Foto: Cole Burston / AFP
Un líder nativo canadiense reclamó al papa Francisco que viaje a ese país de Norteamérica y presente en persona disculpas en nombre de la Iglesia, por su rol en la muerte de miles de indígenas.
En las últimas semanas, revelaciones históricas dispararon el descontento con la institución católica que desembocaron incluso en el incendio de ocho iglesias.
El Estado canadiense tuvo 139 internados para niños indígenas entre la década de 1880 y la de 1990. Unos 150.000 niños fueron obligados a vivir allí en un intento por asimilarlos a la cultura dominante.
Eso ya podría ser considerado grave, pero desde mayo último se han descubierto unos mil cuerpos de niños enterrados en tumbas sin marcar en al menos dos antiguos internados, ambos gestionados por la Iglesia católica.
David Chartrand, vicepresidente y portavoz del Consejo Nacional de Mestizos, dijo este fin de semana que debe ser el propio Francisco quien pida perdón en nombre de la Iglesia, y que debe hacerlo en suelo canadiense: “Queremos que él pueda sentir el dolor que habita en nosotros”, dijo Chartrand.
El primer ministro Justin Trudeau ya había reclamado algo similar al líder católico.
Vamos a darle una mirada a este hecho en diálogo con una ciudadana canadiense, profesora de Historia en la Universidad de Carleton, la doctora Sonya Lipsett-Rivera.