Foto: En Perspectiva
Esta semana Uruguay dio un nuevo paso para ubicarse como un país productor de combustibles sintéticos, un energético que va ganando terreno a medida que avanza la agenda contra el calentamiento global.
El miércoles pasado el gobierno firmó un memorando de entendimiento con la multinacional HIF, que prevé construir en Paysandú una planta de producción de e-fuels, que incluye una gran usina generadora de hidrógeno verde.
De concretarse, sería la mayor inversión privada en la historia del país, cercana a los 6.000 millones de dólares, y crear unos 3.000 empleos durante la construcción. Ahora deberá estudiarse la factibilidad del proyecto para después llegar al contrato de inversión.
Pero además de esta iniciativa, hay otras que buscan instalarse en Uruguay para producir combustibles limpios. Si se confirman se generará toda una nueva economía vinculada a estos productos, lo que impone desafíos en lo regulatorio, la logística y el monitoreo ambiental.
Con el objetivo de abordar estos temas desde fines del año pasado existe la Asociación Uruguaya del Hidrógeno, que reúne a varias cámaras empresariales, relacionadas con este rubro.
Vamos a internarnos un poco más en esta nueva economía del hidrógeno verde, sus ventajas y sus exigencias.
Conversamos En Perspectiva con Fernando Schaich, ingeniero Químico, socio Fundador de SEG Ingeniería y miembro del directorio de la la Asociación Uruguaya del Hidrógeno.
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