
Foto: Armando Sartorotti
En Primera Persona
Por Emiliano Cotelo
En Perspectiva.
Lunes 17.02.2025, 08.05 hs
¿Qué relación existía o existe entre Conexión Ganadera (CG) y En Perspectiva?
¿Qué relación existía o existe entre Emiliano Cotelo y CG?
¿Qué relación existía o existe entre Pablo Carrasco y En Perspectiva y/o En Perspectiva Producciones?
¿Qué relación existía o existe entre Emiliano Cotelo y Pablo Carrasco?
Estas preguntas han sido planteadas por varios oyentes en las últimas semanas, luego de la quiebra de CG y, especialmente, luego de todo lo negativo que se ha ido conociendo entre enero y febrero sobre el funcionamiento caótico de la empresa, el perjuicio que sufren miles de ahorristas que habían confiado sus ahorros a esa firma y la posibilidad cierta de que contra ellos se hubieran cometido los delitos de estafa y apropiación indebida.
Son preguntas legítimas, en la medida que CG ha sido anunciante de En Perspectiva, Pablo Carrasco fue integrante de las tertulias durante varios años y además en este programa hicimos entrevistas con él a propósito de proyectos o iniciativas de CG.
A esos oyentes que han hecho llegar sus preguntas de manera respetuosa es que voy a responder en los próximos minutos. Para ellos hablo; no para quienes en redes sociales hiceron circular acusaciones sin fundamento, elucubraciones maliciosas o lisa y llanamente inventos sobre mí y En Perspectiva.
Y para esos oyentes voy a hablar, por supuesto, con la más absoluta honestidad. Alguno hasta podrá decir que me excedo en las explicaciones.
RELACIONES
Empiezo, entonces
¿Qué relación existía o existe entre Conexión Ganadera y En Perspectiva?
- Solo existía la relación que era pública: CG pautaba publicidad en las tandas de En Perspectiva y Radiomundo. Eso era todo. Nada más. Y por supuesto, desde comienzos de este año esa publicidad ya no se escucha en nuestras tandas porque la empresa dejó sin efecto el acuerdo vigente.
- Para ser más claro todavía (porque siempre existen especulaciones maliciosas) agrego otra puntualización: CG nunca compró una nota En Perspectiva. Y no lo hizo por una razón muy simple: en este programa no existen notas pagas o entrevistas pagas; no han existido nunca y no existirán.
¿Qué relación existía o existe entre Emiliano Cotelo y CG?
- Ninguna. Y, para ser más claro aún, ni yo ni mi familia teníamos ahorros colocados en CG. Y, por otra parte, yo nunca fui contratado a título individual por CG.
¿Qué relación existía o existe entre Pablo Carrasco y En Perspectiva y/o En Perspectiva Producciones?
- Con el programa En Perspectiva existía la relación que era pública: Pablo Carrasco integró durante varios años las tertulias, una tarea que desempeñaba de manera honoraria. Como también es público, esa relación terminó hace un año y medio: en agosto de 2023.
- Y con la empresa En Perspectiva Producciones (Fantire SA) Pablo Carrasco no tenía nada que ver: nunca fue accionista y nunca existió la posibilidad de que lo fuera.
¿Qué relación existía o existe entre Emiliano Cotelo y Pablo Carrasco?
- Con Pablo Carrasco éramos amigos, pero en el mismo nivel de amistad que tuvimos y tenemos con todos quienes integran La tertulia durante un tiempo prolongado. Nada más. Por ejemplo, a la casa de Pablo Carrasco yo solo fui tres veces: dos de ellas, en ocasión de asados a los que él invitó a todos los contertulios con los que compartía Las Mesas y a los conductores de ese espacio (como han hecho tantos tertulianos tantas veces); y la tercera, una vez que invitó a un asado a integrantes del equipo de En Perspectiva. Nada más. Y nada secreto: de algunas de esas ocasiones hay fotos publicadas en Instagram.
¿El hecho de que CG fuera anunciante explicaba la presencia de Pablo Carrasco en La tertulia y/o las veces que entrevistamos a Pablo Carrasco en el programa?
- No, absolutamente no.
- Primero, por algo básico: en este programa los criterios periodísticos van por un lado y lo comercial por otro.
- Pero además agrego otro dato, para desactivar suspicacias: nuestra cartera de anunciantes está muy distribuída; todos nuestros clientes son importantes, por supuesto, pero ninguno de ellos tiene un peso determinante que pudiera llevar a alguien a pensar que nosotros, porque fuéramos dependientes de ese ingreso pudiéramos darle a esa empresa algún trato privilegiado, por ejemplo en lo periodístico. Ahora mismo, CG ha dejado de pautar con nosotros y el proyecto de En Perspectiva y Radiomundo sigue adelante, sin sufrir ninguna alteración significativa.
