiones deflacionarias desde mediados de 2022 y que presenta una demanda interna relativamente deprimida.

RA: En ese sentido, hace algunas semanas las autoridades del gobierno se mostraron preocupadas por el bajo crecimiento y anunciaron medidas de estímulo para impulsar la economía… los titulares de prensa tomaban ese hecho como un hito importante ¿Podemos comentar en qué consistieron esas mediadas?

MC: Se adoptaron un conjunto de medidas monetarias, con el objetivo de generar liquidez en el mercado, redinamizar el crédito e impulsar el consumo. Y también se hicieron algunos comentarios sobre la política fiscal.

En el frente monetario, se bajó la tasa de los encajes bancarios. Eso libera recursos a los bancos comerciales y les permite prestar más. También se bajaron las tasas de interés de referencia a corto y mediano plazo y se indicó que se profundizarían esos recortes en los próximos meses.

Después, hubo algunas medidas que apuntaron al mercado inmobiliario… un sector que está atravesando un ajuste importante en China desde hace varios años. Allí se redujo el monto que se debe pagar inicialmente para comprar viviendas y se dispuso un mecanismo para bajar las tasas de interés de préstamos hipotecarios vigentes.

Y por otro lado se sumaron algunas medidas enfocadas en impulsar el mercado accionario. Sin entrar en mucho detalle, se facilitaron líneas de liquidez para la compra de acciones por parte de inversores institucionales y se habilitarán préstamos preferenciales a empresas que coticen en bolsa y que quieran recomprar sus acciones. Aquí lo que se busca es de algún modo inducir algún tipo de efecto riqueza positivo, mejorar la confianza de los consumidores e impulsar el consumo.

RA: ¿Y en el frente fiscal? ¿Cuáles fueron las novedades?

MC: Novedades por ahora pocas Romina. Se anunció que el componente fiscal va a ser una parte importante del paquete de estímulos que complemente lo que veníamos comentando, pero todavía no hay demasiados detalles. El gobierno dejo trascender algunas medidas que en principio sumarían alrededor de 1,5% del PIB y que incluirían, entre otras cosas, transferencias directas a los hogares según la cantidad de hijos que tengan. Pero los anuncios desde ese frente probablemente aparezcan en las próximas semanas y es algo que ha tenido expectante a los mercados.

RA: Vayamos por ahí… ¿Cómo reaccionaron los mercados a estas medidas?

MC: Las medidas fueron muy bien recibidas por los mercados. Los principales índices accionarios en China acumulan ganancias muy importantes en el último mes. Por ejemplo, la bolsa de Shanghái subió más de 20% desde mediados de setiembre.

Y esto contrasta con lo que fue el desempeño negativo que mostraron los índices chinos durante buena parte de este año, tanto en términos absolutos como relativos. Hasta hace un mes, el índice S&P 500 de Estados Unidos acumulaba un incremento de casi 20% en el año, mientras que la referencia Shanghái mostraba una caída de 9% en la misma comparación. Con las ganancias de las últimas semanas, ese índice en China acumula ahora una suba de 10% en lo que va del año, mientras que el S&P sigue en 20%.

RA: Más allá de las reacciones en las bolsas ¿Hay expectativa de que estos estímulos tengan un impacto significativo en el crecimiento de China? Te lo pregunto porque durante este año ya se habían tomado algunas medidas como las que mencionabas pero que no tuvieron efecto.

MC: Depende de cuáles terminan siendo las medidas fiscales y que tanto efectivamente se termine observando un incremento del crédito, pero la reacción en los mercados y magnitud de las medidas que se adoptaron parecen apuntar a que deberíamos observar cierta redinamización de la actividad en los próximos meses.

Los efectos directos de estos estímulos probablemente se observen en mayor medida hacia el 2025, pero el impacto sobre las expectativas y la mejora en la confianza de consumidores y empresas puede empezar a traccionar antes.

De ocurrir, esto supone una noticia positiva para Uruguay en el frente externo. El freno de China venía pesando sobre las perspectivas de crecimiento a nivel global y es uno de los elementos fundamentales detrás del contexto de precios más bajos de las materias primas. Un revés en ese sentido puede dar soporte a precios más elevados.

Sin embargo, el impulso que podamos ver en China probablemente no implicará un crecimiento más acelerado en un horizonte más largo.

EC: ¿A qué te referís con eso Mathías? ¿A que nos vamos a tener que acostumbrar a un crecimiento de la economía similar al que estamos viendo hoy?

MC: No es razonable pensar que China vuelva a crecer a tasas de dos dígitos como creció entre la década de los 80 y principios de los 2000. O de cerca de 8% como vimos en la década anterior a la pandemia. China crece menos, pero lo hace desde un tamaño significativamente mayor. Hoy es cerca del 20% del PIB mundial, es la segunda economía más grande, tiene un PIB per cápita muy superior al que tenía en los 80.

Sin embargo, uno podría pensar en un conjunto de medidas que apunten a aumentar la tasa de crecimiento potencial y eso no ocurrió. Los anuncios que venimos comentando no introducen reformas estructurales que impulsen la productividad, ni involucran una extensión relevante de la matriz de protección social, que es algo frecuentemente señalado como un elemento clave para apuntalar el consumo de un modo sostenido y reducir el ahorro por motivo precaución.

El crecimiento de largo plazo es muy dependiente de mantener una tasa de inversión muy alta en una comparación internacional (de 45% del PIB, frente a valores de 22% a nivel de los países del G7 y de 32% entre otras economías emergentes). Esto resulta difícil de sostener sin agudizar los problemas de sobreinversión que hay en varios sectores. El sector inmobiliario es un claro ejemplo.

Hasta ahora el gobierno puso el foco en un modelo de crecimiento “hacia afuera”, basado en potenciar la producción industrial y las exportaciones, pero que allí también hay limitaciones en una demanda internacional que es poco pujante y en un contexto de mayor proteccionismo comercial.

Por eso las estimaciones del FMI y de otros organismos multilaterales en general apuntan a que el crecimiento no se sostendrá en torno a la meta de 5%. Aplicando las mismas políticas no deberíamos esperar que China se acelere estructuralmente.

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