Análisis Económico

India: ¿Qué posibilidades tiene de ser "la nueva China" para la economía mundial? Análisis de Mathias Consolandich (Exante)

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Foto: AFP

EMILIANO COTELO (EC): Este año India superó a China para convertirse en el país más poblado del mundo, con una tasa de natalidad que casi duplica a la del gigante asiático.

Además, la economía de India pasó a ser la quinta más grande del mundo y crecerá entre 2023 y 2024 a un ritmo sensiblemente mayor que China y que cualquier otra de las grandes economías.

¿Se transformará India en la “nueva China”? Para profundizar sobre el rol protagónico que está teniendo la economía de India en el mundo y sobre los potenciales efectos que ello puede tener sobre nuestro país estamos en contacto con Mathías Consolandich, de la consultora Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Mathías, Emiliano recién destacaba que India va a ser la economía con mayor crecimiento durante los próximos años, ¿podemos dar un poco de contexto sobre cuán grande es actualmente y en qué momento se disparó este crecimiento que la llevó a crecer a un ritmo mayor de lo que venía haciendo China?

MATHIAS CONSOLANDICH (MC): Mirando los datos que recopila el FMI, en términos absolutos hoy India es la quinta economía más grande del mundo, con un PIB de 3,3 millones de millones de dólares. Eso es solo un poco más chico que el PIB de Alemania y representa casi 50 veces el PIB que tenemos en Uruguay.

Siempre fue una economía de un tamaño muy importante pero el fenómeno de crecimiento es bastante reciente. Para poner algunas referencias, India creció a un ritmo de 3% durante los años 70’, de 5,5% en los 90’, y de prácticamente 7% en las primeras dos décadas de este siglo.

Ahora, este crecimiento de la economía también vino acompañado por un muy fuerte crecimiento poblacional. Por tanto, ser una economía tan populosa como comentaba Emiliano antes hace que en términos de PIB per cápita no quede tan bien posicionada. Pasó de ser en 1980 la sexta economía con menores ingresos en el mundo a estar hoy en el lugar 131 de entre 193 países. Mejoró, pero sigue muy abajo en ese ranking.

RA : ¿Y cómo se explica este cambio tan grande en el ritmo de crecimiento? ¿Cuáles fueron las principales palancas?

MC: Hay varios elementos. Primero que India parte de un punto de partida muy bajo, con una situación de rezago importante en términos de crecimiento frente a otras de las grandes economías. Sin entrar en hipótesis más exigentes como las que plantean las teorías de la convergencia, es evidente que crecer a tasas altas es más sencillo cuando se está lejos de una situación de mucho desarrollo.

Por otro lado, hubo un punto de quiebre importante a partir de una serie de reformas estructurales que tuvieron lugar a inicios de los 90’. Hasta ese momento, la economía tenía una impronta de carácter socialista y planificada. En ese entonces también hubo problemas coyunturales que llevaron a una crisis de balanza de pagos. La salida de esa crisis supuso un viraje hacia reformas de corte “promercado” que supuso tasas de crecimiento mayores en los años siguientes. Por poner algunos ejemplos, se eliminaron licencias para realizar diversas actividades industriales y permisos de importación, se abrió la economía con una reducción importante de aranceles, se fomentó la Inversión Extranjera Directa, entre otras.

RA: Decías antes que India tiene un PIB per cápita bajo. Desde afuera, también parecería que tiene grandes rezagos en términos de pobreza y de desigualdad con otros países. ¿Cómo compara India en estas otras dimensiones?

MC: Los números no lo dejan bien parado. A nivel del Índice de Desarrollo Humano India está en el puesto 132 de 191 países y según el Banco Mundial posee un nivel de ingreso mediano-bajo. Como referencia, Uruguay está en el puesto 58 en cuanto a IDH y es considerado un país de ingreso alto.

Tampoco son buenos los datos de pobreza. El 47% de la población es pobre, mientras que el promedio mundial está casi en 25%.

En términos de alfabetización y esperanza de vida también está muy lejos de la media a nivel mundial: el 74% de la población sabe leer y escribir en India, mientras que en el mundo la proporción es de 87%. Y la expectativa de vida al nacer es de 67 años cuando en el mundo es de 71 años y en países como el nuestro es de más de 75 años.

RA: ¿Cómo es la estructura de la economía? Supongo que es bastante distinta también a la que tienen las otras grandes economías que conforman el top 10 mundial.

MC: Sí, incluso con respecto a China. Por ejemplo, se observa una baja contribución relativa del sector de servicios al PIB. Es de 53% en el caso de India mientras que entre los países desarrollados esa proporción es más cercana al 75%.

Si miramos desde el lado de la demanda, la inversión es alta en relación producto y a lo que se observa en muchas otras de las grandes economías. Supera el 30% del PIB. Ahora, esto es esperable dado su nivel de partida y las deficiencias de infraestructura. Por el contrario, el gasto público es bajo en comparación a otras grandes economías, aunque debería incrementar a medida que aumente la presencia del estado (la red de contención social puede aumentar un poco más).

RA: No mencionaste el comercio exterior, ¿India es una economía abierta al mundo? ¿La exportación ha jugado un rol importante en el crecimiento de las últimas décadas?

