Por Emiliano Cotelo ///
Hoy En Perspectiva da un paso más en sus emisiones de emergencia.
Muy a tono con el vacío que se ha ido apoderando de las calles de tantas ciudades, en nuestro caso a partir de hoy dentro del estudio de Plaza Independencia no habrá nadie, ni siquiera yo.
Todos estamos trabajando desde afuera de la radio, salvo los responsables de la operación de la consola y la producción de apoyo, los dos únicos cargos que se ejercen desde el local de En Perspectiva y Radiomundo en el Victoria Plaza Office Tower.
¿Qué pasó?
La epidemia del nuevo Coronavirus golpeó directamente a nuestra organización.
El jueves pasado una integrante del equipo que se desempeña en el horario de la tarde recibió el resultado de su test Covid-19, que le dio positivo.
Ella estaba en cuarentena obligatoria desde el día cero de esta pandemia, el viernes 13, cuando sobre las 15 horas supo que una de las primeras cuatro personas diagnosticadas con Coronavirus era alguien familiarmente allegado y con quien había estado el fin de semana anterior.
En ese momento aprendimos de golpe lo que decía el protocolo: ella debía irse para su casa y los otros productores que trabajaban con ella quedaban a la espera de su evolución para decidir sus pasos siguientes.
El sábado 14 y el domingo 15 fueron todo un sacudón para EN PERSPECTIVA Producciones.
Mientras aguardábamos el resultado del test (que esta compañera pudo hacerse gracias a su insistencia), comenzamos a avanzar en el teletrabajo voluntario, como aconsejan en general las autoridades y los especialistas en prevención para todas las empresas e instituciones.
Ustedes pudieron comprobarlo desde el lunes 16 si miraban nuestra emisión en video: cubrimos los micrófonos con pañuelos protectores y descartables, redujimos de manera fuerte la cantidad de personas adentro del estudio, Romina co-conducía desde una oficina cercana a su casa y las tertulias iban haciéndose cada día más virtuales. Ese proceso fue muy complejo y arduo, lleno además de imprevistos y percances, algunos perceptibles para el público, otros silenciosos pero igualmente desgastantes en la interna. (El desafío tuvo un condimento adicional: nuestro técnico especialista en informática y redes se encontraba de viaje en el exterior).
Paralelamente, en las oficinas de la empresa, donde habitualmente hay cuatro personas pasó a haber una, en una especie de guardia para ir ajustando la nueva forma de funcionamiento, ya que también Administración y Departamento Comercial debieron implementar de manera repentina el “home-office”.
El martes 17 nos encontramos con un nuevo sobresalto. Otro integrante de la producción debió pasar a cuarentena obligatoria. ¿Por qué? Porque el jueves anterior había asistido a una reunión de ex alumnos de su universidad, donde, entre muchas personas, participó alguien que luego tuvo un test positivo. Otra alteración.
Pero fue el jueves 18 cuando esta historia tuvo un vuelco bien severo. Muy demorado, llegó finalmente el resultado del examen de la productora de la tarde, que terminó siendo positivo (aunque ella sigue sintiéndose perfectamente bien; nunca tuvo síntomas).
A partir de esa noticia, todos los funcionarios de la empresa que tenían contacto con ella en la tarde y todavía seguían viniendo a la radio se sumaron a la cuarentena obligatoria.
Yo, que por razones de horarios casi no me cruzaba con la colaboradora “tocada” por el Covid-19, no tenía la obligación de la cuarentena. Por eso vine el viernes y fui el único en el estudio. De todos modos, con el correr de las horas comprendí que, para no dar una señal confusa hacia el exterior, desde hoy también debía abandonar la radio y conducir el programa desde mi casa.
Además, resolví hacerme el test. Pero, según mi médico, lo mejor era esperar para tomar la muestra hasta hoy, cuando se habrán cumplido cómodamente los ocho días posteriores a la última presencia en la radio de la persona que pudo teóricamente haberme contagiado. Con esa precaución se elimina el riesgo de un “falso negativo” y se le da absoluta certeza al informe. Ya les contaré qué ocurre con eso.
Así que aquí estamos, con la gente que hace En Perspectiva más separada que nunca y probando desde hoy una nueva variante de tecnología de comunicación a distancia que, si todo marcha bien, permitirá no sólo que ustedes nos escuchen a quienes salimos al aire sino que también nos vean en la trasmisión de video, en Youtube, en Cardinal TV y en Facebook Live.
De todos modos, queda hecha la advertencia de que estas son “emisiones de emergencia” y que seguramente vamos a tener inconvenientes, ruidos raros y desprolijidades.
Estos 10 días han sido una paliza para el país. Pero en particular han sido un golpazo para nosotros, en este programa y en Radiomundo.
Por eso quiero agradecer especialmente a todos los miembros de este grupo humano por la creatividad y la dedicación que están poniendo en esta etapa excepcional en la que además, de hecho, nos estamos reinventando.
Seguimos para adelante en medio de todas estas dificultades porque sentimos que en una coyuntura crítica como la que hoy vive el país tenemos un papel a jugar en función de la vocación de “servicio público” que nos guía.
En tiempos de pandemia es fundamental que la sociedad uruguaya acceda a información confiable, antecedentes, reflexión y discusiones profundas pero civilizadas. El periodismo de En Perspectiva apunta en esa dirección desde siempre.
Ojalá que, pese a todo, estemos a la altura de las circunstancias. Ustedes dirán.
En Primera Persona de En Perspectiva, lunes 23.03.2020
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