Análisis Económico

La economía uruguaya creció 4,9% en 2022 pero entró en recesión sobre fin de año: ¿Qué factores influyeron? Análisis de Florencia Carriquiry (Exante)

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EMILIANO COTELO: El Banco Central divulgó ayer las  cifras de actividad económica del cuarto trimestre del año. Según estos datos, el Producto Interno Bruto registró una caída de 1,3% respecto de los niveles del tercer trimestre y se ubicó 0,1% por debajo de los niveles del mismo trimestre de 2021.

Sin embargo y en virtud del crecimiento visto en la segunda parte de 2021 y en el inicio de 2022, en el promedio del año pasado la economía acumuló una expansión de 4,9%.

Para analizar estas últimas cifras y conversar sobre las perspectivas para este año, estamos con la economista Florencia Carriquiry, socia en Exante.

ROMINA ANDRIOLI: ¿Cómo vieron los datos de cierre de 2022? ¿Con esta caída del PIB en el último trimestre podemos decir que la economía uruguaya entró en recesión en el segundo semestre del año pasado?

FLORENCIA CARRIQUIRY:

  • Sí, en la medida en que, como decís, se configuraron dos caídas trimestrales consecutivas y significativas del PBI. Como mencionaba Emiliano antes, el PIB cayó 1,3% en el último trimestre frente al trimestre inmediato anterior (según las cifras desestacionalizadas) y el BCU revisó además un poco a la baja los datos del tercer trimestre que marcan ahora una caída desestacionalizada respecto a abril-junio de 0,75%.
  • Se trata de una recesión particular, que recoge sobre todo la caída de la actividad agropecuaria (que empezó a darse incluso antes de la sequía, con la contracción fuerte de la actividad en el complejo cárnico y que evidentemente se agudizó sobre el cierre del año a raíz de la falta de agua). Hay que advertir tb en ese sentido que, por metodología, los efectos fuertes que está teniendo la sequía en esta zafra agrícola de verano se impactan desde las cifras del cuarto trimestre del año (cuando inicia la zafra).
  • También el sector de energía eléctrica tuvo caídas relevantes (afectado tb por la seca), la industria frigorífica tendió a caer en el segundo semestre (con fuerte incidencia de la industria frigorífica) y se está moderando la actividad de la  Construcción, en un marco de menores obras en torno al proyecto de UPM.
  • De todas maneras y como tb adelantaba Emiliano,  el PBI terminó cerrando con un crecimiento de 4,9% en el promedio del año.

RA: ¿Y cómo fue el desempeño por sector de actividad en este cierre de año y en lo que fue el conjunto de 2022?

FC:

  • A nivel de sectores claramente sobresale la fuerte caída del agro, que fue  de 21% interanual en el cuarto trimestre, reflejando una menor actividad pecuaria  (por la caída de la faena y las exportaciones en pie), también caída a nivel de la silvicultura y sobre todo una contracción fuerte de la actividad agrícola, ante el impacto de la sequía sobre esta zafra de verano. De hecho, en el promedio de 2022, el sector agropecuario fue el único que se contrajo con una baja de casi 3%.
  • Luego también cayó la industria manufacturera nuevamente  en el cuarto trimestre (más de 4% interanual) y el sector de energía gas y agua con una baja de casi 6% en la misma comparación (también muy afectada por la sequía). Los dos sectores se mantuvieron prácticamente estables en el promedio del año.
  • Por el contrario, sobresalieron positivamente los crecimientos de sectores como Comercio, Alojamiento y Suministro de Comidas y Bebidas (en un marco de fuerte recuperación del turismo) y del agregado transporte, almacenamiento y servicios e información y comunicación, donde según el informe del BCU hay una fuerte incidencia de la recuperación del transporte de pasajeros. En el año estos dos sectores acumularon un crecimiento en torno del 10%.
  • Vale destacar tb que la construcción creció 7% en el año, aunque tendió a moderar su actividad en la segunda mitad del año, en la medida en que fueron perdiendo intensidad las obras asociadas al proyecto de UPM.
  • Y, a nivel de los servicios, el mejor desempeño se vio en el agregado de actividades profesionales y de arrendamiento, con un impulso fuerte en la segunda mitad del año a nivel de las agencias de viaje en particular.

RA:  ¿Y qué pasó a nivel de los componentes demanda?

