
Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
EMILIANO COTELO (EC): Como comentamos la semana pasada, el gobierno argentino anunció cambios en el esquema de ajuste de las bandas cambiarias y también informó que pretende empezar a comprar dólares de manera sistemática mientras el tipo de cambio se encuentre dentro de las mismas.
A propósito de esto, en el espacio económico de hoy, les proponemos poner la lupa en Argentina: ¿cómo hay que interpretar estas modificaciones? ¿Qué efectos se espera que tengan? Y sobre todo pensando en la temporada turística que se viene, ¿qué impactos podemos esperar desde Uruguay?
Lo conversamos con el economista Alejandro Vallcorba, de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Alejandro, ¿cómo vieron los anuncios que comentaba Emiliano recién? ¿Son cambios relevantes?
ALEJANDRO VALLCORBA (AV): Sí. Como decía Emiliano, la semana pasada hubo dos anuncios centrales vinculados al régimen cambiario y monetario. Por un lado, se comunicó un cambio en el mecanismo de ajuste del piso y del techo de la banda cambiaria, aunque dada la dinámica actual del mercado, hoy el techo es más relevante. Por otro lado, se anunció un programa de compras de divisas en el mercado de cambios con el objetivo de acumular reservas internacionales.
A su vez, el gobierno también presentó una justificación técnica de por qué habría espacio para comprar dólares en el mercado, pero que me parece que no viene al caso entrar en ese detalle.
En términos generales, lo que se anunció fue una adecuación del régimen cambiario, con dos implicancias importantes. La primera es que, con un techo para el tipo de cambio algo más alto, el gobierno debería tener mayor margen para comprar y acumular dólares. Y la segunda es que el cambio en el diseño de las bandas —al indexarlas a la inflación pasada— busca evitar que la economía argentina se siga encareciendo medida en dólares.
RA: ¿Cómo es esto último, Alejandro? ¿Podemos explicar algo más? Parece un tema importante desde la óptica de nuestro país.
AV: Sí, claro. Recapitulando brevemente, el tipo de cambio en Argentina subió mucho en el segundo semestre de este año y desde setiembre se pegó al techo de la banda cambiaria; el problema es que, hasta ahora, ese techo evoluciona al 1% mensual, mientras la inflación se ubica en torno a 2–2,5%. Entonces, los precios de los bienes y servicios argentinos medidos en dólares estaban subiendo.
Eso implica un problema de competitividad, reduce la rentabilidad de los sectores transables, en particular los vinculados al comercio exterior y favorece la sustitución de consumo hacia bienes y servicios importados.
Al indexar la banda a la inflación pasada, se frena ese encarecimiento en dólares, pero a costa de resignar algo de velocidad en el proceso de desinflación; no implica necesariamente que la inflación suba, pero sí que su baja pueda ser más lenta. Antes había un ancla cambiaria nominal con el techo de la banda moviéndose al 1% mensual, que “impedía” un ajuste más rápido del valor del dólar… ahora con un tipo de cambio que potencialmente puede subir más, al menos en el corto plazo, puede resultar más difícil seguir reduciendo la inflación con la misma velocidad. Y además, la experiencia de otros planes de estabilización muestra que el último tramo de la desinflación suele ser el más costoso y el que más tiempo lleva.
RA: Bien queda claro, decías que tenía dos implicancias, esta relacionada al encarecimiento, y la que a priori parece fundamental, que es el espacio para mayores compras de reservas.
AV: Sí, igual un tema que me gustaría aclarar Romina es que, si bien estos cambios le deberían dar algo más de espacio para acumular reservas, no es 100% seguro que la flexibilización de la banda tal cual fue anunciada sea suficiente para alcanzar dicho objetivo. Lo digo porque si miramos las expectativas del mercado, los futuros ya apuntan a una trayectoria del tipo de cambio muy próxima al techo de la nueva banda (contemplando que evoluciona en función de la inflación proyectada por la última encuesta de expectativas del BCRA).
Esto implica que el esquema seguiría tensionado, con un riesgo no menor de que la autoridad monetaria deba volver a vender divisas para la defender el techo.
Recordemos que entre setiembre y octubre, el dólar oficial tocó el techo de la banda y el gobierno vendió unos US$ 2.000 millones para contener la cotización.
Obviamente, no es algo deseable, y menos aún en la situación de reservas que se encuentra Argentina actualmente.
RA: Justamente a eso quería ir, ¿Podemos repasar los números de reservas? ¿Qué tan lejos están de la meta del FMI para este año?
