Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
El 24 de abril de 1915, las autoridades del Imperio Otomano arrestaron y deportaron a cientos de intelectuales armenios.
Ese episodio se considera el mojón de inicio de una matanza, que a lo largo de los años siguientes dejaría más de un millón de víctimas.
El genocidio armenio, sin embargo, es negado por la propia Turquía, el estado que nació de las cenizas del Imperio Otomano.
En más de 100 años transcurridos, ningún gobierno turco ha admitido los hechos. Por el contrario, han buscado evitar que otros países lo reconozcan como un genocidio.
Justamente Uruguay fue el primer país en reconocerlo como tal, en 1965, y desde entonces solo otros 32 estados se han sumado.
Ese rol que jugó Uruguay en el tema es uno de los motivos por los que causó tanto impacto que el canciller de Turquía realizara un gesto racista hacia manifestantes armenios en su visita a Montevideo, justo en la víspera de la conmemoración del 24 de abril.
A la salida de su reunión con el ministro Bustillo, Mevlüt Çavuşoğlu observó con una sonrisa a quienes protestaban su presencia, e hizo con una mano el gesto de los Lobos Grises, un grupo fascista turco con presencia en países europeos, donde es considerado terrorista. El gesto de los Lobos Grises es tan controvertido que está prohibido en Francia.
Esto causó indignación a nivel internacional, y por supuesto en la comunidad armenia local, que criticó también al gobierno uruguayo por haber aceptado una visita del canciller turco en fechas tan especiales.
Para profundizar en cómo se posicionan ante lo sucedido, estuvimos esta mañana con Federico Waneskahian, integrante del Consejo Causa Armenia del Uruguay.