- Entonces, ¿cuál era la razón de la participación de Pablo Carrasco en las tertulias? Sus opiniones. Nosotros buscamos que los debates en Las Mesas sean plurales. En ese contexto, era conveniente tener una voz que representara posturas “liberales y de derecha”; incluso en determinado momento Carrasco pasó a defender posturas que podríamos llamar “ultra-liberales”, alineadas con Javier Milei por ejemplo, algo que entendíamos era conveniente que se escuchara en nuestras discusiones si queríamos entender fenómenos que se están extendiendo en el mundo. Ahora, desde que él dejó Las Mesas, esa posición no está presente. Y yo creo que esa es una carencia relevante. Tenemos pendiente integrar otro portavoz de esas opiniones; y cuando lo hagamos vamos a cuidar especialmente el tono que esa persona emplee en sus intervenciones. Ese era un aspecto complicado en el caso de Carrasco, que dio lugar a numerosas conversaciones con él, algunas al aire, otras fuera de micrófonos. Con el tiempo quedó comprobado que no era fácil que él se adaptara a nuestro Manual de Estilo. Por eso fue una solución que él optara por retirarse.
- ¿Y las entrevistas que hicimos con Pablo Carrasco? Las decidimos porque nos parecían válidas desde el punto de vista periodístico. Ustedes lo saben: En este programa nos interesa destacar innovaciones y buenas noticias. Hemos efectuado cantidad de reportajes de ese tipo, con empresas de tamaños muy diferentes y en muchos casos (diría la mayoría) que no eran anunciantes de En Perspectiva. Bueno, CG tuvo varias iniciativas innovadoras. La primera: el concepto inicial, el de acercar el campo y la ciudad, captando recursos de personas no vinculadas al agro para invertirlos en actividades de la producción pecuaria más tradicional (algo que además lanzó en medio de los coletazos de la crisis bancaria del año 2002, cuando muchos productores tenían problemas para el acceso al crédito y cuando, por otra parte, muchas personas que tenían dinero “guardado en el colchón” no confiaban en el sistema financiero). Y luego, con el correr de los años, presentaría otros proyectos interesantes, por ejemplo, para certificar la captura de carbono en ganadería (algo muy oportuno en tiempos de lucha contra el calentamiento global cuando había cuestionamientos muy difundidos sobre la culpa que le correspondía a la ganadería). Otro ejemplo: la creación de una línea de carne de calidad “premium” a partir de animales alimentados “a pasto” y destinada en una primera instancia a la exportación. Y después la introducción de ese producto en el mercado local con tiendas propias especializadas e incluso el plan de crear una cadena de restoranes con ese perfil, acá, pero también en otros países.
En fin, yo creo firmemente que había razones que justificaban plenamente aquellos reportajes.
OFENDIDO, DOLIDO…
Sigo ahora con otra pregunta que ha llegado:
¿Qué tiene para decir Emiliano Cotelo sobre el hecho de que una empresa con presencia fuerte en el programa En Perspectiva haya terminado como terminó y haya hecho tanto daño a tantas personas?
Acá la respuesta es muy concreta y directa: A nosotros nos pasó algo similar a lo que sufren los inversores. Nosotros, En Perspectiva, fuimos estafados por CG y por Pablo Carrasco en particular. Yo en particular siento que fui estafado.
Y por eso, francamente, yo estoy muy dolido, ofendido e indignado. Tuve que dejar pasar varios días para poder escribir este texto con cabeza fría.
ESTAFADOS
¿Por qué digo que fuimos estafados, que yo fui estafado? Porque Pablo Carrasco se aprovechó de su presencia en Las tertulias para promocionarse como figura pública y, de ese modo, fortalecer la marca CG, que en buena medida basaba su imagen en la trayectoria y la visibilidad de sus dos socios principales: él y Gustavo Basso.
Y siento que fuimos estafados, fui estafado, porque cuando hicimos entrevistas con Pablo Carrasco y alguna vez con él y su esposa, Ana Iewdiukow, ellos faltaron a la verdad y ocultaron información, si tenemos en cuenta todo lo que se ha difundido recientemente. Faltaron a la verdad, por ejemplo, sobre el destino que tenía el dinero de los inversores. Ocultaron información, por ejemplo, sobre el desorden administrativo de la firma, la falta de contabilidad, las pérdidas gigantescas que CG venía acumulando, el esquema Ponzi en el que había caído hacía años, e, incluso, el manejo deficiente de buena parte del ganado que tenían bajo su custodia. O sea, nosotros fuimos usados para transmitir una versión pujante y profesional de la empresa, que, en el mejor de los casos, existió en un comienzo pero se había esfumado hacía años.
