Análisis Económico

La agencia calificadora Moody’s y el FMI publicaron una actualización de sus respectivos reportes respecto a la economía uruguaya: ¿Qué destacaron y qué desafíos marcaron? Análisis de Luciano Magnífico (Exante)

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Foto: EMMANUEL DUNAND/AFP/GettyImages

EMILIANO COTELO (EC): En los últimos días, la agencia calificadora de riesgo Moody’s lanzó su última evaluación del perfil crediticio de Uruguay. En concreto, la calificadora mantuvo la nota de la deuda soberana de Uruguay dentro del “grado inversor” pero mejoró su perspectiva de estable a positiva.

Por otra parte, el Fondo Monetario Internacional dio a conocer un nuevo informe de conclusiones derivado de la visita anual que realiza el organismo a sus países miembros. En este reporte, el FMI analizó las principales fortalezas de Uruguay y los principales desafíos que deberán encarar las autoridades en los próximos años.

Dado esto, les proponemos centrar el análisis económico de hoy en discutir sobre los aspectos más relevantes que dejó la publicación de estos informes. Para eso estamos en contacto en los próximos minutos con el economista Luciano Magnífico, de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Si te parece empecemos por el reporte de Moody’s. Lo central evidentemente pasó por la mejora en la perspectiva de la nota crediticia pero también hay que recordar que hace algunas semanas otra agencia, Standard & Poor’s, había subido la calificación de Uruguay.

LUCIANO MAGNÍFICO (LM): Antes que nada y para darle un poco de contexto a la audiencia, Moody’s es una de las tres principales agencias calificadoras de riesgo, junto con Standard & Poor’s (o S&P por sus siglas) y Fitch Ratings.

En este momento, cada una de las tres calificadoras está evaluando a Uruguay con una nota crediticia distinta. En un extremo, tenemos a S&P que subió la nota de Uruguay a BBB+ con perspectiva estable (desde BBB). Un escalón más abajo tenemos justamente a Moody’s, que tiene a Uruguay con una nota de Baa2 (y ahora perspectiva positiva) y finalmente, un escalón más debajo de eso tenemos a Fitch, que en su escala tiene a la deuda del país calificada con un BBB- y perspectiva estable.

En los tres casos, la nota de Uruguay está dentro de lo que se llama el “grado inversor”, que es un concepto que utilizamos bastante en el programa y que se suele escuchar mucho en los medios. En ese sentido, la calificación de Fitch está en el escalón mínimo dentro de ese grado inversor, mientras que Moody’s está un escalón por encima del mínimo y S&P dos escalones.

Si vamos a los movimientos más recientes, como bien decías, lo que hizo Moody’s no fue aumentar la nota, del mismo modo que lo había hecho antes S&P, sino modificar su perspectiva. Esto quiere decir que el movimiento más probable en los próximos meses es que se configure una suba de la nota crediticia de Uruguay para esta agencia.

RA: ¿Y cómo analizan ustedes desde Exante esos movimientos? ¿Estaban dentro de lo esperable o resultaron de alguna forma sorpresivos?

LM: Lo primero que hay que decir es que estos movimientos son positivos para el país y deben tomarse como buenas noticias.

Respecto a la segunda parte de la pregunta, los cambios que se dieron estaban dentro de lo que nosotros y los analistas en general preveíamos que sucediera.

Esto básicamente responde a que el mercado ya estaba otorgando un nivel de confianza a Uruguay que excedía a lo que marcaban las notas (y/o las perspectivas) para algunas calificadoras. El caso de Fitch es el más paradigmático, que como decíamos antes aún se mantiene en el escalón mínimo dentro del grado inversor (más allá de que aún no actualizó su nota en lo que va de este año).

En concreto, la prima de riesgo país de Uruguay, medida a través del índice UBI de República AFAP, viene oscilando en torno a los 100 pbs desde hace varios meses, incluso con varios períodos en niveles de alrededor de 70 pbs. Esto configura niveles de riesgo país mínimos en términos históricos.

Para que la audiencia entienda, un riesgo país de 100 pbs implica que los instrumentos emitidos por Uruguay pagan un punto porcentual más de tasa de interés respecto a lo que pagan los llamados activos “libres de riesgo” (por ejemplo, bonos del Tesoro de Estados Unidos). Cuanto más baja la prima de riesgo, más bajo es ese adicional que debe pagar Uruguay por ser más riesgoso y más barato le sale entonces colocar deuda.

