¿Cómo se deben interpretar estas cifras a la luz de los datos del mercado laboral que publica mensulamente el Instituto Nacional de Estadística?
EMILIANO COTELO (EC): Hoy miércoles 26 de mayo, a las 13hs, el Ministerio de Trabajo realizará el sorteo para el Programa Oportunidades Solidarios a solicitud de los gobiernos departamentales de Flores, Florida, Colonia, Salto, Cerro Largo y Lavalleja.
Este programa de Oportunidades Laborales, también conocido como Jornales Solidarios, es un programa aprobado por el Parlamento que brindará 15.000 puestos de trabajo temporales gestionados por las intendencias, para personas de entre 18 y 65 años que no reciben ingreso, subsidio por desempleo, enfermedad o jubilación u otro tipo de retribución personal.
En la apertura del llamado se presentaron más de 240.000 personas para esos 15.000 puestos y si bien luego se supo que aproximadamente un 9% de esos postulantes no cumplían con los requisitos, el sorteo se realizará en cualquier caso entre unas 227.000 personas. Se trata de una cifra sin dudas muy importante y, como muchos han advertido, muy superior a lo que las cifras del INE marcan es la población desocupada en nuestro país.
¿Cómo debemos interpretar entonces estas cifras? ¿Qué nos dicen respecto a la situación del mercado laboral? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, socia de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Florencia, como mencionaba Emiliano recién, la cantidad de postulaciones al programa de jornales solidarios fue realmente muy alta, más de 240.000 personas se presentaron para unos 15.000 cupos. ¿Cómo compara esta cifra con la población desocupada según las cifras del INE?
FLORENCIA CARRIQUIRY(FC): Según las últimas cifras publicadas por el INE, en el primer trimestre de este año la tasa de desempleo se ubicó en 10,5% de la población activa, lo que supondría una población desocupada de algo menos de 190.000 personas.
Pero a este programa de oportunidades laborales no sólo se pueden presentar desocupados. Como explicamos otras veces, el problema de la escasez o la insuficiencia de empleo no sólo se refleja en la población desocupada, sino que abarca a una población mucho más amplia. De hecho, el indicador de insuficiencia de empleo que construimos en Exante marca que la escasez de empleo estaría afectando a más de 365.000 personas en los últimos meses.
RA: ¿Podemos recordar qué contempla además de los desocupados ese indicador de insuficiencia de empleo que construyen en Exante?
FC: Sí. Más allá de los desocupados, que como decíamos son actualmente unos 190.000, dentro de la población ocupada, hay personas que sufren del llamado subempleo. En términos simples, son trabajadores que tienen empleo, pero que trabajan menos horas de lo que desearían. El INE presenta estimaciones del porcentaje de ocupados que sufren de esta problemática y en los últimos meses se ubica en torno del 9,5% de los ocupados, es decir, serían algo menos de 150.000. Y, por otro lado, están lo que en Exante llamamos “desalentados”, que son las personas que no están buscando empleo actualmente (son inactivos en las estadísticas) pero que sí lo hicieron en el pasado reciente. Suele pasar en momentos de dificultades en el mercado de trabajo, que la población activa cae porque muchas personas se desalientan, entienden que no hay oportunidades para ellos. El INE le pregunta a los inactivos por qué no buscan empleo y una de las respuestas es justamente “busqué empleo, no encontré y dejé de buscar”. Si a eso le agregamos los que en el último año manifiestan que “no buscaron trabajo por la coyuntura de la pandemia” estamos hablando de algo más de 20.000 personas que hoy figuran como inactivos por estar de algún modo “desalentados”, pero que si el mercado laboral le presenta oportunidades probablemente sí estarían disponibles para trabajar.
Entonces, si contemplamos todas estas problemáticas, desocupados, subempleados y desalentados, la población afectada por la falta de empleo supera como decía antes las 365.000 personas en los últimos meses.
RA: Ahora, dentro de esa población que sufre de insuficiencia de empleo según los cálculos que recién compartías, no todos serían elegibles para este programa de jornadas solidarias. ¿verdad? Porque si están registrados como trabajadores en el BPS (aunque estén subempleados según explicabas recién) ya no estarían dentro de la población objetivo ¿no es así?
FC: Efectivamente, no todos los subempleados son elegibles para este tipo de programa. Como mencionaba antes Emiliano, no sólo hay que cumplir con un requisito de edad (ser mayor de edad y tener menos de 65 años) sino que además no se puede estar recibiendo ingreso por trabajo, subsidio por desempleo o por enfermedad ni jubilación u otro tipo de retribución personal y para poder hacer la verificación de estos requisitos el Ministerio de Trabajo consultó las bases del BPS. Por tanto, cualquier trabajador formal, registrado en BPS, queda por fuera del público objetivo, aun cuando este subempleado como decía antes.
