Una película religiosa e inquietante en un Brasil futurista y una historia de amor que transcurre en un frigorífico de Budapest
Corre el año 2027. La religión evangélica se ha extendido en Brasil y domina la vida cotidiana a tal punto de que la religión se vende, literalmente, como fast-food: los autos esperan en fila para detenerse frente a la cabina del evangelista, y allí, la persona recibe las bendiciones, se descarga, cuenta sus preocupaciones y sigue de largo.
La protagonista, Joana, tiene en su relación con Dios el mayor tesoro de su vida. Utiliza su trabajo como notaria para que las parejas que soliciten el divorcio reconsideren su posición y que la familia, unida a la religión, siga siendo el núcleo de la sociedad. Al mismo tiempo, su propio matrimonio camina en la cuerda floja.
El director de Divino Amor es Gabriel Mascaro. La banda sonora es de Juan Campodónico y el montaje, de Fernando Epstein.
Se trata de una coproducción uruguayo-brasileña que estrena este jueves en salas comerciales.
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En cuerpo y alma es una película húngara. Ganó el Oso de Oro en Berlín y estuvo nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera.
Esta historia transcurre en un frigorífico en Budapest, entre una mujer extremadamente tímida y el dirigente de personal, un hombre solitario. Ambos descubren por casualidad que comparten los mismos sueños cada noche e intentan recrearlos en la vida real.
La película está disponible en Netflix.
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Foto en Home: Captura de una escena tomada del trailer de Divino Amor