Enlace: Encuesta Expectativas – Informe Mayo 2023
EMILIANO COTELO (EC): Exante publicó ayer los resultados de una nueva edición de su Encuesta de Expectativas Empresariales. Se trata de un relevamiento semestral, que consultala visión de los empresarios uruguayos sobre la economía, el clima de negocios y la dinámica de sus propias empresas. El último relevamiento se hizo en abril y contó con la participación de unos 300 ejecutivos de empresas nacionales y multinacionales que operan en Uruguay.
Para recorrer las principales conclusiones del estudio, conversamos en los próximos minutos con Alicia Corcoll, economista de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): En estos últimos meses hemos tenido bastantes sorpresas en materia económica: sequía muy severa en Uruguay, problemas en varios bancos en Estados Unidos y una incertidumbre cada vez más alta en torno a Argentina, por poner algunos ejemplos. ¿Vieron un impacto a nivel de las expectativas de los empresarios?
ALICIA CORCOLL (AC): Sí, están siendo meses muy movidos. Nosotros en esta encuesta indagamos sobre un conjunto amplio de dimensiones que ahora podemos ir recorriendo en detalle y en algunoscasosrecogimos sí una moderación o una visión un poco más cauta, pero en términos generales diría que esta edición siguió mostrando un clima mayormente favorable.
Por ejemplo, la evaluación del clima de negocios sigue siendo excepcionalmente buena: los ejecutivos que lo califican de “bueno” o “muy bueno” alcanzaron a 89% y prácticamente no hay respuestas que lo tilden de malo. Para esa dimensión venimos ya de cuatro relevamientos con respuestas positivas por encima de 85%, que son máximos para la historia de la encuesta.
Ahora, por más de que el clima de negocios mantiene una fortaleza destacable, también es verdadque obtuvimos una menor proporción de respuestas positivas respecto a las perspectivaseconómicas en Uruguay. Porejemplo, los empresarios que esperanque la situación económica esté mejor el año próximo bajó desde 35% en el relevamiento previo (de octubre) a 26% en este de abril.
RA: ¿Y el resto de los empresarios visualiza un deterioro de la situación económica? ¿O son respuestas más bien neutras?
AC: El corrimiento se dio hacia juicios neutros y siguen siendo pocos los ejecutivos que esperan que la situación económica esté peor (concretamente, son un 16%).
Entonces, tenemos que el saldo neto de respuestas positivas versus negativas en lo que hace a la situación económica del próximo año es positivo y además es claramente más favorable que el que había previo a la pandemia, cuando veníamos de período de varios años de estancamiento económico. Lo mismo se concluye respecto al clima de inversiones.
Tener esta moderación era a nuestro juicio algo esperable considerando como tú decías que el contexto internacional nos está poniendo desafíos y que a nivel doméstico Uruguay ingresó en recesión en la segunda mitad de 2022 (y eso no es solo por el impacto de la sequía, ya que la caída de la actividad fue bastante generalizada entre sectores). También hay que tener presente el punto de partida: en las encuestas que hicimos durante 2020 y 2021, cuando todavía estábamos muy afectados por el shock del Covid, era evidente que al consultar por las expectativas para el próximo año iban a predominar respuestas de mejora. Y dado que la economía ya se recuperó plenamente de ese golpe, era previsible que viéramos ahora un menor porcentaje de empresarios esperando una mejora adicional.
Por todo esto, concluimos que el entorno de expectativas empresariales se mantiene bastante resiliente y en Exante lo estamos evaluando en forma positiva.
RA: Queda claro. Ahora, ¿qué opinión tienen los ejecutivos respecto a la marcha de sus propias empresas?
AC: La visión respecto al desempeño de las propias empresas en el próximo año no cambió y resulta incluso más optimista que la que hacen de la situación económica general. Los que entienden que la situación general de su empresa estará mejor dentro de un año rondaron el 50%.
Está claro que hay subjetividad acerca de qué puede entender cada empresario por “mejor” o “peor”, pero en cualquier caso obtuvimos un balance de respuestas positivas menos negativas alto y eso no deja de ser destacable. Lo digo porque los que respondieron que entienden que la situación de su empresa va a estar peor fueron solo 7%.