AV: Según la metodología del FMI las reservas netas de Argentina se ubican en terreno negativo por unos US$ 9.000 millones, el objetivo para este año era que se ubicaran en (menos) US$ 2.600 millones, por lo que el gobierno va a tener que pedir un waiver en la revisión del FMI de enero por segunda vez consecutiva, porque, recordemos, en la revisión de julio tampoco había cumplido la meta.
RA: Bueno, pero hace un par de semanas el gobierno argentino anunció la colocación de un bono en dólares por primera vez en ocho años, eso también suma para la meta de acumulación, ¿no?
AV: Sí, pero lo cierto es que la emisión que mencionas tuvo luces y sombras.
Por un lado, es verdad que se trata de la primera emisión de un bono en dólares en ocho años, lo cual es muy destacable.
Pero lo cierto es que el monto que se terminó emitiendo fue algo menor a lo que se quería (el ingreso efectivo fue de unos US$ 900 millones frente a un volumen previsto de US$ 1.200 millones), la tasa a la cual se licitó fue relativamente alta (de más de 9% en dólares) y la mayoría de los inversionistas fueron locales.
A su vez, el monto adjudicado también fue acotado en relación con los vencimientos de deuda en moneda extranjera que enfrenta Argentina en los próximos meses: solo en enero vencen algo más de US$ 4.500 millones y en el conjunto del año los vencimientos ascienden a unos US$ 18.000 millones.
Esto de alguna forma muestra que, pese a que Argentina mantiene superávit fiscal, tiene el respaldo financiero de la administración de Trump, el mercado todavía no está 100% dispuesto a darle crédito. En ese sentido, que el BCRA pueda encontrar lugar para comprar dólares es clave para hacer converger el riesgo país a niveles más bajos, que le permitan acceder los mercados internacionales.
RA: Bien, entonces Alejandro, volviendo a las medidas, si entiendo tus comentarios, en Exante entienden que son cambios que van en la dirección correcta, ¿es así? ¿Queda planteado entonces un escenario positivo de cara al año que viene?
AV: Sí, el régimen cambiario requería indudablemente una mayor flexibilización, teniendo en cuenta la importancia de que Argentina logre acumular reservas, ahora, este no es el único factor que va a definir el escenario de cara al 2026.
Estos anuncios van en la dirección correcta y además el resultado de las elecciones legislativas en Argentina despejó un montón de incertidumbres políticas que estaban generando volatilidad, pero también es importante marcar que todavía persisten incertidumbres sobre la capacidad que tendrá la economía para crecer de manera sostenidamente.
La expectativa está puesta en que el capital político del oficialismo sea suficiente para impulsar reformas que alienten el crecimiento y que se empiece a observar un mayor flujo de inversiones.
Que aumente la inversión, que Argentina efectivamente logre empezar a recomponer sus reservas y que Argentina pueda continuar con el levantamiento de los controles de capitales que aún persisten son, a nuestro juicio, requisitos imprescindibles para consolidar una perspectiva positiva de Argentina de cara a los próximos años.
RA: Para ir terminando Alejandro, con todos estos elementos ¿qué cabe esperar de cara a la temporada turística en Uruguay? ¿Se modifica el panorama con estos últimos cambios?
AV: Bueno Romina, de corto plazo, pensando en la temporada turística, la verdad es que estos anuncios no cambian mucho la perspectiva cambiaria.
De hecho, nuestros modelos apuntan a que vamos a tener una buena temporada turística en Uruguay, similar en términos de llegada y de gasto de visitantes a lo registrado en la temporada pasada, que recordemos fue muy buena en términos históricos.
Pensando ya más en un mediano o largo plazo, podría estar abriéndose una ventana de oportunidad para que Argentina finalmente despegue en términos de su desempeño económico, luego de prácticamente quince años sin crecimiento en términos netos. Eso sería bueno para Uruguay, pero todavía no es fácil concluir si vamos a tener a un vecino creciendo más de manera sostenida. Tampoco está completamente despejada la incertidumbre sobre si las bandas cambiarias van a resistir mucho tiempo más.
Como decía hace un rato, a nuestro juicio el panorama económico de Argentina se juega en gran medida en que el gobierno siga eliminando restricciones cambiarias y financieras que aún sigue en pie, en que se logre atraer inversión para dinamizar su economía y también en que se logre recuperar el acceso a los mercados internacionales de deuda. Todos esos hitos parecen hoy más cerca que antes, pero el panorama financiero sigue siendo bastante ajustado.









