Foto: En Perspectiva
Hace casi un mes, el 15 de julio de este año, el emblemático bar La Papoñita, ubicado hace más de 60 años en la esquina de 18 de Julio y Minas, cerró sus puertas al público oficialmente.
A pesar de su larga trayectoria e incluso a pesar de estar ubicado sobre las avenidas más transitadas de Montevideo, el negocio gastronómico dejó de ser rentable. Al momento del cierre, el restaurante tenía 18 empleados, algunos con más de 25 años de trabajo.
“Nadie escapa a la situación de lo que es el Centro hoy en día”, expresó a Subrayado Gustavo González, propietario del local, el día del cierre.
Con el temor de que este fenómeno contagie a los otros bares clásicos de la zona, los comerciantes decidieron reunirse y generar una alianza para repensar sus negocios y visualizar alternativas para reconvertirse.
“El punto inicial fue la triste desaparición de La Papoñita. Disparó a hacer muchos cuestionamientos de qué estamos haciendo y, sobre todo, a dónde queremos llegar”.
Además de pensar en formas orgánicas para reflotar la concurrencia a los restaurantes, el grupo, que reúne a propietarios de 15 bares, tiene como objetivo recibir el apoyo de las autoridades, tanto de la Intendencia de Montevideo como del gobierno nacional.
¿Por qué se generó el declive de los bares clásicos? ¿El mercado perdió el interés en este tipo de comercios? ¿Hay factores coyunturales que inciden en que haya menos visitas? ¿Qué tipo de mejoras podrían alcanzarse con apoyo estatal?
Conversamos En Perspectiva con Federico Celsi, del Bar Facal, y Ricardo Agis del Bar Copacabana.
