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EMILIANO COTELO (EC): En los últimos meses China se ha vuelto uno de los grandes focos de preocupación para la economía mundial. La actividad en ese país cayó durante el segundo trimestre del año y la recuperación que mostró más recientemente no fue muy sostenida.
Dado el peso que tiene la economía china en la actividad global y la importancia de ese país en la matriz de exportaciones uruguayas, nos pareció oportuno dedicar el espacio de análisis económico de hoy a este tema. Para eso estamos en contacto con Mathías Consolandich, de la firma Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): En el segundo trimestre de este año el PIB de China se contrajo, ¿cómo viene comportándose la economía desde entonces?
MATHÍAS CONSOLANDICH (MC): La verdad que no muy bien. Cómo decían, el último dato de PIB que tenemos disponible es el del segundo trimestre. Entre abril y junio la economía cayó 2,6% frente al trimestre anterior. Obviamente es una cifra muy mala para China (que solía crecer entre 1,5% y 2% anual antes de la pandemia), pero el dato no fue llamativo porque recogió el impacto de las medidas de confinamiento que se vieron entre abril y mayo por el aumento de los casos de Covid. Recordemos que China sigue con una política de cero Covid muy restrictiva, que tiene impactos fuertes sobre la actividad.
Desde que se levantaron buena parte de esas medidas, la economía ha venido recuperándose, pero a un ritmo bastante menor de lo que se preveía. De hecho, varios indicadores de los últimos meses confirman una desaceleración importante del sector industrial, del sector exportador o del sector comercial.
RA: ¿Podemos repasar algunos de estos indicadores que mencionabas?
MC: Si claro. Las últimas mediciones del índice PMI manufacturero marcan que la actividad industrial está en terreno de contracción desde hace algunos meses. Este es un índice que mide la cantidad de empresas que están expandiendo o contrayendo su producción, y toma valores por encima o por debajo de 50 en cada caso. Exceptuando junio, desde febrero que está marcando valores por debajo de 50.
Por otro lado, si miramos la actividad comercial, las ventas minoristas crecieron menos de 3% en julio respecto al mismo mes de 2021, lo que supone menos de la mitad del crecimiento promedio que considerábamos “normal” antes de la pandemia. También el nivel de confianza de los consumidores se ubica entre los registros más bajos vistos de los últimos 10 años.
Los indicadores del mercado inmobiliario tampoco son alentadores. La inversión en este rubro viene cayendo desde hace más de un año y los indicadores de compraventas inmobiliarias y de nuevos comienzos de obras continúan mostrando caídas en la comparación interanual. Como comentamos otras veces, varias empresas del sector están con dificultades financieras importantes y muy altos niveles de endeudamiento. El sector inmobiliario representa alrededor del 20% del PIB total en China, por lo que tiene una incidencia clara sobre el crecimiento global.
Y por último, las exportaciones también se moderaron en agosto, recogiendo también un panorama global de menor crecimiento. Por lo tanto, la pérdida de dinamismo en China parece estar afectando a diversos sectores.
RA: La respuesta del gobierno a este “freno” fue adoptar algunas medidas para estimular la actividad. Este es un camino distinto al que estamos viendo en las otras grandes economías ¿no?
MC: Sí, el Banco Central de China viene recortando sistemáticamente la tasa de interés de referencia de los préstamos a distintos plazos, con el objetivo de incidir sobre otras tasas relevantes en la economía y estimular el consumo y la inversión. También ha recortado los encajes bancarios e inyectado liquidez en los mercados… Se suman también una serie de programas importantes de inversión en infraestructuras que está llevando a cabo el gobierno.
Esta política es contraria a lo que está pasando en las otras economías grandes, como puede ser Estados Unidos o Europa. Allá también estamos viendo un freno importante de la actividad, pero eso está ocurriendo acompañado de un mayor endurecimiento monetario (con suba de las tasas de interés). La diferencia con China está en que esencialmente el problema que están atacando esas economías es la inflación, que como comentamos otras veces se disparó y está en los niveles más altos en 40 años… mientras que en China la inflación no parece ser un problema relevante (en agosto se ubicaba en 2,5% anual).
Ahora, si bien estas políticas son claramente expansivas en China, varios analistas marcan que la magnitud del despliegue podría ser mayor y que hasta ahora el gobierno no flexibilizó sustancialmente su política de Covid cero, ni las regulaciones sobre el mercado inmobiliario. Estas probablemente son las políticas que se estiman puedan influir de manera más significativa sobre las perspectivas de crecimiento en el corto y mediano plazo, que no parecen ser muy auspiciosas.
RA: ¿Qué podemos esperar para la actividad en los próximos meses? ¿Se espera que se extienda este escenario de menor dinamismo?
MC: Varios analistas y organismos multilaterales han venido recortando sus pronósticos de actividad en China. Para este año, las proyecciones apuntan aun crecimiento de entre 3% y 3,5%. Estaríamos hablando de una cifra mucho menor a la que se esperaba a comienzos de este año y al objetivo oficial del gobierno de 5,5%. Ese 3% – 3,5% podría ser incluso peor si vuelven los confinamientos que ya empezamos a ver en estas semanas más recientes. Algunas estimaciones que circulaban en estos días apuntaban a que las ciudades que actualmente tienen restricciones representan alrededor del 35% del PIB total en China. De continuar por este camino, podríamos tener un tercer trimestre también de caída del PIB.
En cambio, para 2023 se maneja un crecimiento algo mayor al de este año, pero relativamente bajo para las tasas chinas que estábamos acostumbrados (que eran más cercanas a los dos dígitos). El FMI estima que China va a crecer 4,6% en 2023, una cifra menor al ritmo de 5,5% que prevé el Banco Central de China como ritmo de tendencia de largo plazo. Recordemos que China creció a un promedio de alrededor de 10% anual entre 1980 y 2010, pero esa ya no es la referencia tendencial porque cambiaron muchos factores. La población en edad de trabajar ya no está creciendo lo que crecía en aquel momento y ya no hay el mismo espacio para invertir en infraestructura como en ese entonces. China viene migrando desde una economía muy dependiente de la inversión hacia una más basada en el consumo, y eso necesariamente implica un crecimiento más moderado.
RA: Para ir cerrando, ¿qué concusiones podemos sacar de este enlentecimiento en China desde la perspectiva de Uruguay?
MC: Primero me parece importante marcar que esta desaceleración de China se enmarca en un freno bastante generalizado de las principales economías a nivel global. El panorama externo para Uruguay se está volviendo algo más complicado.
Nosotros en Exante estamos viendo con cierta preocupación cuál será el impacto que pueda tener este contexto de menor crecimiento global y de China en particular, sobre el precio de las materias primas. No olvidemos que China es el principal comprador de estos productos a nivel mundial. En este escenario podríamos ver una corrección más importante y generalizada de los precios de los commodities… que ya en algunos casos está siendo de magnitudes importantes, pero que en varios de los rubros relevantes para Uruguay las bajas por ahora son más moderadas. Esta combinación de menos crecimiento en China y de debilitamiento del yuan, que también se viene observando de forma marcada en los últimos meses, son elementos que pueden suponer presiones bajistas más significativas sobre los precios de las materias primas que exporta nuestro país.