FC:

  • Del lado de la demanda o desde el Enfoque del Gasto es claro que la retracción de la última parte del año estuvo asociada a la caída de las exportaciones, que descendieron sensiblemente desde los niveles pico de comienzos de 2022.  De hecho, en el cuarto trimestre las exportaciones de bienes y servicios en su conjunto cayeron 5,6% en términos reales, aunque igualmente acumularon una expansión de 11% en el promedio del año.
  • Las inversiones, mientras tanto, también perdieron ritmo sobre el cierre de 2022,  reflejando como decíamos antes para la construcción, menor intensidad en las obras de UPM, pero lo cierto es que la inversión bruta fija total se ha mantenido más firme igual de lo que pensábamos,  y registró un crecimiento de 9,5% en el promedio del año pasado. Allí el informe del BCU destaca el dinamismo que estamos viendo a nivel de construcción residencial, de infraestructura vial y de líneas de comunicación y de energía.
  • Y a nivel del consumo privado, en el cuarto trimestre vimos cierta moderación en el ritmo de expansión respecto del trimestre previo, pero fue un año de crecimiento importante de todas maneras. Concretamente, el consumo de los hogares creció 6% en 2022.
  • Como comentamos en diciembre, cuando analizamos los datos del tercer trimestre, el informe del BCU vuelve a mencionar esta vez que en el mayor consumo hay una contribución relevante del mayor gasto en viajes, sobre todo hacia Argentina, aunque también hubo más consumo interno a nivel de algunos rubros como la vestimenta, vehículos y electrodomésticos y servicios de transporte por mencionar los casos más claros.

RA: Está claro. Antes de terminar entonces y a partir de este análisis de los datos de finales de 2022, ¿cómo quedan las proyecciones de actividad económica para este año?

FC:

  • Estamos en estos momentos revisando pronósticos a la luz de estos últimos datos.
  • Como comentaba antes, las cifras de octubre-diciembre fueron algo peor de lo que teníamos estimado, pero sabíamos que eso iba a ser así, porque los impactos de la sequía comenzaron a sentirse ya desde finales del año pasado. Pero lo cierto es que estas cifras nos están dejando con un efecto arrastre de -1% para este año.  Esto quiere decir que si el PIB se mantuviera en los niveles de finales de 2022, el promedio de este año sería 1% menor al promedio del año pasado.
  • En Exante para este año ya veníamos estimando un crecimiento muy moderado (en el eje del 2% promedio anual), pero es probable que tras conocer estas cifras y sobre todo incorporando los impactos severos que va a seguir teniendo el sector agroexportador en el comienzo de este año, revisemos algo a la baja esas proyecciones.
  • Como ya hemos comentado otras veces, vamos a tener una zafra de verano extraordinariamente mala y eso se va a sentir en las exportaciones de los próximos meses. Es cierto que vamos a ver un impulso a nivel de la celulosa (por la nueva planta que está entrando en funcionamiento) y también del turismo (con una temporada que habría sido incluso mejor de lo esperado) pero a nuestro juicio eso no va a alcanzar para compensar la caída prevista en las ventas al exterior de soja y de otros rubros. Sólo la soja es probable que reste más de US$ 1000 millones a las exportaciones respecto al año pasado.
  • A eso se suma, que las inversiones asociadas al proyecto de UPM van a ir llegando a su fin (las del ferrocarril central vienen más demoradas pero irán finalizando sobre el segundo semestre). Y si bien estamos viendo buen ritmo de inversión privada en construcción residencial, en obras viales y en otras infraestructuras, a nuestro juicio difícilmente alcancen a compensar en su totalidad la caída de las inversiones en torno a la segunda planta de UPM.
  • En este marco, el crecimiento económico en 2023 va a depender de forma clave de la evolución que mantenga el consumo. En relación a esto, estamos esperando un buen desempeño del consumo este año (quizás algo  mejor del que veníamos estimando), porque la mejora de los salarios reales será seguramente algo mayor. Pero en cualquier caso nos parece que el impacto negativo de la sequía va a primar en la revisión de pronósticos.
  • En definitiva, Romina y si bien esperaremos a terminar de incorporar la última información para actualizar pronósticos, tendemos a espera un 2023 de muy pobre crecimiento (probablemente menor al 2% que veníamos manejando) y un crecimiento que sería bastante desbalanceado, esencialmente apoyado en el consumo y con una contracción del sector transable.

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