Foto: Armando Sartorotti
En Primera Persona
Por Emiliano Cotelo
En Perspectiva.
Lunes 27.01.2025, 08.10 hs
Este fin de semana Esteban Valenti publicó en varias redes sociales una nota sobre el final de su participación de La tertulia de los Jueves. Ya había adelantado algo en los días previos. Por eso varios oyentes nos han preguntado sobre esa situación. Otros directamente me han cuestionado a mí, dando por buena la explicación de Valenti. Y también hubo varios oyentes que celebraron la novedad.
Lo primero que quiero aclarar es que ese texto del sábado no refleja lo que ocurrió entre él y yo. Es la versión de Valenti. Y esa versión contiene tergiversaciones y mentiras.
Es inevitable, entonces, que yo me refiera hoy a este caso, aunque esto no me resulta nada agradable (y ni siquiera sé a cuántos de nuestros oyentes les interesa).
Vamos de a poco, empezando por repasar los tuits de Valenti (porque muchos de ustedes tal vez no llegaron a leerlos).
Los tuits
Primero Valenti lanzó el miércoles pasado un posteo breve, tipo “expectativa”. Decía:
“Luego de 18 años no voy a ir nunca más a La Tertulia. Lo explicaré en su momento. Gracias a los oyentes”.
Con eso generó una ola inicial de reacciones.
Y este sábado divulgó dos tuits.
Uno de ellos salió al mediodía, también en plan expectativa, y decía:
“Ahora que se confirmaron, desgraciadamente con creces todos los elementos de la explosion de los fondo ganaderos voy a explicar porque no voy mas a La Tertulia”. [sic]
Ahí ya era evidente que Valenti iba a armar un relato distorsionado de lo que había pasado. ¿Por qué digo esto? Porque su desaparición de La tertulia no tiene nada que ver con lo que él llama “la explosión de los fondos ganaderos” sino con su forma de discutir e intervenir en La mesa a lo largo de los últimos meses y, diría, años. Ese mensaje inicial me resultó indignante.
Un rato más tarde, el mismo sábado, publicó su explicación larga. Leo textualmente:
“Luego de 18 años, de intercambiar y aprender no estoy más en La Tertulia. La última vez que estuve fue el jueves 28 de noviembre. Ese mismo día murió en su Tesla 3 el propietario de Conexión Ganadera Gustavo Basso en la ruta 5 a 150 kilómetros por hora. Chocó contra una máquina vial en el centro de la ruta. Publiqué un twitt poniendo en dudas las condiciones de esa muerte. El día antes Basso había anunciado que participaría del salvataje de República Ganadera (1400 damnificados). Al otro día Pablo Carrasco anuncia que Conexión Ganadera no participaría. Todavía no había explotado el escándalo mayor, pérdidas por 250 millones de dólares y 4000 damnificados de Conexión Ganadera.
Me llama por teléfono Emiliano Cotelo y me recrimina mi publicación en Twitter, el me menciona Conexión Ganadera y me informa que Pablo Carrasco explicaría por la radio la situación. Y que yo no fuera al próximo programa y después veríamos. Cerrada defensa de Conexión Ganadera, que todavía no estaba en crisis. Yo le dije que era el colmo que pretendiera censurarme en las redes sociales y que no iría más al programa. Había tenido encontronazos en el programa, pero era realmente el colmo que quisiera censurarme en twitter”. [sic]
Mi versión
Ahora sí paso a mis comentarios.
- Para empezar, Valenti incurre en una conducta harto discutible desde el punto de vista ético: relata públicamente cómo habría transcurrido una conversación privada entre él y yo.
- Segundo, esa versión de nuestra conversación NO se ajusta a la verdad. En algunos pasajes Valenti directamente miente y en otros manipula mis dichos para construir su posición de víctima.
Lo único cierto es que yo lo llamé luego de leer tres posteos que él había publicado en sus redes sociales sobre el siniestro de tránsito en el que murió Gustavo Basso, uno de los fundadores de la empresa Conexión Ganadera.
El primero (30 de noviembre), por ejemplo, decía:
“No sospechan? El empresario Basso murió en medio de negociaciones por Republica Ganadera, (el) segundo escándalo de los fondos de inversión ganaderos. Ya conoceremos estafas. Un Tesla destruido en un choque con una maquina vial….vamos?”.
Su “pelotazo” fue tan confuso que después tuvo que ajustar el discurso.
Por ejemplo, el 2 de diciembre largó un tuit que empezaba diciendo:
“Para los débiles mentales que pensaban que acusaba a Basso (…).”
Y un rato más tarde escribió otro:
“Será dificil la pericia por el estado del Tesla de Basso. Creo que le hicieron algo al auto. Es demasiada casualidad que choque a 150 kilomtros por hora contra una maquina parada. En medio de negociaciones de una empresa seria Conexion ganadera y bandoleros de República ganadera.”[sic]
O sea, de su primer tuit parecía entenderse que Valenti creía que Basso se había suicidado; pero en el último más bien dice que Basso habría sido víctima de un asesinato ejecutado por medio de una alteración del vehículo. ¿Quiénes serían los culpables de ese homicidio? ¿“Los bandoleros de República ganadera”, que menciona después? ¿Y por qué? No se entiende.
Y agrego otra observación, no menor: en ese texto Valenti califica sin dudar a Conexión Ganadera de “empresa seria”. Después, como es notorio, cambió de opinión.
