Análisis Económico

Crecimiento de compras por franquicias genera reclamos desde el comercio local: ¿Cómo está siendo su evolución? ¿Qué cambios regulatorios se exigen? (Exante)

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Foto: AFP

EMILIANO COTELO (EC): Desde el año pasado las compras al exterior bajo el régimen de franquicias se dispararon en Uruguay, sobre todo al impulso de la irrupción de plataformas chinas, como Temu. En lo que va de 2025 (hasta setiembre), estas compras ya superaron los US$ 140 millones, un monto que triplica al registrado en 2023.

Ante esta situación, los reclamos desde el sector comercial fueron ganando intensidad en los últimos meses, por lo que entienden es una competencia injusta para el comerciante local, que debe afrontar costos de importación altos y pagar impuestos que estas compras por franquicias no pagan actualmente. En atención a algunos de esos reclamos, el proyecto de Ley de Presupuesto plantea ajustes al régimen, que también han despertado polémica.

Con este telón de fondo, les proponemos en los próximos minutos poner el foco en el régimen de compras por franquicias, analizando su evolución reciente y también los cambios regulatorios que se están planteando. Lo conversamos con la economista Delfina Matos, de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Delfina, empecemos antes que nada por explicar brevemente cómo funciona este régimen de compras por franquicia, ¿te parece?

DELFINA MATOS (DM): Bien. El régimen de compras por franquicia vigente actualmente permite a cualquier persona mayor de edad con cédula de identidad uruguaya realizar hasta tres compras al exterior por año sin pagar aranceles ni impuestos al consumo, siempre que cada envío no supere los US$ 200 y los 20 kilos. Hay que aclarar que este beneficio excluye explícitamente a algunos productos, como los gravados con IMESI, bienes que necesitan autorizaciones sanitarias o fitosanitarias y determinados bienes clasificados como “prohibidos”.

El régimen procura dar la posibilidad al consumidor uruguayo de acceder a bienes y servicios del exterior en condiciones de algún modo análogas a las que acceden aquellos ciudadanos que viajan y realizan compras en el exterior.

Si bien el régimen existe desde hace muchos años, ha tenido un crecimiento exponencial en el último año y, como mencionaba Emiliano al inicio, eso es lo que despertó la preocupación y los reclamos por parte del comercio local.

RA: Está claro. Vayamos justamente a eso. ¿Qué tan significativo es el uso de este régimen actualmente? ¿Qué dicen las cifras disponibles?

DM: Hasta 2020 el régimen canalizaba compras por unos US$ 40 millones al año. A partir de entonces mostró una tendencia al alza pero leve. Ahora, eso cambió radicalmente desde mediados de 2024, luego de la llegada a Uruguay de plataformas chinas, como Temu, que con precios muy bajos, un marketing digital agresivo y sin cargar costos de envío al comprador impulsaron un crecimiento muy acelerado de las compras bajo este régimen.

Así, en 2024 se registraron casi 975.000 compras bajo franquicia por más de US$ 100 millones, duplicándose los niveles promedio de los 8 años anteriores. Y en lo que va de 2025, la tendencia se profundizó: se están registrando más de 160.000 envíos por mes en promedio (según datos a setiembre), cuando el año pasado fueron unos 80.000 mensuales en promedio y en años anteriores no se superaban las 50.000 compras por mes.

De esta manera, en enero-setiembre se acumularon cerca de 1,5 millones de compras, por un valor superior a los US$ 140 millones. Para ponerlo en perspectiva, esos US$ 140 millones son tres veces más lo comprado en enero-setiembre de 2022 y 2023 y representan alrededor del 5% de las importaciones totales de bienes de consumo en Uruguay. Ya no estamos hablando de cifras marginales.

RA: Está claro. ¿Y se puede saber el tamaño de cada compra que se realiza bajo este régimen? Por las cifras que estabas mencionando recién, el monto medio por compra es relativamente bajo; bastante menor a los US$ 200 de tope autorizado por compra, ¿verdad?

DM: Es cierto. Los datos no permiten ver el monto de cada compra, pero sí podemos calcular el valor promedio por compra. Entre 2020 y 2023 el monto promedio por pedido estuvo en torno a los US$ 120, pero desde el año pasado el valor promedio por paquete viene bajando un poco. Este año, con datos hasta setiembre, el promedio fue de unos US$ 100 por compra. Efectivamente, como decías, el monto promedio por compra ha estado históricamente lejos de los US$ 200 permitidos como máximo.

RA: ¿Y cómo se componen esas compras a nivel de rubros o tipo de productos? ¿Qué productos son lo que se compran más frecuentemente a través de las franquicias?

DM: Principalmente vestimenta. En los doce meses a setiembre la vestimenta representó el 23% del total, esto es, unos US$ 42 millones. Y si a eso se le suma el calzado, bolsos y accesorios, estamos hablando de casi el 40% del total, unos US$ 70 millones. Los otros 3 rubros más relevantes son lo que la aduana denomina “máquinas/aparatos (que se puede suponer son pequeños electrodomésticos o artículos de tecnología), juguetes y juegos y artículos para el hogar. Estos 3 rubros representaron entre el 10% y 12% del total cada uno... esto es alrededor de US$ 20 millones en los últimos doce meses.

