
“Punta Ballena presenta cualidades paisajísticas, geológicas, biológicas y sociales únicas, siendo un valor que forma parte de la identidad departamental y del país, que dan cuenta asimismo de las razones de interés general que justifican su especial protección por parte del Estado”.
La cita que acabo de leer textualmente pertenece a un decreto aprobado este martes 18, por unanimidad, en la Junta Departamental de Maldonado.
Ustedes recordarán: En los últimos años estuvo sobre la mesa un proyecto inmobiliario para construir 29 edificios y 320 apartamentos en la punta de Punta Ballena. Vecinos de la zona y organizaciones sociales se plantaron en contra de ese uso del suelo en un lugar emblemático de la costa.
A comienzos de febrero el Ministerio de Ambiente denegó la autorización ambiental previa que había solicitado el emprendimiento privado.
Paralelamente, la movilización de vecinos y ONG presentaba una iniciativa popular para que esa zona de Punta Ballena fuera declarada reserva natural y, por lo tanto, quedaran prohibidas en ellas las construcciones residenciales. Ese planteo logró 34.000 firmas (validadas por la Corte Electoral), más del 15% del padrón electoral de Maldonado, y por lo tanto, según la ley orgánica municipal, debía ser considerado por la Junta Departamental.
La sesión extraordinaria para tratar el tema tuvo lugar este martes. Por unanimidad los ediles fernandinos resolvieron que Punta Ballena y las estribaciones cercanas de Sierra Ballena son ahora “reserva natural departamental”.
¿Qué alcance tiene este logro?
¿Qué pasos deben cumplirse ahora?
¿Cómo será en el futuro la punta de Punta Ballena?
Profundizamos En Perspectiva sobre estas preguntas estamos con Cecilia Alamón, arquitecta, vocera y referente del grupo No al Proyecto Punta Ballena.