Foto: En Perspectiva
El fútbol se está transformando en un polo de atracción de inversión extranjera en Uruguay a través de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
Más del 50% de los clubes afiliados a la AUF ya dejaron de ser asociaciones sin fines de lucro para adoptar esta forma de administración, que tiene varias ventajas económicas y puede transformarse en un incentivo para los inversores extranjeros.
El último club en dar este paso fue Rampla Juniors, una institución histórica que descendió a Segunda División el año pasado. En diciembre de 2024, el club con sede en el Cerro votó en Asamblea transformarse en sociedad anónima deportiva y ceder la gestión del fútbol a la multinacional estadounidense Foster Gillet.
Este grupo está ligado hace décadas a la industria del deporte. Entre otras inversiones fue propietario del Liverpool Inglés entre 2007 y 2010. Recientemente desembarcó en Argentina, donde hizo un acuerdo millonario con Estudiantes de la Plata, que genera mucha polémica.
Quienes apoyan el modelo de las SAD entienden que es la forma de profesionalizar el fútbol y de que los equipos uruguayos continúen sobreviviendo. Los detractores de estos inversionistas entienden que desvirtúan la cultura basada en los clubes y la pasión de sus socios, y pueden dejar a las instituciones en graves problemas económicos si cortan el vínculo.
Profundizamos En Perspectiva sobre este modelo de las SAD, y conocemos más sobre el caso de Rampla, con el presidente de la Sociedad Anónima Deportiva Rampla Juniors, el abogado Gastón Tealdi. Además, nos acompaña Facundo Castro, del equipo de Por Decir Algo.