Sin embargo, pueden ser postulantes a este tipo de programa los subempleados informales e incluso los ocupados plenos que sean informales. Y uno de los efectos que tuvo la crisis del COVID es que aumentó significativamente la informalidad en el mercado de trabajo. De hecho, el Ministro de Trabajo comentaba ayer en conferencia de prensa que los trabajadores informales estarían actualmente en torno de los 300.000. Eso implica que entre desocupados y ocupados informales estaríamos hablando de unos 500.000 potenciales postulantes (y algo más si además agregamos a los inactivos desalentados que puedan haberse visto tentados a presentarse a esta oportunidad). Desde esta perspectiva, que se hayan presentado algo más de 240.000 no parece tan excesivo.
RA: Es cierto. Ahora, parece claro a partir de estas cifras que estás comentando que la situación del mercado laboral es muy compleja y hará falta bastante más que los 15.000 puestos que se abren con este programa para que la situación cambie de modo significativo ¿cómo están viendo las perspectivas para el mercado laboral en Exante?
FC: Claramente, el mercado laboral atraviesa una situación muy compleja y probablemente la recuperación va a ser muy lenta. Por eso, hemos insistido varias veces con que la creación de empleos debería ser una de las principales preocupaciones para el gobierno en las circunstancias actuales. Porque, además, más allá de que la economía debería mostrar una recuperación en la segunda mitad del año (si la vacunación efectivamente permite una mejora significativa de la situación sanitaria), seguimos viendo mucha reticencia entre las empresas para contratar trabajadores, nuestra última encuesta de expectativas empresariales lo reflejó de forma muy notoria.
RA: ¿Podemos recordar esas cifras de la última encuesta de expectativas empresariales? Recuerdo eran realmente muy elocuentes en relación justamente a la baja predisposición de los empresarios a aumentar el empleo en sus empresas.
FC: Efectivamente. En la última edición de la encuesta, que llevamos adelante durante abril, recogimos que sólo el 26% de las empresas planean incrementar la dotación de personal en el próximo año. Es un porcentaje mayor que el 11% que decía que iba a incrementar el empleo en la encuesta de abril del año pasado y mayor también que el 23% que lo sostenía en octubre, pero sigue siendo un número bajo, sobre todo si tenemos en cuenta que los que piensan tener una mayor producción son el 68% y que más del 40% espera hacer más inversiones en el próximo año.
En este contexto en Exante esperamos como decía antes que la recuperación del mercado laboral sea realmente lenta, no sólo por el impacto duradero que esta crisis tendrá sobre algunos sectores y empresas sino porque además la pandemia desencadenó o aceleró procesos de mejora de la eficiencia en las empresas, en muchos casos con más incorporación de tecnología, y eso nos lleva a pensar que muy probablemente algunos puestos de trabajo del tiempo pre-pandemia no se van a recuperar.
En esta última edición de la encuesta de expectativas consultamos a los empresarios respecto a cómo compararía el empleo de este año versus el nivel “normal” pre-pandemia. Y si bien más o menos la mitad dijo que va a ser similar, son más lo que dicen que va a ser menor que los que dicen que va a ser mayor (28% dicen menor, versus 20% mayor). Esto refuerza la percepción de que va a ser difícil que el empleo de 2021 alcance los niveles pre-COVID.
RA: Frente a este panorama, entonces y ya para terminar, ¿qué más deberíamos esperar del gobierno en ese sentido?
FC: A nuestro juicio la situación del mercado laboral exige sí medidas fuertes de promoción del empleo, que abarquen no sólo esfuerzos puntuales como el que estamos comentando ahora sino políticas consistentes que estimulen la creación de empleos de modo más sostenido. Y en eso habrá que combinar estímulos de corto plazo con otras políticas que refuercen la mejora del clima de inversiones y la recuperación de la actividad económica. Por ejemplo, a nuestro juicio un programa ambicioso de inversión en más y mejores infraestructuras cumpliría con ese doble requisito de crear empleos en el corto plazo y alentar una mejora de la productividad de mediano y largo plazo.
Y, por otro lado, y como hemos insistido varias veces, un elemento central para la evolución del mercado de trabajo en los próximos años será la política salarial. A nuestro juicio, con un mercado de trabajo tan debilitado como el que todavía tenemos, el objetivo primordial en las nuevas negociaciones salariales que comenzarán este año debe ser recuperar empleos, aunque eso suponga retrasar la recuperación del salario real.