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EMILIANO COTELO (EC): A medida que se aproximan las elecciones de medio término en Argentina, el panorama económico y político viene bastante movido. En particular, en julio hubo un aumento del valor del dólar de casi 15% y estamos en semanas donde recrudecen los cuestionamientos sobre la marcha del plan económico del presidente Javier Milei. Todo esto lo hemos venido siguiendo de cerca con nuestro corresponsal en Argentina Fernando Gutiérrez.
Hoy, les proponemos pasar raya y hacer un balance de cómo viene evolucionando la economía argentina, especialmente en aquellas dimensiones que son más relevantes desde la perspectiva uruguaya: ¿Qué está pasando con el valor del dólar en Argentina? ¿Qué sucede con la capacidad de consumo de los hogares? ¿Cuáles son las perspectivas en materia de actividad económica? ¿El avance en el programa con el FMI hace prever un horizonte de crecimiento sostenido para los próximos años? Lo conversamos con el economista Alejandro Vallcorba, de Exante.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Alejandro, empecemos por el tema cambiario. Apenas se levantó el cepo no hubo grandes movimientos del dólar, pero en las últimas semanas eso cambió. ¿Debemos pensar que este es el “nuevo normal” para Argentina?
ALEJANDRO VALLCORBA (AV): Si bien han sido semanas con algunas particularidades, lo primero que hay que marcar es que Argentina tiene ahora un régimen de flotación dentro de una banda cambiaria bastante amplia. Y es una economía que está en medio de un proceso de estabilización, todavía con varios frentes de incertidumbre abiertos. Entonces, capaz lo raro era la estabilidad del dólar en las primeras semanas luego de levantar el cepo.
Con esto no quiero decir que variaciones de 15% en un mes sean el “nuevo normal”, pero sí enfatizar que es esperable ver un poco de volatilidad cambiaria.
Recordemos que en abril el gobierno dejó el régimen de fijación administrada del tipo de cambio y estableció una banda que hoy está entre AR$ 950 y 1.450. Hay 50% de distancia de piso a techo, y se irá ensanchando a medida que pase el tiempo.
Actualmente el dólar se ubica en AR$ 1.300 e incluso se acercó a casi AR$ 1.400 a principios del mes.
Entonces, a modo de resumen: en las últimas semanas hubo bastante volatilidad cambiaria; desde el cambio de régimen en abril se registró un aumento nominal acumulado de 18% y hoy el tipo de cambio está en el tramo superior de la banda cambiaria, 10% por debajo del techo.
RA: ¿Cuáles son las razones de este aumento de dólar? Adelantabas que fueron semanas con algunas particularidades.
AV: Siempre es difícil ser muy categóricos y atribuir causalidad cuando se trata explicar las oscilaciones en los precios de los activos financieros como el dólar. Lo que parece bastante claro es que estos movimientos al alza en Argentina no responden a dinámicas a nivel global.
Decía que fueron semanas con particularidades porque en julio hubo algunos cambios en el régimen monetario que dieron lugar a días de bastante volatilidad, no solo en el dólar sino en otras variables financieras. Al margen de eso, la suba del tipo de cambio también se enmarca en un contexto en el que el Tesoro está comprando divisas en el mercado cambiario para acumular reservas internacionales (debe hacerlo para cumplir con las metas del programa con el FMI, que podemos hablar un poco más delante de eso).
Por otro lado, nuestros colegas argentinos también señalan la menor oferta de divisas por parte del sector agroexportador (porque está terminando la zafra de liquidación de las cosechas de verano) como una de las razones de suba del dólar y también una mayor incertidumbre en la antesala de las elecciones legislativas de octubre (lo que probablemente indujo un cambio en los portafolios de los inversores).
Decía antes que no solo el dólar se ha movido. Estamos en un escenario con mayores tasas de interés en pesos, con un tipo de cambio más alto y con el riesgo país también subiendo en las últimas semanas. En su conjunto, son señales que denotan cierta inquietud en la plaza financiera argentina.
RA: Al margen del comportamiento de las variables financieras, ¿cómo viene evolucionando el programa económico de Milei? ¿Se están cumpliendo los compromisos asumidos ante el FMI?
AV: Recientemente el FMI hizo la primera revisión del programa y dio el OK para un desembolso adicional de US$ 2.000 millones.
