¿Cómo lucen las perspectivas en materia económica en el país asiático?
EMILIANO COTELO (EC): La semana pasada tuvo lugar la sesión de apertura del Parlamento chino, que habitualmente sucede en marzo pero que fue demorada por el coronavirus.
En materia económica hubo varias novedades. Por un lado, el gobierno abandonó la meta de crecimiento económico que suele fijar todos los años. Por otro, aparecieron nuevos estímulos económicos para apuntalar la actividad en los próximos meses. Siendo China uno de los principales socios comerciales de Uruguay y por la importancia que tiene lo que sucede en esa economía para las perspectivas a nivel global, nos pareció oportuno detenernos hoy a examinar estas novedades. Para eso, estamos en diálogo con la economista Tamara Schandy, socia de Exante.
Tamara, empecemos ubicando a los oyentes con algunas cifras sobre el impacto del COVID-19 en China. Fue el primer país en pasar por la crisis sanitaria y en establecer medidas de cuarentena. También fue de los primeros en irlas desmantelando. ¿Cuán severo ha sido hasta ahora el impacto sobre la economía?
TAMARA SCHANDY (TS): Muy severo. Hace algunas semanas ya se divulgó el PIB del primer trimestre. El dato mostró una caída de 9,8 % frente al trimestre anterior y de 6,8 % en comparación con un año atrás. Se trata obviamente de una caída enorme, pero más para una economía que suele crecer a tasas muy importantes (en 2019, por ejemplo, China había crecido 6,1 %).
Esta caída fue a su vez más pronunciada a la que se vio en otros países que también ya divulgaron datos de PIB del primer trimestre, como son Estados Unidos y los países de la Eurozona. En Estados Unidos la baja trimestral fue de 1,2 % y en la Eurozona hubo matices pero promedió 3,8 %, ambos números bastante más moderados que el casi 10 % de caída de PIB que tuvo China. Igualmente, recordemos que el “timing” de la crisis sanitaria fue distinto. El primer trimestre de China estuvo totalmente afectado por las medidas de confinamiento, mientras que en otros países la afectación fue sobre todo al final del primer trimestre, por lo que la parte más dura sobre los niveles de actividad se va a ver con las cifras del segundo trimestre del año.
Recordemos que en China el pico de la crisis sanitaria (cuando se dio el mayor número de casos) fue a principios de febrero, pero las medidas de cuarentena empezaron antes. A partir de mediados de febrero la curva de contagios comenzó a “aplanarse” y ya para fines de marzo China había comenzado a desmantelar muchas medidas de restricción a la movilidad de personas.
EC: Dado que China fue el primer país en dejar atrás el pico de la crisis sanitaria y empezar a relajar las restricciones de movilidad, es interesante ver qué ha sucedido con la actividad económica en estos meses más recientes. ¿Qué dicen los números de la “nueva normalidad”?
TS: Hay varios indicadores de alta frecuencia que vienen circulando y que de alguna forma describen cómo ha sido esa curva. Como síntesis, les voy a comentar las cifras que monitorea el Financial Times (https://on.ft.com/3d1Cm0h), que creo que muestran perspectivas bien interesantes de lo que fue sucediendo hasta mediados de mayo.
Ellos computan un índice general de actividad para China, que es una canasta que abarca muchos indicadores parciales. En las primeras semanas de febrero, ese índice llegó a mostrar una brecha de alrededor de 40 % frente a los niveles “normales” (los niveles de actividad en igual período de 2019). Sin embargo, la recuperación posterior fue bastante rápida. En solo 3 meses (de principios de febrero a principios o mediados de mayo) esa brecha se redujo a menos de la mitad. El vaso medio vacío es que la actividad (medida por ese índice de FT) está aún 15 % por debajo de lo que es “normal” para esta época del año, pero la verdad es que el primer tramo del rebote -al menos- parece que fue bastante fuerte.
Lo otro que hay que marcar es que hay mucha disparidad sectorial. Por ejemplo, la producción industrial y los volúmenes de tránsito en las ciudades ya están en niveles comparables a los de un año atrás, pero todo lo relativo a espectáculos y las actividades turísticas permanecen en niveles parecidos a los del impacto inicial en plena cuarentena.
