¿Cómo se explican los movimientos de estas últimas horas? ¿Qué puede ocurrir a corto y mediano plazo en nuestro país?
EMILIANO COTELO (EC): Ayer fue un lunes negro en los mercados financieros del mundo. Las bolsas de valores se desplomaron en varios continentes. En Wall Street la caída de los principales indicadores estuvo por arriba del 7% pero durante la mañana la operativa debió suspenderse por unos minutos debido a la caída brusca que mostraban los principales papeles.
En ese marco, el dólar registró una suba impresionante en los mercados emergentes, cotizando por arriba de R$ 4,70 en Brasil y cerrando en nuestro país arriba de los $U 43 a nivel interbancario.
Frente a esta situación, vale preguntarse, ¿qué consecuencias tendrá toda esta situación en nuestro país? En particular, ¿qué podemos esperar a nivel de la inflación? ¿qué reacción deberíamos esperar de las autoridades? Lo conversamos con el economista Pablo Rosselli, socio de la firma Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Pablo, algunos días atrás conversamos de las turbulencias que estábamos viendo en los mercados financieros, pero las caídas siguieron profundizándose, ¿podemos hacer un repaso de las últimas novedades? ¿qué generó correcciones tan abruptas el día de ayer?
PABLO ROSSELLI (PR): Venimos de varios días de caída en las bolsas, pero en el día de ayer se registraron correcciones realmente intensas. En Estados Unidos, por ejemplo, el índice S&P 500 (que sigue a las 500 empresas más grandes de ese país) acumuló un descenso de 7 % en el día, llevando incluso a que Wall Street detuviera la operativa por unos minutos. También las bolsas de Europa mostraron bajas similares, con descensos de 11 % en Italia y de alrededor de 8 % en Alemania, Francia y Reino Unido. Con estos descensos, las bolsas europeas acumulan caídas del orden de 20 % en lo que va del año, mientras que los índices estadounidenses alcanzan descensos de 15 %.
Las turbulencias que estamos viendo en los mercados financieros en las últimas semanas se encuentran muy asociadas a la propagación del coronavirus y sus impactos en la actividad económica. Bancos y organismos multilaterales han estado recortando de forma generalizada sus proyecciones de crecimiento en 2020 para todas las grandes economías (no sólo para China sino también para Estados Unidos, Japón y la Eurozona). Es claro que esta situación está planteando un peor desempeño de la economía mundial este año y sin dudas eso estás detrás de las caídas en los mercados bursátiles.
Ahora, las caídas particularmente intensas de ayer también recogieron el desplome en los precios internacionales del petróleo que vimos el fin de semana.
RA: La caída de los precios del petróleo el domingo fueron realmente impresionantes, ¿por qué se produjo ese descenso tan abrupto de los precios del crudo.?
PR: Lo que estuvo detrás de estos movimientos fue que la OPEP y Rusia no lograron ponerse de acuerdo en bajar la oferta de petróleo. Esta iniciativa buscaba impulsar los precios, que venían ya cayendo en las semanas anteriores ante la menor demanda internacional. Según trascendió en la prensa, Rusia rechazó la propuesta de la OPEP de reducir la producción de crudo en 1,5 millones de barriles diarios (de los cuales 500.000 debían ser “aportados” por países no OPEP) dado que no estaba dispuesta a ceder cuota de mercado a otros competidores (particularmente Estados Unidos).
Como respuesta a esta negativa, Arabia Saudita (uno de los principales productores de la OPEP) resolvió recortar unilateralmente su precio de venta oficial de crudo y aumentar sensiblemente su producción a más de 10 millones de barriles diarios, iniciando una “guerra de precios” por la cuota de mercado con Rusia.
Es en este contexto que los precios de las principales variedades de crudo se desplomaron, con los futuros llegando a caer más de 30 % el domingo y mostrando el mayor descenso desde la guerra del golfo en 1991. Las variedades Brent y West Texas cotizaban en US$ 35 y US$ 32 por barril respectivamente, pero algunos analistas sostienen que si las cosas no cambian los precios podrían alcanzar los US$ 20 por barril en las próximas semanas.
La caída del petróleo puede verse como una buena noticia para algunos países importadores como Uruguay, pero supone un factor de riesgo adicional para numerosas economías del mundo que son productoras y exportadoras de crudo. De allí que esta situación agudizara el nerviosismo en los mercados financieros.
RA: Y en este marco el dólar siguió fortaleciéndose en el mundo.
