El espacio de Conexión interior cuenta la historia de Federico Tarán y su vida a contrapelo de tradicional. Columna de Gustavo Garibotto
Federico Tarán, de 41 años, vive en Treinta y Tres con su esposa Virginia y dos hijos, pero su proyecto de vida es dejar atrás la ciudad para poder dedicarse a explotar con ganadería las 190 ha de campo que el padre le cedió hace unos años. Además, luego de ir por el camino tradicional de producción descubrió rutas alternativas para desarrollar la actividad en armonía con el ambiente de las que se ha convertido en un gran impulsor.
De los muchos aspectos interesantes de esta historia está lo que se podría denominar como la transición agroecológica de este emprendimiento ganadero. En efecto, Federico empezó en 2002 con toda la batería tecnológica que los técnicos suelen recomendar pero desde hace unos años a esta parte encontró la vía para empezar este cambio que él mismo denomina: el manejo con la vida.
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