MC: Podemos sumar exportaciones e importaciones en relación al PIB como una aproximación a la apertura comercial que tiene India. Esa suma en 2022 ascendía a unos 50% del PIB, que es un valor alto cuando comparamos a su propia historia. Con las reformas de los 90’ la economía se abrió al mundo y la suma de exportaciones e importaciones pasó de representar un 17% en 1991, a un 30% a principios de los 2000 hasta los valores que vemos hoy.

Ahora, a pesar de una vocación de mayor apertura comercial en las últimas décadas, la economía todavía es menos abierta que el promedio de las economías a nivel global (que es cercano a unos 60% del PIB).

RA: ¿Podemos repasar Mathías en que consisten las principales exportaciones e importaciones que tiene el país y con qué países se da ese comercio?

MC: A diferencia de lo que podría suponerse, India no tiene un patrón de especialización productiva muy marcada.

Cuando vamos a ver qué bienes son los que comercializa India, del lado de las exportaciones se destacan como principales rubros la venta de petróleo refinado, de diamantes, de joyas. Uno pensaría quizás que el patrón de exportaciones es muy primarizado pero también hay exportaciones de bienes de consumo. De hecho, los bienes de consumo totalizan un 40% del total de las exportaciones, mientras que las materias primas son solo un 8%.

En cuanto a sus socios comerciales, los principales destinos de exportación son Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos, mientras que sus principales importaciones provienen de China.

RA: A propósito de la mención a China y retomando con lo que mencionaba Emiliano al comienzo, ¿tiene India la capacidad de ocupar el rol que parece estar dejando disponible China?

MC: Es una buena pregunta. Podemos identificar algunos factores que juegan a favor de que India pueda convertirse de algún modo en la “nueva China”, pero hay otros elementos en contra.

A favor sin duda está el crecimiento poblacional que decíamos al inicio: India hoy pasó a ser el país más habitado del mundo y tiene una tasa de natalidad muy alta. La estructura poblacional que tiene hoy India es bastante similar a la que presentaba China en los 90’. Esto que llamamos “bono demográfico”, podría ubicar a India como un oferente de mano de obra más potente.

RA: ¿A qué te referís con “podría”? ¿No es India un país que ofrece mucha mano de obra al mundo?

MC: Sin duda que es una fuente importante de mano de obra, pero aun así lo hace muy por debajo de sus posibilidades. En particular, porque las mujeres tienen una muy escasa participación en el mercado laboral, probablemente asociado a factores culturales. Mientras que la tasa de empleo femenina en el mundo es de aproximadamente un 53%, la tasa de empleo en India no alcanza siquiera a la mitad de esa cifra, es de solo 25%. Respeto a China en particular, la brecha es enorme, la tasa de empleo de las mujeres es casi 3 veces más (71% vs. el 25% que decíamos recién).

Obviamente esto es al mismo tiempo una limitación y una oportunidad enorme, que de cambiar podría posicionar a India de otra manera.

RA – ¿Cómo se comparan otros indicadores entre India y China? ¿Hay otras similitudes?

MC – Si volvemos a la inversión, decíamos antes que en India es alta… de 30% del PIB. Es un valor elevado respecto al resto del mundo, pero menor al que llegamos a ver en China de 40% del PIB. Vale mencionar ahí de todos modos que esos niveles de inversión en China fueron muy debatidos en el último tiempo, en el sentido de que hay dudas de si no terminaron siendo muy excesivos.

En cuanto a la inversión extranjera directa, también hay diferencias importantes. La IED viene aumentando en India, pero está en 1,5% del PIB, una cifra baja en términos de lo que se ve en el resto de las grandes economías y muy lejos de los récords que recibió China de 6% a principios de los 90.

Por otro lado, en general cuando se repasa la historia económica en China se suele atribuir como un elemento importante la presencia de un gobierno verticalista que le permitió llevar adelante muchas de las reformas sin mayores resistencias y sin la necesidad de coordinar expectativas entre los distintos agentes, algo que no hay en India.

Por lo tanto, cuando uno revisa la literatura y la prensa internacional hay bastante cautela respecto a si India puede ser una “nueva China” por estos elementos que venimos comentando ahora.

RA: Ya para ir cerrando y poniendo el foco en Uruguay, teniendo en cuenta que India al ser un país mayoritariamente hinduista casi que no consume carne vacuna, que es uno de nuestros principales productos de exportación: ¿qué derrames puede dejar este crecimiento de India en nuestro país?

MC: Hoy tenemos poco comercio con India, aunque ha venido creciendo en los últimos años. Aun así, no le exportamos cantidades significativas de casi ningún bien o servicio, y tampoco tenemos importaciones relevantes, salvo por algunas compras puntuales de gasoil.

Sin ser expertos en temas arancelarios, varios argumentos apuntan a que parte de la ausencia de exportaciones de soja o de lácteos se explican por restricciones que impone el propio gobierno de India sobre estos productos.

Ahora, volviendo a tu pregunta, el crecimiento de India para nosotros inequívocamente es una buena noticia, porque indirectamente es un potencial dinamizador de la economía mundial. Y directamente es un mercado que se va a ir haciendo más grande, con mayor poder adquisitivo y eso debería abrir el abanico de oportunidades para algunos de nuestros productos, aunque nuestros productos tradicionales como carnes y lácteos seguramente vayan a ser menos importantes que lo que llegaron a ser en China por un tema de marco cultural.

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