A su vez, los que respondieron que esperan un incremento de la producción o de la inversión de su empresa están también en el eje del 50% (un poquitito por encima, de hecho). Eso es consistente con un entorno de crecimiento económico moderado para este año, que contrasta con la dinámica que tuvo el PIB sobre fines de 2022.
RA: En ediciones anteriores ustedes marcaban que aunque muchas empresas esperaban producir más, no tantas preveían contratar más trabajadores. ¿Esto sigue siendo así? ¿Qué obtuvieron en las preguntas referidas al empleo?
AC: Sí, como ha sido el patrón de los últimos relevamientos predomina una visión cautelosa respecto a las decisiones de contratación de personal. En concreto, los ejecutivos que piensan que sus empresas emplearán más trabajadores el próximo año fueron aproximadamente un 30%, mientras que como decía recién los que aguardan un aumento de la producción o la inversión fueron más o menos la mitad. Acá también predominan las respuestas neutras, porque los que esperan una reducción en el empleo en sus empresas fueron “solo” (entre comillas) el 14%.
Por lo tanto, marco como algo bueno que el saldo neto entre las respuestas de que el empleo en la empresa “aumentará” versus “disminuirá” sigue siendo positivo y que bajó poco frente a relevamientos previos. Contrasta mucho, a su vez, con lo que recogíamos durante el período 2014-2019, cuando este saldo neto era negativo y veíamos efectivamente al empleo en Uruguay caer. Mantener ahora un balance de expectativas positivo estaría en línea con un crecimiento modesto de la ocupación (no de gran aumento, pero tampoco de retracción).
RA: Vayamos ahora a otras de las grandes dimensiones que aborda la encuesta de Exante. ¿Cómo evalúan los empresarios la gestión del gobierno?
AC: Sigue habiendo una muy alta aprobación. Los empresarios que aprueban la gestión de Luis Lacalle Pou fueron el 78% (luego hay un 19% más bien indiferente y solo un 3% que desaprueba).
En la encuesta preguntamos específicamente por cómo evalúan los empresarios la gestión del gobierno en distintas áreas (que las listamos) y en casi todas ellas el balance es favorable. Las dimensiones con mejor valoración siguieron siendo la promoción de la inversión, el crecimiento económico, la situación fiscal y el desarrollo de infraestructura. Esto viene siendo así hace un tiempo y esta vez las respuestas calificando la gestión en esas áreas como “buena” rondan o superan el 80%. Vimos también un aumento importante en las respuestas positivas acerca del manejo del desempleo y la inflación.
Lo que sí cambió negativamente y bastante en esta ocasión fue la evaluación sobre la competitividad internacional, que en esta encuesta de abril pasó a estar entre lo peor evaluado: los ejecutivos que entienden que en ese frente hay una “mala” gestión alcanzaron a 30% (un punto más que los que dicen que es “buena”, así que más que se netean).
Esto no sorprende, porque sistemáticamente a lo largo de la encuesta obtuvimos que la situación de competitividad está siendo un punto de dolor para las empresas uruguayas.
RA: Se nos acaba el tiempo, pero si te parece redondeemos ese concepto. ¿En qué otras preguntas de la empresa capturaron esa preocupación acerca de la competitividad?
AC: En varias. Así como la competitividad pasó a ser una de las áreas de la gestión del gobierno con peor evaluación entre los empresarios, también subieron las menciones relativas a la competitividad y los costos en dólares entre los aspectos más negativos que los empresarios señalan del actual clima de negocios en Uruguay. En esa pregunta pedimos hasta tres menciones libres por encuestado y aparecieron con mucha frecuencia elementos como “costos altos”, “atraso cambiario”, “competitividad”. Con menos menciones, pero también se nombraron el “contrabando” o la “competencia del exterior”.
Y atado a esto, cuando le preguntamos a los ejecutivos por los asuntos que a su juicio debería priorizar el gobierno en lo que resta del mandato, siguieron apareciendo en las primeras posiciones el mejorar la calidad de la educación, mejorar la seguridad pública y buscar una mayor apertura de la economía, pero la novedad es que también figuró bien arriba lo referido a mejorar la competitividad vía tipo de cambio (que antes estaba en la cola de abajo del ranking).