El corresponsal itinerante de En Perspectiva, Gabriel Díaz, se encuentra en Caracas, una ciudad que ha estado marcada por el intenso clima político-electoral de las elecciones legislativas del 6 de diciembre. Según Díaz, entre los caraqueños reina un clima de incertidumbre tras la derrota del chavismo, ya que no es claro el rumbo que tomará la oposición desde el Parlamento para resolver la crisis económica.
EN PERSPECTIVA
Jueves 10.12.2015
Nuestro corresponsal itinerante Gabriel Díaz no para. Y tampoco para de sorprendernos con los recorridos que hace por el mundo. Ustedes saben, en general, va a donde lo llama la noticia. Y bueno, siendo así, en estos días, sin duda, ¿su destino cuál era? Venezuela. Aquí En Perspectiva nos hemos ocupado mucho en las últimas semanas de las elecciones legislativas que tuvieron lugar el domingo pasado, 6 de diciembre, esos comicios donde la oposición obtuvo una victoria contundente y alcanzó luego a la hora de la distribución de bancas los dos tercios de la Asamblea Nacional. Ahora con Gabriel les proponemos otro enfoque, lo que se vive en las calles de Caracas lo que sienten hoy en día los venezolanos.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Gabriel, bueno, contanos cómo se han vivido estos últimos días en Caracas, ¿cuándo llegaste tú exactamente?
GABRIEL DÍAZ (GD) —Yo llegué hace tres semanas exactamente. Como saben estas últimas semanas han sido muy intensas, el clima político electoral ha marcado el día a día de los caraqueños. Las conversaciones en el metro de Caracas, en los cafés, en cualquier kiosco, en las plazas o parques, han estado teñidas de política. Esto en medio, como ustedes saben, de una gran crisis económica que golpea a la sociedad toda, crisis que ha jugado un papel determinante en el voto del domingo pasado. Y estos son días de mucha expectativa por lo que pueda pasar.
RA —En materia política, las miradas están puestas en enero, cuando comience a trabajar la nueva Asamblea Nacional.
GD —Así es, en enero. Ayer mismo conversaba sobre esto con una señora en el barrio de Catia, en la zona oeste de Caracas, un sector que hasta las elecciones del domingo siempre había apoyado al gobierno y en esta ocasión no lo hizo. Ella, como la mayoría de los vecinos, siente una gran incertidumbre, teniendo en cuenta la gravedad de la situación que atraviesan las familias como la suya… Para que se hagan una idea, ella trabaja en un supermercado, su salario es de 15.000 bolívares y la canasta básica está en 54.000 bolívares. Los precios aumentan a diario, muchos productos básicos escasean o directamente no se encuentran, como la leche o la harina y ni que hablar del pollo o la carne. Sobre la Asamblea Nacional, cabe recordar que la coalición opositora ganadora no es una coalición signada por la sintonía ideológica sino por la voluntad de romper la hegemonía chavista, que finalmente lo consiguió. De modo que una de las grandes interrogantes es cuál será el rumbo que tomarán los diputados electos, en qué temas legislarán en bloque y en qué otros no. Y por el momento solo se escuchan planteos poco concretos en materia económica, declaraciones que no van más allá de las buenas intenciones.
RA —Es un panorama complejo que como decías tiene su reflejo en el día a día, en el ánimo de los caraqueños…
GD —Hace pocos días conversaba con Rafeal Uzcategui, que es sociólogo, coordinador de la organización de DDHH Provea…Él me decía que el proceso chavista ha dividido profundamente a la sociedad, a las familias, a los amigos, a los vecinos. Con esa lógica de estás conmigo o contra mí, el gobierno socialista dejó fuera a miles y miles de ciudadanos que en principio habían apoyado a Chávez. En ese sentido, esta organización, Provea, ha emitido un comunicado junto a otro medio centenar de organizaciones sociales en el que celebran el hecho de haber tenido una elección en paz y repudian "el modo autoritario, soberbio y discriminatorio, del gobierno liderado hoy por Maduro". Por ejemplo este grupo de 56 organizaciones critica severamente los operativos militares conocidos como OLP, que casi han pasado a un segundo plano durante estos días de contienda electoral.
RA —¿Qué son esos operativos OLP?
GD —Se llaman OLP, una sigla que quiere decir Operaciones de Liberación del Pueblo, que se tradujeron en la militarización de la seguridad ciudadana, algo que las organizaciones sociales rechazan de plano, categóricamente, denunciando graves violaciones a los DDHH, en los barrios más pobres de la ciudad. La ong Provea, por ejemplo, denuncia la puesta de razzias en la que se han producido cientos de detenciones arbitrarias que quedan en nada, como decía siempre en los barrios más pobres de la ciudad. El gobierno sostiene que la delincuencia mantiene secuestrado a los barrios y por eso estas operaciones se llaman de liberación del pueblo… Pero no quiero dejar de marcar que la militarización, así como ocurre con la policía, ha sido una característica de los gobiernos chavistas, algo que se ha incrementado con Nicolás Maduro.
RA —¿A qué ámbitos llega esa militarización?
GD —Ha habido un incremento de la participación de militares en varios ministerios (un tercio del total), en las gobernaciones, en puestos clave del gobierno, en espacios que están destinados a ser conducidos por civiles políticos o técnicos (como por ejemplo, un ejemplo muy claro, el ministerio de economía). Un candidato de la izquierda opositora me decía que este no es un gobierno cívico militar, como los llaman en el gobierno, sino militar cívico. Y subrayaba los peligros que reviste este modo de gobernar, porque un militar, un general, está acostumbrado a que las cosas se hagan como él quiere, a dar órdenes sin contemplaciones. Esto es algo que conversé con el ex rector de la Universidad Central de Venezuela, Luis Fuenmayor, que estuvo muy cerca de Chávez y se fue alejando precisamente por ese grado de autoritarismo que le critican las ong. ¿Qué dicen los chavistas sobre esto? Los chavistas señalan que no es así, que Chávez impulsó un gran proceso democratizador, apostando por el liderazgo comunal, sobre todo de las mujeres.
RA —Gabriel, ¿y justamente, quienes apoyan el proceso chavista, qué logros resaltan también?
GD —Hubo una fuerte inversión en educación, sobre todo en planes de alfabetización. Ahora hay puestos de salud que han llegado a donde nunca hubo atención médica. Los pensionistas pasaron de ser 300 mil a 3 millones; Maduro pronto entregará la vivienda 1 millón, según anunció hace pocos días. Creo que sobre todas las cosas está el hecho de haber puesto a los millones de ciudadanos que han estado históricamente marginados en el centro de las políticas públicas. El problema central es que Venezuela es un país “petrodependiente”, totalmente dependiente de la venta de crudo, y sus políticas han estado condicionadas por la subida o caída de los precios de esa materia prima.
Tanto Chávez como Maduro, al igual que sus antecesores, no han diversificado la economía y eso hoy pasa factura, como lo estamos viendo, y seguirá pasando factura si no hay voluntad política para dar ese giro que parece imprescindible. Recordemos que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo…El petróleo ha sido algo así como una maldita bendición, ante la que todos los gobernantes del último siglo se rindieron, descuidando todo el enorme potencial que tiene este país, tanto en recursos humanos como naturales.
***
Foto en Home: Caraqueños hacen cola frente a un cajero automático, 4 de diciembre de 2015. Crédito: Luis Robayo/AFP Photo.