El organismo destacó el cumplimiento en las metas de cantidad de dinero y en el objetivo fiscal, que es uno de los pilares del programa.
Recordemos que el año pasado el gobierno argentino hizo un fuerte ajuste fiscal, que se mantiene. En los doce meses a junio, el resultado primario fue superavitario en torno a 1,5% del PIB. Esta mejora de las cuentas públicas permitió cortar con la emisión monetaria para financiar al Tesoro, que fue una de las claves para el fuerte descenso de la inflación que tuvimos en los últimos meses.
Argentina no cumplió con la meta de acumulación de reservas internacionales que le había puesto el FMI, pero obtuvo un “waiver”. Eso significa que el FMI le “perdonó” el incumplimiento y acomodó esa meta para adelante.
RA: Este es un punto importante ¿no? Otras veces hemos comentado que parte central del programa con el fondo es acumular reservas, porque Argentina tiene vencimientos importantes de deuda por delante y no tiene acceso a mercados internacionales.
AV: Sí, incluso el FMI recomendó que el Banco Central adopte un rol más activo en la estrategia de acumulación de divisas, incluyendo, por ejemplo, la divulgación de un calendario preanunciado de intervenciones.
En el último mes el Tesoro hizo algunas compras de dólares, pero no son muy significativas. A priori se puede pensar que en la antesala de las elecciones el gobierno tiene incentivos a no ponerle mucha presión al dólar y que eso favorezca que la inflación siga bajando. Ahora, del otro lado está el compromiso con el FMI. El “waiver” implica que el FMI le permite ir un poco más lento en el camino de acumulación de reservas que se había trazado, pero el objetivo de mediano plazo es el mismo.
Con el tipo de cambio más cerca del techo de la banda parece un poco más inoportuno comprar dólares, pero es algo que tiene que suceder para no arriesgar la marcha del acuerdo con el FMI. Parece también que es lo que está esperando el mercado para que baje el riesgo país.
RA: ¿Qué está pasando en materia de crecimiento? ¿Será un contexto que ayude a Uruguay por un mayor poder de compra de los argentinos de cara a la próxima temporada?
AV: En términos comparativos con años previos hay una mejora importante, pero en los meses más recientes la economía no parece estar creciendo.
El año pasado la actividad cayó casi 5% en el primer semestre, fruto del ajuste fiscal, monetario y cambiario que se hizo. En el segundo semestre hubo un enorme rebote del PIB. Hoy en día estamos en los mismos niveles de comienzos de 2025. No hubo avance adicional, al menos no a nivel agregado.
Detrás de este pobre desempeño hay varios factores: por un lado, desde fines del año pasado que los salarios del sector privado medidos en términos reales (es decir, descontando la inflación) no crecen o incluso caen, limitando el crecimiento del consumo privado que fue uno de los principales impulsores del rebote de la actividad económica en 2024.
Por otro lado, la volatilidad de algunas variables financieras y el aumento de las tasas de interés pueden estar afectando las decisiones de inversión y de consumo.
RA: ¿Cómo están viendo el escenario para los próximos meses?
AV: Las elecciones son un hito importante, sobre todo para medir qué apoyos logra el oficialismo para llevar adelante reformas que puedan dinamizar más la economía. Argentina todavía no despegó definitivamente del patrón de los últimos quince años, de mini-ciclos de suba y baja del PIB pero sin crecimiento neto.
El programa del FMI tiene varias pautas de qué cosas pretende empujar el gobierno en la segunda parte de su mandato. Las más ambiciosas parecen ser una reforma impositiva que apunte a mejorar la eficiencia y una reforma del sistema previsional y del mercado laboral que modernice el sistema y fomente la creación de empleo formal.
Ahora, todavía no está claro que Milei vaya a tener el respaldo político para hacerlo. Y además hay otros desafíos de corto plazo, porque el poco crecimiento de la actividad pone dudas en el frente fiscal, y porque todavía no es claro cómo avanzar más en el proceso de desinflación sin comprometer demasiado la competitividad del sector exportador.
En definitiva, Romina, los resultados de la primera etapa del programa de estabilización fueron probablemente más contundentes de lo que la mayoría de los analistas esperaba inicialmente, pero Argentina todavía tiene varios desafíos por delante.