Y acá paso a considerar otra pregunta que algunos de ustedes han hecho: ¿Qué autocrítica realizan Emiliano Cotelo y el equipo de En Perspectiva?
Esa respuesta es más complicada y larga que la anterior.
Si me pusiera duro y drástico conmigo mismo diría que fui ingenuo y distraído, que debí haber sido más escéptico con CG. Pero esto es muy fácil decirlo ahora.
Quienes hoy dictan cátedra sobre el espanto que era CG lo hacen “con el diario del lunes”. Si ustedes revisan la prensa y los archivos, verán que hasta fines del año pasado CG era una marca muy prestigiosa. Incluso cuando ya habían quebrado dos de las empresas chicas del sector, Grupo Larrarte y República Ganadera, CG seguía siendo sinónimo de seriedad, sobre todo por sus 25 años de cumplimiento sin fisuras en las obligaciones con sus inversores. Nadie sabía (y sobre todo nadie advertía) que estaba operando en un esquema piramidal. Otro dato: Familiares cercanos de Pablo Carrasco y Gustavo Basso figuran en las listas de inversionistas damnificados. Y un dato más: Connotados profesionales de la economía y hombres de negocios hicieron colocaciones en CG, y no solo eso, recomendaron a otros que lo hicieran, pese a que las rentabilidades que se les ofrecían eran, para otros, llamativamente altas en comparación con las utilidades de la ganadería en Uruguay.
En todo caso, ese punto que acabo de mencionar, el de que CG ofrecía tasas altas, era la única duda que algunas voces comentaban, pero solo en voz baja y en pequeños círculos; nadie las exponía públicamente y en tono de alarma. Y, por supuesto, no se conocía que tenía pasivos por 400 millones de dólares y activos que a lo sumo llegaban a 150 millones de dólares, como reveló el contador Ricardo Giovio en las reuniones con inversores de fines de enero, donde además expuso un diagnóstico desolador sobre el caos que aparentemente reinaba dentro de la firma, en lo que fue un shock para absolutamente todos; nadie se imaginaba algo así.
En medio de ese ambiente generalizado de beneplácito con CG nosotros En Perspectiva hacíamos nuestro trabajo, y dentro de él nos ocupamos algunas veces de esa empresa.
Nunca nadie de confianza nos advirtió de la otra cara, la oscura. Nunca nadie nos cuestionó que estábamos dando visibilidad y “validando” a una empresa que no era seria, que ponía en peligro el dinero de sus clientes o que directamente los estafaba.
Me habría venido muy bien que después de alguna de aquellas entrevistas me llamara o me escribiera algún amigo o algún conocido que me llamara la atención y me recomendara que tuviera cuidado. Eso no sucedió.
En las últimas semanas sí recibí testimonios confiables, con nombre y apellido, de productores que describían situaciones de mal manejo en rodeos de CG en campos vecinos a los suyos, no el año pasado, sino hace varios años, una de ellas de una década atrás. Algunas de estas personas que sienten una gran vocación por su trabajo me manifestaban el dolor y el enojo que les provocaba constatar cantidad de animales afectados por la garrapata o con déficit nutricional, algo que, decían, se daba de bruces con el discurso que le escuchaban a Pablo Carrasco, acá en la radio y en otros ámbitos, sobre el sistema de producción que CG había desarrollado, superior al de la media del sector, sustentable y respetuoso del bienestar animal, algo de lo que él se jactaba apoyado además en sus credenciales académicas y su carrera como docente en la Facultad de Agronomía. Por supuesto, esos testimonios que estas personas me acercaron en los últimos días me resultaban muy útiles para completar mi “rompecabezas” de CG. Pero de inmediato yo les preguntaba a esos interlocutores: ¿Por qué no me avisaste en su momento? La respuesta fue: Es cierto, debí hacerlo y lo fui postergando.
Pero volviendo a lo que, por lo visto, fue una de las mejores operaciones de marketing engañoso de nuestra historia, añado algo más: hasta hace pocas semanas Pablo Carrasco figuraba como referente destacado en la página web del Instituto Plan Agropecuario, una dependencia del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.
Allí, por ejemplo, dio en 2021 una charla que algunos profesionales promocionaban en redes sociales de esta manera: “Para todos aquellos emprendedores que quieran participar de una mentoría para ser mejores empresarios del agro” y agregaban: “¿te gustaría ser discípulo de Pablo Carrasco”.