El resto se reparte en varios rubros de menor importancia cada uno.

RA: ¿Y qimpactos tiene este crecimiento de las compras por franquicias en el comercio local? Te lo pregunto porque en los últimos meses se ha hablado mucho de las consecuencias negativas que está teniendo este fenómeno.

DM: Es claro que la competencia de este régimen para el comerciante local es muy fuerte. De hecho, en algunos rubros las compras bajo el régimen de franquicias ya representan una porción relevante del mercado. Los casos más claros son probablemente la indumentaria y los juguetes. Para poner esto en cifras, las importaciones uruguayas de vestimenta y calzado sumaron US$ 374 millones en enero-setiembre según cifras de Uruguay XXI. En el mismo lapso, se registraron unos US$ 43 millones de compras por franquicias. Eso es más del 10% del total. Y en el caso de los juguetes y juegos, es aún más claro. En enero-setiembre según cifras de Uruguay XXI se importaron US$ 61 millones en juguetes y juegos, mientras que las compras por franquicias ascendieron a US$ 14 millones. Estamos hablando de casi un 20% del total, cuando hasta 2023 representaban menos del 5% del total importado en ese rubro.

Y en esto vale un comentario adicional, Romina, que es que estos cálculos están considerando el monto en dólares. Si bien las cifras disponibles no permiten medirlo, es bastante evidente que los bienes que se están trayendo bajo este régimen son de precios muy bajos, por lo que si pudiera calcularse la porción de mercado que representan estas compras en cantidades, los porcentajes serían bastante mayores.

RA: En medio de todo este ruido en torno a lo que se ha llamado el efecto Temu, el proyecto de ley de Presupuesto que presentó el gobierno propone algunas modificaciones al régimen de franquicias. ¿Qué cambios concretamente se están planteando?

DM: El principal cambio es que las compras bajo franquicia pasarían a pagar IVA, a una tasa del 22% sobre el valor de la factura, aunque con una tributación mínima de US$ 20 por envío. Un detalle que vale aclarar es que las compras de hasta US$ 200 realizadas desde Estados Unidos quedarían exentas del IVA por el acuerdo TIFA vigente, pero el resto de las compras estarían gravadas con IVA.

Al mismo tiempo, se permiti unificar los tres envíos anuales en uno solo (algo que hoy no está permitido) y el tope anual se amplía de US$ 600 a US$ 800 por persona, manteniéndose el límite de 20 kilos por paquete.

RA: A nivel del sector comercial los cambios propuestos despertaron polémica y se los ve como muy insuficientes. ¿Cómo lo ven en Exante?

DM: Como decía antes es muy comprensible que este crecimiento de las compras amparadas por el régimen de franquicia preocupe al comerciante local, porque está suponiendo efectivamente una competencia importante en algunos rubros.

Ahora, desde el punto de vista de la política pública, se debe tener presente que para el consumidor uruguayo en general, este régimen permite acceder a una oferta de productos extraordinariamente amplia y a precios bajos.

Estos regímenes existen en muchos países a nivel mundial y justamente procuran, como mencionaba al inicio, que los ciudadanos que no tienen la posibilidad de viajar puedan acceder a bienes del exterior sin pagar aranceles de importación.

Desde esta perspectiva, los cambios que se están planteando en el presupuesto no tienen como objetivo frenar estas compras ni tampoco proteger al comercio tradicional de esta competencia. Este fenómeno llegó para quedarse y muy probablemente va a seguir creciendo.

En ese marco, ante un fenómeno que va tomando dimensiones relevantes, tiene sentido que las compras paguen los impuestos domésticos (como el IVA). Eso va a contribuir a reducir la brecha de precios existente con la oferta local, pero con aranceles a la importación altos como tenemos en Uruguay, está lejos de equiparar las condiciones de competencia. Por eso no esperaríamos un freno relevante a la tendencia de crecimiento de las compras por franquicias, que además es parte de un fenómeno global más general.

RA: ¿A qué te estás refiriendo con eso, Delfina?

DM: Me refiero a que la expansión de las compras bajo franquicia no es un fenómeno aislado. Es parte de una tendencia más amplia: el e-commerce en Uruguay se multiplicó por siete desde 2019. Las ventas online totalizaron US$ 2.150 millones en el año móvil cerrado a junio, según estimaciones que hacemos en Exante en conjunto con la Cámara de la Economía Digital. El crecimiento ha sido tan grande que hoy prácticamente todos los segmentos del comercio se ven atravesados por la lógica digital.

Desde esta perspectiva, el fenómeno Temu, como le llaman, hasta podría decirse que está contribuyendo a acelerar la digitalización del comercio, en la medida en que cada vez más personas participan y de algún modo se acostumbran a operar por el canal digital... En otras palabras, se está ampliando el universo de consumidores familiarizados con la compra online. Y eso supone desafíos, pero también oportunidades para el comercio local en todo lo que tiene que ver con el desarrollo y el crecimiento de sus canales digitales.

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