Foto: Sergio Lima / AFP
EMILIANO COTELO (EC):
A principios de esta semana, el gobierno de Brasil decidió una nueva rebaja de 10% del arancel externo común del Mercosur. Al igual que había sucedido en noviembre, en ocasión de la anterior rebaja arancelaria decidida por Brasil, nuevamente el gobierno de este país no alcanzó un consenso dentro del bloque y tomó esta medida de forma unilateral.
¿Qué objetivo persigue la medida dispuesta por el gobierno brasileño? ¿Qué implicancias tiene para los demás miembros del Mercosur? Les proponemos conversar sobre esto con la economista Florencia Carriquiry, socia de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): ¿Podemos repasar qué implica esta medida anunciada por el gobierno de Brasil concretamente?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Básicamente y en forma similar a cómo había sucedido en noviembre del año pasado, el gobierno de Brasil determinó una reducción de 10% del Arancel Externo Común del Mercosur, que se aplica a un universo de algo más de 6.000 productos. Con esta segunda reducción del arancel casi el 90% de los códigos arancelarios de la Nomenclatura Común del Mercosur (o NCM por sus siglas) vieron reducida la tasa del arancel en un 20% en cuestión de seis meses.
Hay que aclarar que a priori la medida es de carácter temporal. Según fue anunciado, regirá hasta finales del año próximo. Y el decreto también estipula que la disposición de noviembre del año pasado, que a priori finalizaba a fines de este año, se extenderá hasta diciembre de 2023.
RA: ¿Y qué objetivo persigue el gobierno brasileño con esto?
FC: Básicamente y de acuerdo con lo que han sido los comunicados, el objetivo detrás de la medida es el de mitigar las presiones alcistas sobre los precios internos y moderar de esta manera la pérdida de poder adquisitivo de la población. No podemos perder de vista que en los últimos doce meses la inflación en Brasil superó el 12% y se ubica en el mayor nivel desde 2003. En la medida en que la incidencia directa o indirecta de bienes importados es relevante en la canasta de consumo, reducir los impuestos aduaneros pagados debería derivar en precios al consumidor más bajos en todos esos productos. Por un lado bajarán los precios de los productos importados y, al mismo tiempo, al abaratarse la oferta de productos del exterior, los productores locales o de la región (que ya ingresaban sin arancel) deberán ajustar sus precios teniendo en cuenta esta mayor competencia desde los mercados extrarregionales.
Lo cierto, es que en medio de la fuerte escaldada que han tenido los precios de los alimentos en el último año, varios países están aplicando medidas de este tipo con el mismo objetivo de moderar las presiones inflacionarias y el impacto en el poder de compra de la población. Sin ir más lejos, en nuestro país el gobierno también anunció recientemente rebajas arancelarias en algunos productos puntuales.
RA: Ahora, en el caso de Uruguay, las reducciones arancelarias han estado concentradas en muchos menos productos, ¿no?
FC: Sí, es así. En Uruguay, el gobierno decidió la semana pasada, la rebaja o eliminación de los aranceles para lo que son harinas de trigo y aceites refinados de soja y de girasol.
En concreto, en el caso de los productos provenientes de orígenes por fuera del Mercosur, se eliminan los aranceles (eran de 12% para la harina y de 21% para los aceites), mientras que, en el caso de los productos provenientes de Argentina, las tasas arancelarias se reducen a la mitad en cada caso (de 12% a 6% para la harina y de 16% a 8% para los aceites).
Y luego, por fuera de las medidas directamente arancelarias, el gobierno también dispuso una flexibilización de la normativa de controles de comercio exterior desarrollados por el LATU, reduciendo la tasa que cobra esta entidad a la importación de alimentos de 1,5% a 0,5% más IVA a partir de junio.
De nuevo, al igual que en Brasil, estas medidas apuntan a reducir el impacto inflacionario a nivel local de la suba extraordinaria que han tenido los precios internacionales en los últimos meses. Ahora, son medidas que operan por única vez.
RA: Está claro que los aranceles de las harinas y aceites provenientes de Argentina se redujeron a la mitad. Una pregunta que surge es, ¿por qué existen aranceles para la importación de estos productos desde Argentina? En general el comercio entre países del Mercosur no está gravado con aranceles, ¿no es así?
FC: Salvo excepciones muy puntuales que fueron expresamente acordadas entre los socios al momento de crearse el Mercosur (como los automóviles o el azúcar), el comercio entre socios del Mercosur no debería tener aranceles. El arancel a las importaciones desde Argentina de harinas y aceites se dispuso como una medida compensatoria podríamos decir ante el establecimiento de retenciones a la exportación más altas en los granos que en los productos industrializados en el país vecino. Eso de alguna manera supone una protección a la industria argentina que se entendió distorsionaba la competencia. No tenemos claro cómo fue computada la magnitud de los aranceles establecidos en su momento, pero esa es la razón por la que se pusieron estos aranceles a la harina y al aceite provenientes del país vecino.
Al igual que comentábamos para el caso de Brasil, esta rebaja arancelaria anunciada por el gobierno en nuestro país va a intensificar la competencia de importados a nivel de los productos alcanzados y va a obligar a los productores locales a ajustar sus precios considerando valores de paridad de importación más bajos.
RA: Volviendo a la medida anunciada por Brasil, ¿Qué implicancias tiene esta rebaja unilateral del Arancel Externo Común al interior del Mercosur? ¿Cómo queda parado el bloque ante este tipo de medidas?
FC: A nuestro juicio la medida es una señal fuerte al interior el Mercosur, una demostración más de que el Mercosur no actúa como bloque y que la regla de consenso entre sus socios parece haber quedado definitivamente en desuso.
Desde la perspectiva de Uruguay debería reafirmar la estrategia del gobierno de abrirse unilateralmente al mundo, sin esperar la aprobación del resto de los miembros del Mercosur. Por la vía de los hechos, decidir una reducción del arancel externo común, que es el que se aplica a los productos provenientes por fuera del Mercosur, no es tan distinto a negociar acuerdos comerciales (como tratados de libre comercio) con terceros mercados. Finalmente en ambos casos se estaría “perforando” de forma unilateral el Arancel Externo Común. En ese sentido, esta medida de Brasil puede interpretarse como un “antecedente” que respalda la decisión de Uruguay de avanzar unilateralmente en negociaciones con mercados extrabloque (como China o Turquía, que son los casos que han trascendido hasta el momento).