Y hablando de lo institucional, es necesario observar que desde que existe CG pasaron gobiernos de tres partidos políticos y ninguna autoridad se preocupó con el accionar de CG, tomó medidas o hizo advertencias públicas. Es cierto que el Banco Central (BCU) realizó inspecciones en algunos fondos ganaderos y los obligó a realizar cambios porque algunas de sus opciones de inversión terminaban siendo de las del tipo que esa institución regula. Pero en definitiva lo que el BCU comunicó fue que esos negocios no estaban bajo su esfera de supervisión (algo que hoy varios juristas discuten). Lo cierto es que los comunicados del BCU se difundían de manera muy discreta y no incluían ningún alerta a la población sobre las opciones de colocación de dinero en fondos ganaderos. Y sobre lo que esos textos decían entre líneas –la eventual necesidad de regular esos negocios– ninguna autoridad política recogió el guante, ningún jerarca impulsó una normativa en esa materia. O sea: Nadie actuó desde el Estado para proteger a los inversores.
Y tampoco hubo jerarcas que actuaran para monitorear el eventual lavado de activos que algunos de los clientes de CG pudiesen estar haciendo. Varios expertos sostienen hoy que si se examina con cuidado la ley 19.574 contra el lavado de activos, el artículo 13 abarca a CG y los otros fondos ganaderos entre los sujetos obligados a reportar operaciones sospechosas; sin embargo, a lo largo de más de cuatro gobiernos nadie se dio cuenta. “Nos lo comimos”, confesó el mes pasado uno de los ex jerarcas en una entrevista.
Entonces, retomando la pregunta sobre qué autocrítica realizo yo desde la dirección de En Perspectiva, la respuesta es que nosotros fallamos, sí, en relación a Pablo Carrasco y CG… pero estuvimos lejos de ser los únicos. Por el contrario, fallaron junto a nosotros una enorme cantidad de periodistas, profesionales de la economía y de la contabilidad, hombres de negocios, políticos, parlamentarios, altos funcionarios de gobierno y diversas instituciones del Estado.
En todo caso, en la medida que aquí En Perspectiva pregonamos con insistencia el espíritu crítico con el cual hacemos periodismo, es evidente que en este ejemplo “aflojamos” en ese rigor que nos autoimponemos.
¿Y por qué pasó eso? Mi diagnóstico es que las causas son varias pero destaco dos como las de mayor peso: por un lado, ese ambiente general de reconocimiento a CG que existía en tantos ámbitos de la sociedad uruguaya, y, por otro, el contacto frecuente que teníamos acá en la radio con Pablo Carrasco, en las conversaciones en el corredor, antes y después de las tertulias. Este último fue un factor importante, sí, y no su condición de anunciante, insisto (por lo que ya expliqué antes y porque, tal como se dieron las cosas, tal vez podía habernos pasado lo mismo con otro tertuliano que tuviera actividades empresariales y que no fuera anunciante).
Y también podría mencionar otra reflexión que me deja el episodio de CG: algo que va mucho más allá, una conclusión que muchos de ustedes tal vez han sacado en algún momento de sus vidas: Qué dificil es conocer a las personas…Qué dificil es estar seguro de que una persona que tratamos con cierta frecuencia es la que creemos que es… La crónica policial está llena de “sorpresas” de este tipo. Pero el dilema es tan terrible que lo inesperado ha llegado a darse dentro de una familia, en una pareja o entre amigos del alma de toda la vida.
PARA ADELANTE
Y, para terminar, ¿qué aprendimos? ¿Qué lecciones sacamos para el futuro?
Este revolcón nos recuerda como un latigazo algo que, en el fondo, es elemental: en la mayoría de las decisiones que tomamos en este programa está en juego nuestra credibilidad (la de En Perspectiva y la de los periodistas que lo dirigimos). Y si está en juego nuestra credibilidad, visto del otro lado del mostrador, está en juego la confianza de los oyentes en nosotros y en los contenidos que ofrecemos.
No es la primera vez que atravesamos situaciones similares a esta en los casi cuarenta años de En Perspectiva. Probablemente este que comentamos hoy sea el caso más grave pero hubo otras malas experiencias que en su momento resultaron muy desafiantes. Y después de cada una de ellas discutimos con el equipo nuestro trabajo y dispusimos nuevos criterios de seguridad. Pero un programa de radio de cinco horas de duración que se emite en vivo de lunes a viernes trae aparejados una multiplicidad de riesgos y uno de ellos es que, por diferentes razones, las clavijas se aflojen y los criterios que teníamos asumidos se debiliten.
A partir de la debacle de CG y Pablo Carrasco estamos obligados a ser más rigurosos que nunca. No podemos bajar la guardia con el espíritu crítico. Puede sonar excesivo pero esta profesión requiere que desconfiemos siempre, que no nos dejemos encandilar, que investiguemos y busquemos otras fuentes. Esto vale para todo lo que hacemos pero también vale cuando el caso que vamos a trabajar tiene al frente a un amigo o un colaborador del programa.
Así de exigente es este oficio.