El directorio de Ancap relevó la semana pasada de sus cargos a ocho gerentes que pasarán a ocupar cargos de asesores, manteniendo sus sueldos. La medida forma parte de la reestructura que la empresa inició a comienzos de 2016 cuando asumieron las nuevas autoridades encabezadas por Marta Jara.
Hasta ahora el ente venía funcionando con cuatro "grandes gerencias": Negocios Energéticos, Negocios Diversificados, Planificación Estratégica y Servicios Compartidos. De ellas dependían, a su vez, otras gerencias importantes. En el futuro las grandes gerencias pasarán a ser nueve y "reportarán directamente al gerente general".
El comunicado
En los últimos años, a raíz de las polémicas y los cuestionamientos que recaen sobre la gestión de Ancap, todos estamos muy pendientes de cualquier cambio que se adopta en esta empresa pública. Seguramente por eso el directorio salió a transparentar la esencia de los cambios en el modo de conducción. Lo hizo en un comunicado de prensa el viernes 23 de junio.
Según explicó Ancap en ese documento, estas modificaciones en su forma organizativa entraban en vigor el 30 de junio (así que ya están vigentes) y buscan volver a la empresa "más moderna, eficaz y transparente".
Agregó que al pasar a tener nueve gerencias “se concentra la responsabilidad de los resultados en cada unidad de negocio y se busca una mayor independencia de las funciones transversales que generan políticas, definen controles y velan por el cumplimiento de estándares”.
Aclaró, además, que “la nueva organización es más plana y el resultado neto de los cambios es la reducción de un cargo gerencial”. Planteó que “si bien sigue siendo importante contener” los costos de Ancap, “el foco de esta resolución es hacernos – dice- más efectivos”.
¿Qué pasa con las nuevas gerencias? ¿Quiénes quedan al frente? El comunicado informó que “en algunos casos, los cargos pueden ser cubiertos de forma directa con la designación de gerentes pues se han identificado recursos con las competencias para lograr los nuevos objetivos y desafíos planteados, favoreciendo la continuidad de los negocios y la optimización de los conocimientos dentro de la organización”. “En otros casos se abren oportunidades a través de concursos internos y/o externos, buscando atraer nuevos recursos que actualicen y refuercen la organización”, agregaba.
La pregunta
Ni bien se conoció la noticia y más con la novedad de que para las nuevas gerencias puede llegar a tomarse nuevos funcionarios, muchos nos preguntamos: Si Ancap realiza una reestructura como la que anuncia… ¿no puede prescindir de esos ocho ex gerentes y ahorrarse sus retribuciones en lugar de mantenerlos como asesores con sus respectivos salarios?
Este debate quedó planteado incluso en La Mesa del pasado jueves y resulta pertinente porque, a pesar del cambio de funciones, estos ex gerentes conservan sus sueldos: el más alto es de $ 249.946 y el más bajo $ 104.457.
La producción de En Perspectiva estuvo trabajando en este tema para pasarlo en limpio…
Las averiguaciones
Hay dos tipos de cargos dentro del estatuto del funcionario de ANCAP. Uno, como funcionario presupuestado, que ingresa a su cargo seleccionado por concurso. Y otro como “contratado”.
En el caso de los presupuestados, estos empleados tienen derecho a la carrera administrativa y a la inamovilidad, a diferencia de los funcionarios políticos o de particular confianza.
Hablamos con Ruben Correa Freitas, abogado, quien estuvo a cargo de la Oficina de Servicio Civil en la década de 1990:
“Los funcionarios de los entes autónomos pueden ser funcionarios presupuestados o contratados. O por alguna de las otras vinculaciones que establece la ley, como los contratos de derecho público, etc. Lo fundamental es que en el caso de los gerentes, en el 99% de los casos son funcionarios de carrera, y al ser funcionarios de carrera son funcionarios presupuestados, solamente pueden ser destituidos por las causales de ineptitud, omisión o delito previo el sumario administrativo correspondiente”, manifestó.
Estos funcionarios – gerentes en este caso- sí pueden ser movidos de sus cargos a través de actos administrativos dictados por el directorio, como se planteó en este caso. De todos modos, tienen derecho a iniciar un juicio de reparación por daño moral, en función del perjuicio que entiendan les genera el cambio de puesto, aun cuando les paguen el mismo sueldo.
“Lo habitual en todas las reestructuras que se hacen en los entes autónomos, incluso en la administración central, cuando se quiere sacar a gerentes de la línea, se los pasa a la asesoría. Es una forma elegante, digamos, de trasladar a un gerente y sacarle el mando. Pero sigue trabajando y sigue cobrando el sueldo correspondiente”, añadió Freitas.
Mientras tanto, en el caso de los contratados las condiciones son diferentes. Su situación laboral no es inamovible. Por el contrario, es precaria y revocable.
A los funcionarios contratados de esta manera no se les puede cambiar el cargo, pero sí pueden ser removidos.
Por lo tanto, pasando en limpio…según estas averiguaciones y en atención a la normativa vigente, efectivamente, para hacer esta reestructura Ancap tiene que pasar estos gerentes a asesores y mantenerles los salarios, a menos que el directorio esté dispuesto a iniciarles procesos de destitución por ineptitud, omisión o delito, luego de los sumarios administrativos correspondientes.
Donde los recortes de cargos y sueldos pueden llegar a plantearse es a futuro. ¿Cómo? Según detalla la propia Ancap en su comunicado, “en los próximos cinco años estarán en edad de jubilarse un 30%” de sus trabajadores, “por lo que –dice el Directorio- debemos preparar el camino hacia una transición adecuada creando una cultura emergente de mayor flexibilidad”.
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