Esa forma de Valenti de expresarse, con especulaciones, sin pruebas, sembrando sospechas, era algo que él practicaba con demasiada frecuencia en La tertulia, llegando incluso a señalar con nombre y apellido a los presuntos culpables de los hechos que imaginaba, sin exponer los fundamentos que sostenían su acusación. La tertulia no es para eso: La tertulia es un espacio de debate civilizado con argumentos. No es una plataforma para el enchastre de personas, de ningún signo político, de ninguna institución ni empresa.
Yo había tenido varias conversaciones (fuera de micrófonos) con Esteban advirtiéndole que con ese tipo de intervenciones estaba transgrediendo el Manual de Estilo de Las Mesas. Algunas de ellas incluso ocurrieron al aire en vivo y terminaron en discusiones con él. Valenti me prometía que se controlaría pero luego volvía a recaer. Y las tarjetas amarillas se acumulaban. (Y no solo por este motivo que hoy estoy comentando; también por varios momentos de destrato y agresividad con algunos de sus colegas de La Mesa durante las polémicas).
Francamente, si algo tengo yo para autocriticarme es que fui demasiado tolerante con él.
Con mi llamada telefónica del 3 de diciembre yo no pretendía censurarlo en sus redes sociales, como él sostiene. Simplemente, al observar los extremos a los que había llegado su comunicación en general y el descrédito que le habían provocado esos mensajes en esos días, yo le hablé para agendar una reunión presencial para dialogar con tranquilidad sobre el cierre de su ciclo en La Tertulia. Y le pedí que no fuera el jueves siguiente. ¿Por qué? Porque, conociendo sus antecedentes, era muy posible que lanzara al aire sus elucubraciones de los días anteriores. Esa fue la razón de mi planteo, que no se relacionaba para nada con la eventualidad de que Pablo Carrasco explicara la situación en la radio (algo, que, por otra parte, no estaba confirmado para nada).
En resumen: No lo estaba censurando por sus tuits. No lo estaba censurando tampoco en La Tertulia. Simplemente la gota desbordaba el vaso y me había convencido por completo de que era imposible que Valenti cumpliera con el Manual de Estilo de La tertulia, que todos los integrantes de ese espacio se comprometen a respetar.
Yo buscaba que pudiéramos cerrar de una manera acordada y elegante el final del ciclo de un tertuliano que fue muy importante En Perspectiva. Es más: yo buscaba que, en honor a esa historia, hiciéramos en algún momento entre los dos una despedida amable en el micrófono. El me contestó que no, que aceptaba no ir ese jueves, pero que además se iría ya definitivamente de La tertulia y que en algún momento daría él, por su cuenta, su versión personalísima de los hechos, lo que acaba de suceder este fin de semana.
Muy triste
Es un hecho muy triste, realmente.
Esteban Valenti llevaba 18 años en La Tertulia pero nos conocemos desde hace mucho tiempo más, diría 40 años. Podría decirse que éramos amigos, como soy amigo de la mayor parte de los tertulianos que han pasado por el programa.
Pero este trabajo que yo asumí, es así.
La dirección de un programa como En Perspectiva implica muchas satisfacciones y también episodios amargos como este. En especial, La tertulia es un espacio muy delicado que requiere que custodiemos el cumplimiento de sus objetivos y de las formas. En Las Mesas nos propusimos cultivar y fomentar la convivencia democrática; si el intercambio se nos va de las manos, no sirve y es necesario tomar decisiones.
En estos 24 años ha habido muchas variantes en la integración de La Tertulia. La dinámica de este espacio, que es tan útil y fructífero, tiene cada tanto estos cambios. Algunas salidas se produjeron por decisión de los tertulianos y yo no tuve otra alternativa que aceptarlas. Otras ocurrieron por iniciativa mía. Y ha pasado que algunas, muy pocas, dieron lugar a “ruidos”, como este de la última semana.
En esta ocasión hay dos versiones, la de Valenti y la mía: ustedes decidirán en cuál de ellas confían.
APARTE
Sobre los problemas que atraviesa Conexión Ganadera vamos a comenzar a realizar enfoques en profundidad a partir de mañana. ¿Por qué recién ahora? Porque ahora se ha acumulado información más o menos clara y además se han presentado denuncias penales.
¿Este manejo de los tiempos tiene eso algo que ver con que Conexión Ganadera haya sido anunciante de En Perspectiva o con que Pablo Carrasco haya integrado La tertulia (hasta agosto de 2023) y haya sido un buen amigo de este programa (tanto como Esteban Valenti)?
No.
Así procedemos En Perspectiva.
En asuntos sensibles y complejos preferimos movernos con pies de plomo en vez de realizar abordajes apresurados que puedan incluir errores (y hasta afectar a personas o instituciones) y que días más tarde nos veamos obligados a corregir. Y, como lo demuestra nuestro archivo que se puede consultar, eso no se debe a que una empresa sea anunciante o no, o, en casos de figuras públicas, a qué partidos políticos pertenecen.
También reconozco que no somos perfectos. En estos casi 40 años de En Perspectiva hemos cometido varias equivocaciones de ese tipo, pero de ellas tratamos de aprender y a partir de esas lecciones afinar y mejorar nuestros criterios periodísticos.
Aprovecho para agregar que desde el mes de diciembre, cuando empezó a enrarecerse la situación de Conexión Ganadera solicitamos varias veces la entrevista a Pablo Carrasco. Él nos ha pedido tiempo para dar ese paso. Confío en que podamos contar con su presencia en el micrófono en los próximos días, en una de las notas que prevemos hacer con diferentes voces.