PR: Exactamente. En este contexto de tanta volatilidad se profundizó lo que los analistas llamamos “vuelo a la calidad”. Esto es, inversores moviendo sus portafolios hacia activos que consideran más “seguros”, como son los bonos del gobierno norteamericano, el oro o el dólar.
Por eso los retornos de los Treasuries norteamericanos cayeron significativamente y se ubican en niveles mínimos desde el punto de vista histórico. De hecho, toda la curva de retornos de los bonos estadounidenses actualmente se encuentra por debajo de 1 %.
Al mismo tiempo el precio del oro tuvo un incremento de más de 10 % en lo que va del año y, como suele suceder, el dólar registró un fortalecimiento muy marcado en los países emergentes.
RA: En Uruguay en particular el dólar subió más de un peso y medio ayer y acumula un aumento de más de 10 % en lo que va de marzo, ¿esto está alineado a las tendencias internacionales?
PR: El fortalecimiento del dólar está siendo muy generalizado a nivel de los mercados emergentes, aunque hay diferencias en el ritmo. En estas últimas jornadas estamos viendo aumentos particularmente intensos en algunos países de la región. En particular, en Brasil el tipo de cambio subió más de 5 % en lo que va de marzo, y en México y Colombia (dos productores importantes de petróleo) los aumentos también están siendo fuertes en estas horas y el dólar acumula subas de entre 7 % y 8 % en lo que va del mes.
Ahora, la tendencia es generalizada pero el aumento que vimos en lo que va de marzo en Uruguay es aún más fuerte que en cualquiera de estas referencias. Como mencionabas recién, el tipo de cambio subió más de 10 % en sólo 9 días de marzo y va acumulando un incremento de más de 15 % en lo que va del año.
RA: Con un aumento del tipo de cambio de esta magnitud la pregunta que surge naturalmente es ¿qué podemos esperar en términos de inflación? Está pendiente además el ajuste de tarifas todavía.
PR: Con este ritmo de aumento del dólar, el riesgo de que la inflación pase el 10 % en el corto plazo es alto. La inflación de los últimos doce meses cerrados es de 8,3 % pero como decías, con el aumento de tarifas aún pendiente. Más allá de que no se termine ajustando el precio de los combustibles ante el desplome del precio internacional del petróleo, en las demás tarifas deberíamos ver ajustes en torno a la inflación al menos y si a eso le agregamos una suba del dólar en el entorno de 10 % en marzo (que es lo que estamos viendo en estos primeros 10 días del mes), nuestros modelos marcan que la inflación estaría en torno a 10 % en abril.
Claramente son momentos de mucha incertidumbre y no podemos descartar que parte de esta suba reciente sea transitoria y tenga alguna reversión, pero como están dadas las cosas al día de hoy, la inflación en dos dígitos empieza a ser un escenario cada vez más probable.
RA: ¿Cuál debería ser la reacción del Banco Central en este contexto?
PR:Son tiempos particularmente desafiantes para el manejo de la política monetaria y de la política económica en general. Es esperable e incluso compartible que el Banco Central realice algunas intervenciones vendedoras para señalizar la intención de poner un freno al tipo de cambio. De hecho, ayer el Banco Central vendió divisas por US$ 17 millones en el mercado spot, bastante más de lo que había venido vendiendo en días previos.
Ahora, si las presiones devaluatorias siguen siendo fuertes y persistentes, tampoco parece razonable que se pierdan demasiadas reservas, no solo porque no va a resultar posible ir contra las tendencias globales, sino también porque las condiciones de financiamiento para el mundo emergente en general cambiaron drásticamente y mantener un buen nivel de reservas pasará a ser aún más importante que antes.
Además, si el dólar sigue subiendo en el mundo y en la región, tampoco parece razonable rezagarse en términos de competitividad. Recordemos que la actividad económica no viene mostrando un buen desempeño y estamos recibiendo un shock externo muy negativo, que ya se está sintiendo en nuestras exportaciones, que acumularon una caída de 12 % en los primeros dos meses del año.
A nuestro juicio, en las circunstancias actuales, cuidar la actividad económica debería ser una preocupación central de las autoridades. Incluso, en el dilema o trade off entre inflación y actividad económica tendemos a pensar que las autoridades tendemos a pensar que se debería privilegiar el cuidado de la actividad económica y el empleo, incluso cuando eso suponga aceptar que la inflación llegue a dos dígitos de forma transitoria.
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Foto: AFP