Recupera buena parte de lo perdido por la pandemia.
ROMINA ANDRIOLI (RA): En estos días se conoció que el PBI de Brasil creció 8% en el tercer trimestre del año cuando se lo compara contra el trimestre previo. Es una suba muy fuerte en términos históricos, pero que no alcanzó para recuperar enteramente la caída que provocó el COVID-19.
A raíz de esta noticia y dada la importancia que tiene Brasil para nuestra economía les proponemos poner el foco de nuestro espacio de análisis económico de hoy en el desempeño del país vecino. ¿Cuán fuerte es la recuperación que acumula Brasil desde los mínimos de marzo y abril? ¿Qué factores explican esta reactivación? ¿Y qué perspectivas se manejan para el 2021? Lo conversamos con la economista Alicia Corcoll, de Exante.
Comencemos analizando este dato. Emiliano ya adelantaba que el PBI de Brasil subió entre julio y setiembre casi 8% frente al trimestre previo. Es una suba muy importante, no hay dudas, pero la prensa brasileña igual marcó que la expansión fue algo menor a la que anticipaba el mercado. ¿Podría decirse que decepcionó?
ALICIA CORCOLL (AC): Creo que no diría eso. La visión en general es que fue un dato muy positivo. Cierto que los últimos sondeos de expectativas indicaban un crecimiento un poco más intenso todavía, pero es un aumento que estuvo en línea con lo que venían anticipando distintos indicadores de actividad en Brasil.
Un crecimiento de 8% trimestral es un desempeño súper bueno y que supone que después de la caída que había tenido el PBI de Brasil en el segundo trimestre, el país ya logró recuperar dos tercios de lo perdido. De hecho, la economía estaría operando solo un 4% abajo del nivel pre-COVID.
Obvio que igual la caída acumulada es fuerte, pero digo “solo” entre comillas porque la verdad que la recuperación está siendo bastante rápida para lo que se preveía algunos meses atrás. En junio, por ejemplo, se esperaba que la caída durante el piso del segundo trimestre iba a ser todavía más grave de lo que fue y que el rebote del tercer trimestre sería más moderado y que por ende la economía estaría operando bastante más abajo que lo que terminaron confirmando los datos.
RA: ¿Cómo compara la recuperación que está mostrando Brasil con la que están teniendo otras de las grandes economías del mundo? ¿Cuánto más o menos intensa está siendo?
AC: Hay bastantes datos para mirar. Está el caso de China que como saben es particular porque allí la crisis golpeó antes y el peor momento se vivió entre febrero y marzo, así que en China el segundo trimestre ya fue de rebote y en el tercer trimestre hubo un nuevo crecimiento (China ya está operando por arriba de los niveles pre-pandemia).
Para Estados Unidos y los países de la Zona del Euro, donde el timing fue más parecido, en los dos casos se vio crecimiento – y muy fuerte – en el tercer trimestre frente al piso de abril-junio (de 13% y 7% en cada caso), aunque en ninguna de esas economías tenemos niveles de actividad volviendo a los niveles de fines de 2019.
RA: ¿Y con respecto a nuestra región? ¿Qué información tenemos disponible?
AC: No en todos lados se publicaron ya los datos de PBI del tercer trimestre, pero en muchos casos al menos hay indicadores preliminares que dan una buena idea de qué es lo que está pasando.
Lo que muestran en general esos indicadores es que Brasil fue dentro de la región el que tuvo una de las caídas más leves en el segundo trimestre y también que la recuperación posterior fue de las más intensas. De hecho, la dinámica de Brasil estos meses fue similar a la de Paraguay, fue mejor a la que tuvo Argentina (que como saben está impactado también por fuertes desequilibrios macroeconómicos) y también fue mucho mejor a la de algunos de los países del continente más golpeados a nivel sanitario (como Colombia y sobre todo Perú).
RA: Volviendo a Brasil, ¿cuáles están siendo las principales palancas de este repunte? ¿En qué se sustenta este buen desempeño económico?
AC: El dinamismo está siendo generalizado. La industria por ejemplo está performando muy bien. Es un sector que venía muy resentido desde hacía varios años y que ayudado por la reducción de costos en dólares que hubo por la devaluación del real está teniendo un crecimiento muy fuerte (subió 15% en el tercer trimestre frente al trimestre anterior).
La actividad comercial también tuvo una recuperación sorprendentemente rápida y de hecho con el aumento del tercer trimestre (de 16%) ya volvió a operar en niveles similares a los de principios de año.
Y finalmente los servicios en general son los que tuvieron una recuperación más parcial, pero igual ahí hubo un rebote interesante.
Estos datos de PBI llegan al tercer trimestre, pero información más actualizada de algunos indicadores muestran que la recuperación seguramente siguió en marcha en octubre. Por ejemplo, la industria tuvo un nuevo aumento ese mes.
RA: ¿Y qué expectativas se manejan para Brasil en 2021?
AC: Con datos que vienen siendo muy positivos, el clima de expectativas en Brasil está mejorando mucho y las proyecciones de crecimiento en particular se están revisando sistemáticamente al alza.
Si tomamos la mediana de la encuesta de expectativas que hace el Banco Central de Brasil, para el cuarto trimestre y para todo el 2021 se espera algo más de aumento (aunque claramente no tan fuerte como este repunte que vimos en el tercer trimestre). Se manejan en concreto aumentos trimestrales de algo menos de 1%, que dejarían para el promedio anual una caída de 4,5% en 2020 (por el pozo del segundo trimestre) y una suba promedio anual de 3,5% en 2021 De concretarse esos pronósticos, Brasil recuperaría casi todo lo perdido por el COVID para fines de 2021.
RA: ¿En qué se basaría ese buen desempeño relativo?
AC: Por un lado se asume que, aunque el dólar en Brasil podría caer un poco, con toda la ganancia de competitividad que hubo este año por la devaluación del real el sector industrial y exportador deberían mantenerse dinámicos. Y también hay buenas perspectivas para el sector agropecuario.
Obviamente que igual hay varios riesgos en el horizonte que nos obligan a ser cautelosos respecto a Brasil.
RA: Detengámonos en eso, en los riesgos. Porque hasta hace no mucho se estaba mirando con preocupación al panorama económico en Brasil. Me imagino que los temores siguen estando por el lado de lo fiscal, que fue uno de los temas centrales en estos últimos años. ¿Es así?
AC: Sí, por ahí venía. Brasil ya estaba antes del COVID con una situación fiscal delicada y este shock complicó todavía más ese panorama (porque trajo un desplome de los ingresos y mucho gasto extraordinario). El paquete de estímulos fiscales que desplegó Brasil este año fue muy grande en una comparación internacional y por eso hoy el país está con un déficit fiscal que equivale a un 14% del PBI (enorme, para la propia historia de Brasil y frente al que tienen otras economías emergentes).
En el mercado hay una expectativa de que el año que viene la situación fiscal va a tener una mejora importante, porque la economía repunta y porque van a dejar de estar varios de esos gastos extraordinarios por COVID pero está por verse qué tan rápido puede darse esa mejora.
Y esto se relaciona con otra fuente de preocupación: buena parte de la reactivación de la demanda interna en Brasil estuvo asociada a los planes de apoyo a sectores de menores ingresos que lanzó el gobierno. Ya se anunció que no se van a mantener en 2021 y eso genera dudas respecto a cuánto más podrá seguir creciendo el consumo si los ingresos de los hogares quedan muy afectados (porque como en todo el mundo, la reactivación del empleo en Brasil está siendo mucho más lenta que la de la economía en general).
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