Foto: Pablo Vignali / adhocFotos
¿Qué podemos esperar para este año?
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EMILIANO COTELO (EC): El precio promedio de la tierra se ubicó en unos US$ 3.295 por
hectárea en el promedio de 2020, un valor levemente menor al de 2019. Mientras tanto, la superficie comercializada cayó más de 30% respecto al año previo.
Estos datos fueron publicados por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca en el informe “Precio de la tierra”, que reúne toda la información disponible sobre el mercado de tierras agropecuarias en el país.
¿Qué otros números se desprenden de esa públicación? ¿Cómo hay que leerlos con la fuerte suba que vienen mostrando por estos días los precios de las materias primas, con la soja llegando a superar los US$ 560 por tonelada en Chicago y marcando un récord en los últimos años?
Vamos a conversarlo con la economista Florencia Carriquiry, de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Florencia, antes de entrar en el análisis de estas últimas cifras sobre los valores de la tierra en nuestro país, quizás valga la pena comenzar recordando a los oyentes de donde surgen estos datos que publica el Ministerio.
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Sí. Como hemos explicado en otras oportunidades, la información oficial de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias es elaborada a partir de los datos de la Dirección General de Registros, que incorpora todas las compraventas de tierras registradas de 10 o más hectáreas. Con lo cual, se trata de la información disponible más completa sobre el mercado de tierras. Muchas veces en la prensa se comentan percepciones del mercado de operadores del sector o valores puntuales de algunas transacciones, pero que no son representativas del mercado en su totalidad.
Por eso a la hora de analizar la evolución del mercado de tierras en Uruguay, esta es la información que habitualmente se usa, aunque como siempre, al hablar de valores promedio, estamos combinando información de distintos tipos de transacciones, tanto en dimensiones como en características. De allí que es
importante mirar los valores promedio para capturar tendencias, pero también analizar que está pasando a nivel de valores por zona o por uso productivo para entender mejor lo que está pasando al interior del mercado.
RA: Está claro. Yendo a las cifras de 2020, entonces, ¿cuáles fueron los principales destaques en relación con el comportamiento que tuvo el mercado de tierras el año pasado?
FC: Como decía Emiliano antes, el precio promedio de la tierra en 2020 se ubicó en casi US$ 3.300 por hectárea. Eso supuso una baja muy leve (de apenas 1% respecto a 2019) y es un valor también similar al promedio de 2018 o sea que el mercado se ha mantenido relativamente estabilizado en los
últimos tres años.
Ahora, el otro elemento importante es que 2020 fue un año con muy baja actividad. Se vendió un 32% menos de hectáreas que en 2019. Concretamente, el año pasado se vendieron unas 153.000 hectáreas que es un número realmente reducido en términos históricos (es solo superior al mínimo que se registró en 2016).
RA: Antes comentabas que más allá de lo que muestran los valores promedio, al interior del mercado hay precios y dinámicas diferentes, en función del tipo de tierra por ejemplo, ¿qué mostraron las cifras de 2020 en ese sentido?
FC: Claramente hay muchas variables que juegan en la formación de precios de la tierra, la ubicación, el
potencial productivo, las características del predio o la escala (el tamaño) son todos elementos que inciden.
El informe del Ministerio presenta datos abiertos por zona, por tamaño de la transacción o por CONEAT promedio (que es un indicador sintético del nivel de productividad), pero no se presentan valores de referencia por tipo de tierra en términos de su aptitud productiva.
De todos modos, a partir del análisis de los datos sí se pueden extraer algunas conclusiones. Por ejemplo, si se observan los datos por departamento, en 2020 Tacuarembó y Durazno fueron los departamentos donde el mercado estuvo más dinámico. Entre los dos representaron más de un cuarto de la superficie comercializada el año pasado. Y eso probablemente este asociado a la llegada de una nueva planta de celulosa en la zona, que seguramente haya propiciado más negocios a nivel de tierras forestales. De hecho, según advierten algunos expertos en el sector, la mayor concreción de negocios forestales seguramente está detrás de la disminución en el precio medio.
RA: ¿Y qué muestran las cifras a nivel de departamento? ¿Dónde se observaron los valores más altos dentro del país?
FC: Los valores más altos se registraron en San José, Soriano y Colonia, con precios promedio de entre US$ 5.100 y US$ 5.900 por hectárea. En estos lugares es donde están las tierras de mayor productividad en general y la distancia a puertos de salida es menor también, por eso suele suceder que allí se marquen los mayores valores del país. Mientras que, en el otro extremo, Artigas fue, por sexto año consecutivo, el
departamento con el precio más bajo, de menos de US$ 1.400 por hectárea en promedio. En este caso estamos hablando en general de campos netamente ganaderos y de bajo potencial productivo, donde además la distancia también incide negativamente.
RA: Antes de terminar, un elemento que genera expectativa en el sector es la fuerte suba que vienen mostrando los precios de las materias primas, con la soja llegando a superar los US$ 560 por tonelada en Chicago en estos días. ¿Cómo puede jugar este repunte de los valores de los commodities en los precios de la tierra?
FC: Claramente la suba que vienen mostrando los valores de las materias primas en los últimos meses es una muy buena noticia para el sector agropecuario en general.
Los precios que estamos viendo a nivel de la soja en particular no se veían desde que finalizó el anterior boom de precios allá por 2014. Y más allá de que en estos US$ 560 por tonelada de la soja están incidiendo algunos factores esencialmente transitorios (de restricción de oferta), lo cierto es que en los últimos meses se han ido consolidando expectativas favorables para los precios de los commodities en general. Si vamos a otros rubros relevantes para el agro uruguayo, también tenemos valores altos del trigo, del arroz, de los lácteos y empiezan a afirmarse también los precios de la carne. Este contexto permite prever buenos niveles de rentabilidad agropecuaria y eso, sumado al escenario de alta liquidez global (con tasas de interés en niveles históricamente bajos), supone presiones alcistas sobre el mercado de tierras.
Varios operadores del sector advierten incluso que ya sobre el cierre de 2020 empezó a verse cierto aumento de los precios en el mercado de tierras, pero que las estadísticas todavía no lo reflejan, porque el mercado está con muy pocas transacciones y con pocos oferentes en particular. Eso suele suceder cuando hay expectativas de aumento de precios. Habrá que ver que terminan mostrando las cifras de este 2021, pero en las condiciones actuales nos parece que vamos a ver una suba significativa de los valores de la tierra este año.