¿Cómo se observan las perspectivas para este rubro y para el comercio en general?
EMILIANO COTELO (EC): En medio de un contexto de caída de ingresos y pérdida de empleos, la actividad comercial enfrentó un segundo trimestre difícil. Sin embargo, al interior del sector, algunos giros lograron sortear la crisis y crecer pese al contexto macroeconómico negativo.
Esa es la situación de los supermercados, que, según las cifras de la Encuesta de la Cámara de Comercio y Servicios y Equipos Consultores, aumentaron sus ventas reales un 2,8% en abril-junio en términos reales.
¿Cómo se analiza ese desempeño reciente de los supermercados? ¿Qué ha pasado a nivel de otros giros del comercio en los últimos meses? ¿Qué perspectivas se manejan para adelante? Lo conversamos en los próximos minutos con la economista Florencia Carriquiry, socia de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Florencia, el segundo trimestre, luego de la llegada del coronavirus a mediados de marzo, fue sin dudas un trimestre muy difícil para la economía en general y para la actividad comercial en particular. Así lo confirmaron las cifras de la Encuesta de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios y Equipos Consultores, ¿verdad?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Sí. El comportamiento de la actividad comercial durante el segundo trimestre del año mostró un deterioro muy claro. El sector ya venía teniendo un mal desempeño desde hace varios trimestres, pero sin dudas la contracción de la demanda tanto interna como externa a raíz de la crisis sanitaria tuvo un impacto significativo en el sector. Concretamente, las ventas globales del sector, incluyendo bienes y servicios, registraron una retracción de 2,9% interanual, profundizando el ritmo de caída respecto a los trimestres anteriores.
En particular, el impacto de la crisis sanitaria fue muy severo en los rubros de servicios…De hecho, mientras que el comercio de bienes se retrajo menos de 1% en promedio tanto en Montevideo como en el Interior, a nivel de los servicios la caída fue sustancialmente mayor, con un descenso promedio de 37% en Montevideo y de 60% en el Interior.
RA – Sin embargo, dentro de ese panorama general de retracción, hubo algunas excepciones, ¿verdad? Emiliano recién comentaba el caso de los supermercados en particular.
FC – Es verdad. Dentro del sector hubo giros que lograron crecer pese al contexto recesivo y de caída de los ingresos. Pero fueron relativamente pocos. De hecho, el índice de difusión que publica la propia Cámara marca que sólo un tercio de los giros comerciales relevados aumentaron sus ventas en el trimestre.
Uno de esos giros fue justamente el de los supermercados. Este giro de hecho venía teniendo un desempeño muy pobre en los últimos años, con caídas de las ventas desde mediados de
2018. Ya desde finales de 2019 el ritmo de baja se había moderado en un marco de mejores expectativas, pero recién en abril-junio se vio un crecimiento de las ventas frente a un año atrás. De algún modo este sector se vio favorecido por el sobre abastecimiento de alimentos y productos de limpieza que se observó en las primeras semanas luego de la aparición del virus. Además, el aislamiento y el “quédate en casa”
supuso un mayor consumo de los hogares en este tipo de comercio. Y, según comentarios de operadores del sector, a nivel del interior del país el cierre de fronteras con los vecinos redujo el contrabando y contribuyó a un mejor desempeño de las ventas en varios departamentos limítrofes con los países vecinos.
Luego también hubo otras excepciones. Por ejemplo, la coyuntura de la pandemia y la educación y el trabajo en casa alentó la compra de computadores y otros elementos de informática. Así las ventas del rubro informática crecieron 7% interanual.
Y, de la misma manera, mucha gente aprovechó la cuarentena para hacer refacciones y cambios en el
hogar… y como resultado el giro de Materiales de construcción, ferreterías y pinturerías logró vender un 9%
más que en el mismo trimestre de 2019 y las ventas del rubro Muebles, accesorios para el hogar y bazar crecieron más de 10% interanual.
Ese buen desempeño de estos giros contribuyó a moderar la caída de las ventas globales, compensando el muy mal desempeño de varios otros rubros.
RA – ¿Cuáles son los giros que tuvieron peor desempeño en el trimestre?
FC – Esencialmente, como decía antes, los servicios. Por ejemplo, la facturación real de los restaurantes y de los hoteles cayó 48% interanual en ambos casos. Luego también a nivel del comercio de bienes los giros con mayores bajas se dieron a nivel de Automóviles (con una caída de 46%), de Papelería y artículos de oficina (con una baja de las ventas de más de 30% interanual) y la indumentaria, que sufrió una
retracción de las ventas de 29% en el trimestre, muy afectado obviamente por el cierre de los centros
comerciales.
RA – Florencia y volviendo a los supermercados y los demás giros que crecieron en abril-junio… ¿cuán sostenible es ese buen desempeño del segundo trimestre? Te lo pregunto porque con el empleo en retracción y los salarios reales cayendo, parece difícil que las ventas sigan creciendo hacia
adelante ¿no?
FC – Sí. Seguramente este segundo semestre de 2020 ya suponga una desaceleración apreciable en las ventas de los supermercados y almacenes. Es importante tener presente que los alimentos y bebidas que son el corazón del surtido de estos giros, son rubros de baja elasticidad ingreso, es decir, el consumo de este tipo de productos es bastante resistente a la caída de los ingresos, los hogares ajustan su gasto mucho más en otros consumos más prescindibles.
Sin embargo, como decíamos antes, es claro que el crecimiento de las ventas de supermercados en abril-junio recogió en parte algunos impulsos transitorios, como el sobre abastecimiento inicial y el mayor consumo de este tipo de rubros durante la cuarentena y esos efectos ya han tendido a disiparse.
En ese sentido, el fin de semana, en un artículo del El País, algunos operadores del supermercadismo ya señalaban que en los últimos meses el sector ha tendido a estabilizarse y a nuestro juicio probablemente veamos un segundo semestre con menores ventas, por los factores que decías recién. Si bien el empleo viene recuperándose lentamente desde el piso de abril, vamos a cerrar este año seguramente con varios miles de ocupados menos que al cierre de 2019 y con una caída del salario real de más de 2% anual.
Ese escenario seguramente se sentirá en la demanda de los hogares de los próximos meses.
RA – ¿Y qué se puede prever para 2021? ¿Podemos pensar en una reactivación del sector comercial el año próximo?
FC – En términos generales, el sector va a tener una recuperación respecto a este año, sobre todo porque no
debería repetirse un trimestre tan malo como el segundo trimestre de este año para la mayoría de los giros.
Sin embargo, la evolución va a ser diferente por rubro y está sujeta todavía a varias incertidumbres. Más allá de que el empleo podría continuar mejorando lentamente el año que viene, vamos a seguir viendo una demanda interna debilitada en un marco de caída del salario real y descenso de los ingresos en general y, además, seguramente tendremos una actividad turística extraordinariamente reducida el próximo
verano. Hoy todavía no sabemos ni cuándo ni cómo se procesará la reapertura de fronteras, en particular con los países vecinos, pero, en cualquier caso, aun cuando eso sucediera antes del verano, la verdad es que el contexto macroeconómico regional, con recesiones severas y monedas históricamente devaluadas en ambos países vecinos, plantea a nuestro juicio perspectivas malas para el turismo en nuestro país el año que viene. Con lo cual, en definitiva, en nuestro opinión resulta esperable que en 2021 algunos giros reviertan parcialmente la caída de las ventas de este año, pero no deberíamos esperar un gran repunte del sector en general y de hecho en algunos rubros y zonas del país (más dependientes del turismo) seguramente se mantendrán niveles de actividad muy reducidos en 2021.
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Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS