“El sector cultural está ante un auténtico reto de supervivencia”.
Eso dice una carta publicada por un grupo de referentes locales bajo el nombre de Compromiso por la Cultura.
En ese texto advierten sobre la compleja situación que atraviesa el sector y solicitaban medidas urgentes.
Todo esto fue antes de que ayer el gobierno anunciara, al igual que hizo hace un año, la suspensión de espectáculos públicos.
La carta pública tiene ya unas trece mil firmas, pero en primera instancia la impulsaron músicos como Ruben Rada, Emiliano Brancciari, Laura Canoura, Jorge Drexler; gente del teatro como Sergio Blanco y Gabriel Calderón; del cine como el actor César Troncoso y la guionista y novelista Inés Bortagaray; el gestor cultural Gerardo Grieco, entre otros.
En el llamado original, recordaban que el sector tenía ya debilidades históricas y una precariedad que nunca se solucionó de fondo, a lo que vienen a sumarse las medidas restrictivas.
Pero también destacan que el sector no tiene solo importancia por el valor de sus obras para la sociedad, sino por su potencial como industria.
¿Cómo vieron estas medidas que el gobierno anunció ayer? Conversamos con uno de los nombres quizás sorprendentes que integran este grupo: el contador Bruno Gili, socio en CPA Ferrere.