RA: Queda claro. Ahora, ¿cuáles fueron los elementos que llevaron a Moody’s a modificar la perspectiva de esa calificación crediticia?

LM: Como en anteriores oportunidades, el reporte de Moody’s volvió a destacar la fortaleza institucional de Uruguay, que ya es un elemento clásico en este tipo de comunicaciones.

Saliendo de ese elemento estructural, también se siguió valorando positivamente la efectividad de las políticas aplicadas por el gobierno en respuesta a shocks de diverso tipo, así como la mejora que se ha registrado en el plano fiscal.

Por su parte, otro de los argumentos utilizados es que la agencia aguarda un escenario de mayor crecimiento económico en el mediano plazo (respecto al ritmo de los años previos a la pandemia) y en el que se continúe avanzando en reducir el desequilibrio de las cuentas públicas.

RA: Decía Emiliano al principio que también se conoció un reporte del FMI respecto a la situación de la economía uruguaya, ¿las conclusiones son similares a las incluidas en el comunicado de Moody’s?

LM: Como aspectos que se repiten destacaría en primer lugar el cumplimiento de las metas fiscales durante los tres años que lleva la actual administración. A su vez, el FMI también ponderó la reciente aprobación de la reforma previsional, que según el comunicado debería ayudar a contener el gasto en pensiones en el largo plazo.

También se menciona como elementos positivos la solidez que ha seguido mostrando el sistema financiero uruguayo, el esfuerzo que ha llevado la política monetaria para reducir la inflación y la posición de liderazgo de Uruguay en materia de políticas ambientales.

Sin embargo, el informe también expuso de forma un poco más exhaustiva un conjunto de riesgos o desafíos que el organismo considera como claves en el mediano plazo.

RA: ¿Cuáles son esos desafíos que marca el Fondo?

LM: En primer lugar y en línea con lo expuesto por Moody’s, el FMI señala que las perspectivas económicas, una vez superados los efectos de la sequía, son positivas pero sujetas a sesgos a la baja (ya sea por factores internos o externos).

Por su parte, el comunicado también hace referencia a la necesidad de mantener el marco fiscal adoptado e incorporar un objetivo de deuda más explícito como otro de los componentes importantes para una estrategia fiscal exitosa a mediano plazo.

A su vez, el FMI también marcó que otro de los desafíos que visualiza es la necesidad de seguir reforzando la independencia del Banco Central, que permita conducir a la inflación a niveles en torno a los del rango meta del BCU.

Finalmente, también se menciona la necesidad de promover el desarrollo del mercado de capitales a nivel local, así como trabajar en la mejora del capital humano del país.

RA: Para ir cerrando, ¿qué conclusiones finales podemos extraer de estos dos informes provenientes de fuentes tan relevantes para el país?

LM: Creo que hay varios elementos que ya fuimos discutiendo pero que me parece importante reafirmar.

Por un lado, es claro que la situación de la economía uruguaya se está viendo de forma muy positiva desde el exterior.

En particular y como hemos comentado en otras oportunidades, el gobierno ha tenido éxito, en el conjunto de su período, en poner al déficit fiscal en una trayectoria descendente. Esto más allá de que en las últimas mediciones se haya registrado cierta reversión en los principales indicadores de este rubro.

En ese sentido, es fundamental que se siga trabajando en mejorar estos resultados, que pueden derivar en mejoras adicionales de la calificación crediticia.

Como decimos siempre, tener una mejor nota crediticia no es un fin en sí mismo, pero sí tiene consecuencias favorables para el país. Esto se explica fundamentalmente por dos elementos: por un lado, el acceso sostenido al financiamiento y por el otro, a que ese financiamiento se logre a costos razonables.

Por eso, en un mundo que aún sigue inmerso en un manto de incertidumbre es clave que Uruguay siga siendo ponderado por los mercados, por las agencias calificadoras y por los organismos multilaterales como un país que tiene buenas condiciones para recibir fondos de inversores. Para eso es fundamental mostrar buenos números fiscales y trabajar sobre el resto de los desafíos que discutimos en este rato.

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