¿Cómo es el panorama por rama y cuáles son las perspectivas del sector?
ROMINA ANDRIOLI (RA): En el día de ayer el Instituto Nacional de Estadística informó que la actividad industrial cayó 1,8 % en noviembre y que acumuló una baja de similar magnitud si se compara el período enero-noviembre con los mismos 11 meses de 2018.
Todavía no tenemos el cierre oficial del año, pero está claro que estas cifras confirman que la industria manufacturera tuvo otro año complicado en 2019. ¿Cómo es el panorama de las diferentes ramas según estos últimos datos? ¿Cómo impactó esta evolución negativa de la actividad sobre los niveles de empleo del sector? ¿Cuáles son las perspectivas para 2020? Lo conversamos en los próximos minutos con el economista Luciano Magnífico, de la consultora Exante.
FELIPE LLAMBÍAS (FL): Luciano, los últimos datos de industria que se conocieron ayer mostraron una caída de la producción de 1,8 % en noviembre. ¿Cuáles son los destaques más importantes?
LUCIANO MAGNÍFICO (LM): Tenemos a varios sectores con caídas en su nivel de actividad, pero en estas cifras de noviembre hay una incidencia negativa muy clara de los menores niveles de faena que se vieron en los últimos meses.
Como ya hemos comentado en oportunidades anteriores, eso se dio en un contexto de relativa escasez de ganado y con precios de la materia prima muy altos. Recordemos que la extracción había aumentado fuertemente para aprovechar una coyuntura de precios de exportación sumamente elevados, pero eso no era sostenible en la medida en que derivó en un descenso sostenido del stock de ganado en nuestro país. Ese factor y precios del novillo gordo relativamente caros hicieron que viésemos caídas de la faena durante buena parte del año pasado y el dato de noviembre no fue la excepción.
La industria frigorífica mostró un descenso en su nivel de actividad de 7 % interanual en noviembre. También en las curtiembres se vio una caída de la producción, que de hecho fue lo que incidió más fuertemente en el dato de producción industrial de noviembre. Fue de 45 % interanual. Recordemos que ésa es una industria que además de esta situación respecto a la disponibilidad de materia prima enfrentó problemas importantes para exportar el año pasado. Incluso sobre mediados del año pasado fue noticia que Curtiembre París envió a la mayor parte de sus trabajadores a seguro de paro y que Zenda cerró plantas.
FL: Habías comentado antes que la caída había sido relativamente generalizada, ¿podemos mencionar otros ejemplos?
LM: Sí. Además de la industria frigorífica y del sector de curtiembres que comentaba recién, otros sectores importantes como los de cervecería y maltería y de bebidas sin alcohol mostraron también caídas en noviembre, de 16 % y 1 % respectivamente.
Ahora, si dejamos los casos particulares y vamos al comportamiento general, menos de 40 % de las 62 ramas industriales mostraron crecimientos interanuales. Nuestro índice de difusión, que mide exactamente eso, dio 37 % en noviembre. Es un dato realmente pobre, que confirma una recaída luego de cierta mejora que habíamos visto sobre mediados de año. Cuando empezó el segundo semestre de 2019 ese índice estaba en torno de 50 % (marcando que la mitad de las ramas crecía), pero paulatinamente eso se fue reduciendo hasta el actual 37 % que manejaba recién.
FL: Y si pasamos a las industrias que mostraron un desempeño positivo, ¿cuáles ramas se destacan?
LM: Por su peso, obviamente la refinería es muy importante y en noviembre creció 14 % interanual. Pero fuera de eso también hubo variaciones positivas en otros sectores como los de producción de maquinaria (de 50 %), los molinos arroceros (36 %), las industrias básicas de hierro, acero y metales no ferrosos (7 %) y el sector lácteo, que mostró un crecimiento de 4 %.
Pero en realidad mes a mes las cifras son volátiles. Esos son los destaques del mes, pero en realidad en el promedio enero-noviembre algunos de los que mencionaba tampoco alcanzan a tener cifras positivas.
FL: Además de los datos de volumen físico, el INE publica información relativa a las horas trabajadas y al personal ocupado. Allí también aparecen nuevos descensos. ¿Podemos repasar las principales cifras?
LM: Sí, Romina. Como decís, ayer también conocimos la evolución de las horas trabajadas y del personal ocupado de la industria. En concreto, las horas trabajadas cayeron 6 % respecto a noviembre pasado, mientras que el índice de personal ocupado mostró una reducción de 5,2 % en dicha comparación.
Esta tendencia viene siendo muy marcada y la venimos observando sin pausa prácticamente desde 2010-2011. De hecho, con los últimos datos, estamos con un nivel de horas trabajadas en la industria manufacturera comparable al de 2003.
GRÁFICO: HORAS TRABAJADAS EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA
FL: Sobre ese punto ¿es correcto decir que la industria es uno de los sectores que ha perdido más empleos en los últimos tiempos?
LM: Horas trabajadas no es lo mismo que empleo, pero definitivamente éste es un sector en donde sistemáticamente estamos viendo una disminución del empleo. Lo muestran también los datos de la Encuesta Continua de Hogares, de donde habitualmente monitoreamos el mercado de trabajo.
Según esas cifras, en el promedio enero-noviembre hubo unas 186.000 personas ocupadas en la industria manufacturera. Eso supone unos 29.000 empleos menos que en 2014, que fue el pico del mercado de trabajo uruguayo (no el pico de la industria, por cierto). Es de los grandes sectores de actividad el que más recortó el empleo en los últimos años y contribuyó de manera importante a la caída total del empleo en Uruguay de los últimos cinco años, que fue de 55.000 ocupados en el conjunto de la economía.
FL: De los números que manejabas recién se desprende que la caída de las horas trabajadas y del personal ocupado en la industria es más intensa que la que muestra el volumen de producción. También decías que empezó antes que la industria entrara en recesión, no? ¿A qué obedece esa tendencia a esta altura casi permanente de caída del empleo industrial?
LM: A nuestro juicio es un indicador claro de dificultades de competitividad. Obviamente que el avance tecnológico y la posibilidad de introducir tecnología ahorradora de mano de obra en la industria son “habilitadores” de esta tendencia, pero no hay que perder de vista que se trata de un sector que en los últimos años no ha logrado crecer de forma sostenida.
La producción industrial dejó de crecer en 2011; estuvo tres años estancada hasta mitad de 2014 y luego sufrió una contracción fuerte, de casi 10 % hasta mitad de 2016. Después siguió cierta recuperación en 2017, pero en el último año y medio ello también se revirtió.
Y en un sector en el que la actividad no crece, la forma de mejorar la productividad y hacer frente a salarios que sí crecieron en los últimos 10 años es justamente bajar empleo.
FL: ¿Cuáles son las perspectivas que manejan para la industria este año que está comenzando?
LM: Nosotros en Exante tenemos una proyección de crecimiento muy cercano a cero en el conjunto del sector en 2020. En realidad es un pronóstico que esconde realidades distintas, porque hay algunas ramas en donde prevemos que va a haber un impacto positivo derivado de la demanda que provendrá de las obras de construcción de UPM y su infraestructura conexa. Pero dejando de lado esas ramas, la verdad es que vemos un panorama más bien negativo, en el cual destacan las restricciones de la oferta para la industria frigorífica que mencionaba al inicio y también un contexto adverso en materia de competitividad para las ramas que tienen mayor inserción regional.
***
Foto: Ministerio de Industria, Energía y Minería