EC: Pasemos a los anuncios de la semana pasada. ¿Podemos comentar las principales novedades? ¿Se trata de medidas de estímulo comparables a las que dispusieron las grandes economías de occidente?
TS: Las iniciativas van en la misma dirección que las que ya se habían anunciado previamente en China y que también hemos comentado otras veces en el programa para otros países: mayor gasto público, algunas exoneraciones impositivas y líneas de crédito contingente para empresas. Se anunciaron también proyectos masivos de infraestructura que buscan ayudar a un objetivo de crear alrededor de 9 millones de empleos en China. Hasta el momento y según las cifras del FMI, se estimaba que el paquete de respuesta fiscal era de alrededor de 2,5 % del PIB. Tras los anuncios que mencionaba recién, algunos analistas estiman que la totalidad del paquete fiscal sumaría unos 4 puntos porcentuales del PIB.
Se trata de una cifra menor a los paquetes de estímulo que hemos comentado para otras economías como Estados Unidos y la Eurozona, pero la verdad es que no es nada sencillo comparar en profundidad los elementos que están comprendidos en cada paquete. Se trata en cualquier caso de un paquete grande, que en monto de hecho es similar al que se vio como respuesta a la crisis financiera del 2008.
EC: En base a la recuperación que ya está en curso y a estas medidas que se formalizaron la semana pasada, ¿cuál es la expectativa de crecimiento para este año?
TS: Justamente la otra novedad que hizo bastantes titulares la semana pasada fue que el gobierno dejó de anunciar una meta de crecimiento, como siempre solía hacer desde hace décadas. La última, anunciada en 2019, había sido de entre 6 % y 6,5 %. Por COVID esa meta se tornó inalcanzable; y aparentemente se optó por no fijar un número explícito en lugar de fijar un número más bajo.
Si miramos lo que proyecta el FMI, por ejemplo, se aguarda que el PIB de China crezca 1,2 % en el conjunto de 2020, cifra muy inferior al crecimiento de 6,1 % de 2019, pero que representa un desempeño bastante bueno si lo comparamos con lo que es la caída del PIB que se está proyectando en casi todo el mundo.
En particular, me parece importante resaltar que hay una expectativa de que el PIB de China ya muestre un crecimiento significativo en el segundo trimestre de este año. Economist Intelligence Unit (EIU), por ejemplo, espera un crecimiento trimestral de algo más de 9 % entre abril y junio.
EC: ¿Cómo evolucionaron las exportaciones uruguayas a China hasta ahora y qué expectativas hay para los próximos meses?
TS: En realidad las ventas de Uruguay a China empezaron a caer antes de la explosión del coronavirus en China. Ya en enero la demanda de carne (que había crecido excepcionalmente en 2019) tuvo un freno abrupto, que dio lugar a una renegociación e incluso a algunas caídas de contratos ya pactados. Hubo entonces una primera señal de baja de exportaciones en enero (14 % interanual), pero después el descenso se acentuó con la crisis sanitaria en China. En febrero la baja de las exportaciones a China fue de casi 50 % interanual. En marzo y abril las colocaciones moderaron parcialmente el ritmo de caída, pero la verdad es que siguieron cayendo de manera muy significativa (con bajas de 24 % y 40 % respectivamente).
La caída acumulada en enero-abril es de 35 %. Mencioné la baja de las colocaciones de carne (que es el principal rubro de exportación a China), pero también estamos viendo descensos importantes a nivel de otros productos como la lana, la celulosa y la madera, por ejemplo.
Uno debería pensar que la demanda debería ir repuntando conforme se va recuperando la economía china. Si no hay otra ola del virus, deberíamos pensar que lo peor en términos de merma de demanda ya pasó. Pero tampoco tenemos que perder de vista que no jugamos solos. Según señalan los exportadores, sobre todo a nivel de la carne, la demanda china ya comenzó a recuperarse, pero la industria uruguaya está enfrentando una competencia muy dura de otros proveedores relevantes, en particular de Brasil, que ha procesado una devaluación de su moneda extraordinaria en los últimos meses.
***
Foto: AFP